Buenas y malas noticias: la Guía gastronómica más influyente del planeta gastronomía deja sin nuevas Estrellas a Valencia pero nos regala una pista —el futuro pasa por Valencia
El asombro era la tónica más habitual el miércoles por la noche en la Masía Mas Marroch de los hermanos Roca. Aquella noche se celebró la presentación de la edición 2017 de La guía Michelin España y Portugal —y más allá de la sorpresa por las 3 Estrellas a Lasarte de Martín Berasategui (nadie, absolutamente nadie lo esperaba) un run run incesante recorría conversaciones y corrillos, ¿cómo es posible que Ricard Camarena no esté aquí recogiendo la segunda?
El asombro, digo, porque absolutamente nadie entendía por qué narices no se reconocía la cocina del maestro de tantos —porque es sorprendente, hasta donde llega el magisterio del de Barx (tantos jóvenes cocineros a su rueda...). ¿Qué pasa con Valencia? Perdimos la capitalidad gastronómica (frente a Cáceres) y la guía más influyente del planeta sigue, año tras año, transmitiendo un mensaje claro: en Valencia, gastronómicamente, no está pasando nada. Muchos (me incluyo, sin reservas) esperábamos la primera Estrella para Begoña Rodrigo en La Salita, Andrés Pereda en Komori o Vicente Patiño en Saiti. Pero nada, niente. Y Ricard, todavía en el cajón de las promesas (¿alguien duda a estas alturas que estamos ante uno de las diez mejores cocinas en España?).
Nos alegramos mucho (yo, muchísimo; es uno de los restaurantes de mi vida, y recuerdo al menos cuatro visitas a lo largo dos últimos dos años) por L´Escaleta y Bon Amp. Kiko Moya y Alberto Redrado merecían desde hace ya demasiados años el reconocimiento y Alberto Ferruz, de Bon Amp, destila pasión, talento y actitud. Solo fui a vez a su casa en Xàbia y no fue precisamente un día memorable —pero prometo corregir eso pronto, Alberto.
¿Esperanza? La hay. La cocina que más nos emociona a tantos y tantos gastrónomos anda cada vez más alejada de las grandes casas y más pegada a formatos más casuales. A casas de comida, cocina más cercana al entorno y un servicio menos envarado. ¿Que por qué digo esto? Porque más interesante que tener un 3 Estrellas en tu ciudad es tener 30 Bib Gourmands.
Bib Gourmands —con el símbolo de Bibendum. “Buena calidad a un precio razonable”. Es una manera que tiene la Guía Rouge de señalar a las posibles futuras Estrellas, el banquillo de Michelin. Me sorprendió mucho ver el reparto de los Bib Gourmands en el camino de vuelta el hotel: Lienzo de María José Martínez y Juan José Soria, Dos Estaciones de Iago Castrillón y Patxi Alonso y Gran Azul de Abraham Brández. Tres nuevos Bib Gourmands: ojo, más que en Madrid o Barcelona. Siete en total en Valencia, si sumamos a los ya conocidos a Saiti, Kaymus, Montes o Blanqueries. Y esto sí son buenas noticias.