CASTELLÓ. El crecimiento de la startup Arkadia Space sigue dando buenas noticias con sello castellonense a la provincia. La compañía, dedicada al diseño de motores y sistemas de propulsión verdes para aeronaves espaciales, ya trabaja con la Agencia Espacial Europea (ESA) y este año será el que empiece a vender su producto en el mercado. Al menos esa es la previsión de sus impulsores, que entre los contratos públicos y comerciales esperan alcanzar el millón de euros de facturación en 2024.
La previsión de la tecnológica, asentada en el aeropuerto de Castellón, era tener listo su primer sistema de propulsión al acabar 2023, por lo que este ejercicio se perfila con diferentes hitos por delante, con la culminación del primer vuelo de demostración en condiciones reales a finales de año o principios de 2025. Así, esperan empezar a firmar el primero contrato de venta comercial, un paso importante para una startup de este tipo.
"Serán los primeros contratos que cerremos con clientes, la venta de nuestro primer producto, el motor monopropelente de 5N", explica uno de sus fundadores, Francho García, para quien esto supone "un punto de inflexión" porque implica "demostrar" que tienen un producto "que las empresas quieren". En principio, no significará grandes sumas de dinero para la firma, como suele ocurrir en los primeros contratos comerciales, con los que se busca fundamentalmente "ganar experiencia de vuelo". Y en ese sentido, es "un hito muy relevante", asegura García.
Pero no será el único gran paso que buscan dar este año: también trabajan para alumbrar su segundo producto, un motor más respetuoso con el medio ambiente pero con la misma potencia que el anterior. Muestra de que la investigación y la innovación se encuentran en el mismo ADN de la firma, que en los últimos años ha firmado tres contratos de investigación con la ESA.
El último, del pasado mes de junio, está vinculado precisamente al diseño de su motor de mayor empuje, para cuyas pruebas la empresa ha construido su segundo banco de ensayos en el aeropuerto castellonense -que prevé ampliar este año y el que viene-, incluido un laboratorio de química para desarrollar el combustible verde.
"Esperamos terminar este tercer contrato en los próximos dos meses y comunicar los resultados, que serán relevantes para el sector espacial", augura García. Este año, la firma busca un cuarto contrato con la agencia europea, pero las conversaciones están todavía en una fase embrionaria. Con todo, entre los trabajos con las administraciones públicas y los primeros contratos comerciales, la firma aspira a facturar cerca de un millón de euros en 2024.
A finales del año pasado, la startup cerró una ronda de financiación importante para su futuro más próximo, y que ascendió a 2,8 millones de euros, entre capital privado y público. La ronda, liderada por la gestora valenciana DraperB1, contó también con la inversión de business angels de Valencia y Castellón, además de figuras destacadas del sector espacial como Pedro Duque, astronauta español, y Antoine de Chassy, fundador de la exitosa empresa espacial Loft Orbital. Ambos se unieron también como advisors de la empresa castellonense.
Asimismo, recientemente ha anunciado la ampliación de sus oficinas del aeropuerto, con la apertura de nuevas instalaciones en el Parque Científico y Tecnológico de la Universitat Jaume I, conocido como Espaitec. Así, aunque su base en el aeropuerto seguirá en funcionamiento, las nuevas oficinas permitirán dar cabida a su expansión, que también se nota en la plantilla.
Fundada por los ingenieros Francho García, Ismael Gutiérrez, Francisco Espinosa, y Sergio Soler, la compañía casi ha cuadruplicado el personal, alcanzando los 15 trabajadores a finales de 2023. Y van a ser más. "Este año esperamos crecer a cerca de 24 ó 25 personas", asegura el mencionado cofundador. Para ello, la firma busca perfiles variopintos, desde ingenieros especializados en diferentes ramas, hasta otros más corporativos y comerciales.
Hasta el momento, la compañía castellonense se ha centrado en el diseño, confección y comercialización de los sistemas de propulsión con combustibles renovables para satélites y otros elementos aeroespaciales. Pero encarga su fabricación a otra compañía. "A día de hoy es muy caro invertir en toda esa maquinaría al principio, pero todo lo demás lo hacemos nosotros. Y la propiedad intelectual es totalmente nuestra", explica García.
El ingenieo asegura que esta es la estrategia que se suele segui en la industria: "Muy pocas empresas tienen capacidad para fabricar todo por ellas mismas", subraya. Pero la idea es que la startup asuma también en el futuro esta fase del proceso de producción de sus motores. Con todo, por el momento la tecnológica va paso a paso, y este 2024 espera volar más alto.