Banco Santander ha reducido su red comercial en España un 23% en los últimos diez años

VALENCIA. Banco Santander comunicaba en la noche del pasado jueves una reestructuración de su red de sucursales en España y de sus servicios centrales, lo que conllevará el cierre de hasta 450 oficinas en lo que resta de año y, obviamente, una reducción plantilla de la entidad presidida por Ana Patricia Botín. Dicho número representa el 13% de su red comercial española a 31 de diciembre pasado, con 3.467 sucursales.

El también llamado 'banco rojo' ha reducido un 23,1% el número de sucursales en territorio nacional en los últimos diez años, según las memorias consultadas por este diario, dado que el último día de 2005 contaba con 4.510 oficinas. Sin embargo, el Santander tiene claro que no va a perder la esencia del banco donde "las sucursales seguirán siendo un canal relevante para los clientes y estarán dedicadas a la venta de productos de mayor complejidad y asesoramiento" como se recoge en su último informe anual.

Todo ello en pleno proceso de desapalancamiento del sector motivado por dos aspectos fundamentales: por un lado, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y, por otro, la digitalización emprendida por el sector en España, además acentuada por la aparición de las fintech. De hecho hace una década el Santander tenía en España el 44,2% de todas sus oficinas frente al 26,6% actual, lo que da una idea de la transformación en la política comercial del banco .

Mientras la entidad de origen cántabro ha venido metiendo la tijera en España, no ha sucedido lo mismo fuera puesto que ha incrementado un 27,7% el número de sucursales en los últimos diez años, al pasar de las 10.201 de 2005 hasta las 13.030 de 2015 en lo que es la mayor red comercial de un banco internacional. Algo lógico, por otro lado, teniendo en cuenta la política de adquisiciones liderada en día por el fallecido Emilio Botín, cuyo testigo ha recogido su hija Ana Patricia.

Uno de los cinco pilares de la estrategia del Banco Santander (SAN) para España, según su última memoria, pasa por "el inicio de la transformación de la red de oficinas a un nuevo modelo y el impulso de la transformación digital". Algo que ya han puesto en marcha el resto del sector bancario doméstico encabezado por Bankia, BBVA y CaixaBank, lo que ha venido provocando cierre de oficinas y, lógicamente, despidos.

El SAN tiene más de 800 oficinas destinadas al negocio de consumo repartidas por todo el mundo -tanto las correspondientes al Santander Consumer Finance en Europa como las de entidades especializadas en América Latina- y junto a ellas figuran las destinadas a pymes reforzadas en los últimos dos años en las principales geografías del grupo del programa Advante; así como oficinas propias o espacios específicos dentro de las universales para el segmento de renta alta Select. Sin olvidar las especializadas en banca privada. Todas ellas son las que menos se van a ver afectadas por la 'tijera' y sí las de menor tamaño generalista.

Los sindicatos responden

Al hilo de la última reestructuración anunciada este jueves, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, manifestó ayer que la reestructuración anunciada por el SAN es "un insulto a la inteligencia", especialmente tras los beneficios obtenidos y recuperados por el sector bancario. "No se puede continuar cargando sobre los trabajadores todos los ajustes", añadía. 

Por su parte, su colega de CC OO, Ignacio Fernández Toxo advertía que el sector financiero está atento sólo "a su cuenta de resultados y no se preocupa por sus trabajadores ni por el impacto que eso tiene en la sociedad". Asimismo insistía en que se impone una "reflexión importante" en el sistema financiero español en torno a cuál es su función prioritaria en una economía como la española.