VALÈNCIA. La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, no se desvía por ahora de las intenciones que ha mantenido hasta el momento de tratar de revalidar su cargo pese a los últimos movimientos de Génova. Dos asuntos son los que pueden condicionar la vida interna de los populares valencianos en este sentido: el congreso de Castellón y el resultado de las elecciones madrileñas.
El cónclave de la única provincia de la Comunitat cuyo liderazgo todavía no había sido renovado –en Valencia y Alicante ya se produjo con Vicente Mompó y Carlos Mazón respectivamente– se celebrará el 8 de mayo al haberse convocado de forma extraordinaria.
La cita resulta de importancia. El actual líder del partido en Castellón, Miguel Barrachina –uno de los diputados autonómicos más destacados– renunció el miércoles a presentarse a la reelección. Su paso atrás supone que Bonig pierde una persona de confianza en la provincia ante las maniobras de Génova para tener mayor control sobre el PPCV. La voluntad de la dirección nacional es que haya una candidatura única, pero por el momento ya se han anunciado dos: la de la alcaldesa de Vall d'Alba, Marta Barrachina, y la de la alcaldesa de Onda, Carmina Ballester.
En torno a quién puede pedir unidad Génova todavía no está claro puesto que inicialmente su preferencia era Barrachina, según varias fuentes, pero Ballester puede aglutinar un importante número de apoyos. En todo caso, si la candidata señalada gana, supondría el dominio total en las tres provincias, por lo que el siguiente objetivo ya sería la presidencia regional, para la que desde hace tiempo suena Carlos Mazón como el perfil preferido por la dirección nacional. La fecha para esta cita, inicialmente prevista para septiembre, se da casi por hecho en los círculos populares que podría adelantarse a julio, como informó Valencia Plaza. Desde la dirección regional apuntan a que no pondrán ningún impedimento y señalan que así lo han trasladado en conversaciones recientes.
De aquí a allá, aun así, todavía han de suceder varias cosas. Aparte del congreso de Castellón, se encuentran las elecciones de Madrid del 4 de mayo. Aunque el PP confía en que Isabel Díaz Ayuso se alce con una mayoría suficiente para gobernar, un eventual mal resultado supondría una nueva sacudida en la vida interna de la formación.
El alineamiento de Bonig –por ejemplo, en los últimos análisis electorales como el de Cataluña– con líderes 'populares' considerados críticos con Casado, como el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, el de Andalucía, Juanma Moreno, o el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, podría tomar otro impulso si se diera un nuevo escenario de fracaso.