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congreso provincial dinamitado

Bonig y su equipo ya contemplan una gestora para el PP de Valencia como mal menor

7/06/2017 - 

VALÈNCIA. La paciencia de todos los implicados en el problema del PP en la provincia de Valencia se desborda por momentos. Soluciones que hace unas semanas parecían absolutamente improcedentes o fuera de lugar como la de imponer una gestora, comienzan ahora a contemplarse sin demasiados remilgos. Ya lo había apuntado el propio coordinador general de la formación popular, Fernando Martínez Maíllo, semanas atrás, si bien en las últimas horas su posición ha comenzado a sonar más contundente.

Esta opción, delicada para la presidenta regional, Isabel Bonig, quien ya tiene una gestora implantada en Valencia ciudad, empieza sin embargo a tenerse en cuenta dada la situación límite que se está alcanzando en torno al congreso provincial del partido que sigue sin convocarse por el enfrentamiento de dos actores principales: el actual presidente, Vicente Betoret, y la aspirante al cargo, la portavoz de la Diputación, Mari Carmen Contelles.

"No se descarta nada ya", comentaron a este diario fuentes próximas a la dirección regional. Una posición que dista mucho de la sostenida días atrás en la que se venía tratando de encauzar la celebración del cónclave y evitar esta posibilidad. Ahora, y con los plazos a punto de consumirse -el día 15 de junio es la fecha límite para convocar el congreso y celebrarlo antes de agosto-, distintos dirigentes consultados ven cada vez más factible que el partido se vea abocado a una gestora, que sería la encargada de convocar el cónclave después de verano.

El nombramiento de una gestora -conocida así popularmente aunque no tiene ese nombre en los estatutos- es competencia de los comités ejecutivos dentro de su ámbito territorial. Así, entre sus funciones se encuentra "nombrar comisiones que gobiernen transitoriamente algunas de las organizaciones territoriales dependientes de ellas, siempre que se aprecien graves circunstancias que así lo aconsejen, cuyas competencias serán las establecidas para la Junta Directiva, Comité Ejecutivo, Presidente y Secretario General". 

Ahora bien, en una modificación que se incluyó en el paso de la ponencia al documento definitivo, se incluyeron estas funciones pero se añadió lo siguiente: "A excepción de la convocatoria del Congreso que será competencia del Comité Ejecutivo de ámbito superior". Es decir, que la fecha del cónclave la pondría Madrid.

Además, en este apartado se señala que el citado Comité Ejecutivo "podrá asumir el gobierno de alguna de esas organizaciones a través de las personas que designe". Se entiende de esto que la dirección regional en consonancia con Génova sería la encargada de nombrar a los miembros del órgano. Por último, se expone que esta situación de "transitoriedad" no podrá exceder de "seis meses", salvo que concurran "circunstancias excepcionales" que motiven "la prórroga de dicho plazo". Transcurrido este plazo "se convocará el congreso en los dos meses siguientes".

Contelles, Betoret y Ferrer en una rueda de prensa del PP. Foto: EVA MÁÑEZ

Una posible solución esta dado el bloqueo que sufra el cónclave. Desde el sector de Contelles se acusa a Betoret de no haber querido facilitar sus cinco nombres para la confección del Comité Organizador del Congreso (COC) algo que sí hizo la portavoz en la Diputación y la tercera aspirante en discordia, María José Penadés. En cambio, el presidente provincial se quejó de las formas de Contelles en el proceso y también rechazó la fórmula de Sevilla propuesta por Génova y aceptada por Bonig. Con todo esto, la situación parece un callejón sin salida.

Vicente Ferrer pide disculpas pero la tensión sigue presente

Esta reflexión desde la dirección regional y por parte de la propia Bonig, que según fuentes populares está manteniendo contacto constante con Génova, viene precedida del último episodio de tensión con el congreso provincial como telón de fondo. Así, las palabras del número dos de Betoret, Vicente Ferrer, en una cena del distrito de Tránsitos que fueron difundidas en un audio que circuló por varios grupos del partido y por medios de comunicación, causaron fuerte malestar en la cúpula popular.

Tras el revuelo, Ferrer pidió este martes disculpas en un comunicado si algún militante se había podido sentir "molesto" u "ofendido" por los citados comentarios si bien negó que en su intervención hubiera habido "menosprecio" o "insulto" hacia la presidenta del PPCV, Isabel Bonig. Un mensaje que, según distintos dirigentes consultados por este diario, no apaciguó los ánimos en la dirección regional ni tampoco en el entorno de Contelles, desde donde sintieron que las palabras se referían a la portavoz de la Diputación.

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