VALÈNCIA (EP). El Botànic ha aprobado sin sorpresas sus octavos presupuestos pese a los desencuentros entre los socios durante la tramitación de las enmiendas de esta ley y la de acompañamiento a cuentas del impuesto de sucesiones, los 'bous al carrer' y las energías renovables.
Pese a estos desencuentros que han desencadenado acusaciones de "deslealtad" entre PSPV, Compromís y Unides Podem, la sesión de votaciones de este jueves se ha desarrollado con normalidad, con voto en bloque de toda la bancada de la izquierda. Serán los últimos presupuestos de la legislatura y desde el Gobierno han insistido en considerarlos "los primeros del tercer Botànic".
Así, estos presupuestos "cien por cien 'botánicos'" saldrán pese a lo que Compromís y Unides Podem han considerado como decisiones "equivocadas" del PSPV; mientras que los socialistas rechazan que hayan sido desleales y garantizan que sus propuestas siempre están a favor de la "mayoría social valenciana" a la que aspiran representar.
Las cuentas, presentadas por el Consell a finales de octubre, ascienden a 28.438 millones de euros, un 1,7% más que las de 2022. La inversión sube un 6,8% hasta 22.115 millones y Sanidad es el departamento con más fondos (el 29% del total) por delante de los 6.607 millones destinados a la deuda, mientras se mantiene la partida "reivindicativa" de 1.336 millones por la infrafinanciación autonómica.
Entre los grupos del Botànic, el socialista José Muñoz ha reiterado que serán los primeros presupuestos del "próximo gobierno presidido por Ximo Puig" y que están "absolutamente volcados con la estimulación económica y la protección social". Unas "buenas" cuentas que ha asegurado que demuestran la estabilidad del Botànic.
Papi Robles (Compromís) ha coincidido en que el presupuesto "refuerza la mayoría 'botánica'" y ha remarcado que, aunque "diferencias hay siempre", en su coalición prefieren apostar por el consenso. "Reclamaremos siempre el cumplimiento de los acuerdos", ha subrayado.
Como síndica de Unides Podem, Pilar Lima ha sacado pecho del tripartito a pesar de sus "posiciones diferentes en algún momento" y ha pedido "desdramatizar las diferencias" y "trabajar la cultura de la coalición". De hecho, ha afirmado que en la historia de la democracia española no ha habido un gobierno autonómico compartido por varios partidos que haya estado tan consolidado.
Por parte de la oposición, Miguel Barrachina (PP) ha criticado que "no solo es un presupuesto malo, sino que también lo será para las próximas generaciones por la deuda" y que son unas cuentas que agravan los problemas de los valencianos y crean "chiringuitos" en medio de una crisis.
La síndica de Cs, Ruth Merino, ha rechazado el presupuesto "en la forma y en el fondo" porque cree que es "poco valiente" y supone un copia y pega de los últimos siete aprobados por el Botànic. "Para los que venían a salvarlo todo, los resultados están ahí", ha cargado.
Y Llanos Massó, portavoz adjunta de Vox, ha acusado al PSPV de "bailar el agua a sus socios" en los presupuestos: "Parece que su dignidad ha desaparecido por completo y pesa más un asiento en el Consell".
Durante la votación no se han producido sobresaltos, salvo en una enmienda referida a À Punt que no ha salido adelante. Unides Podem quería aumentar su presupuesto para contratar más personal, el PSPV ya avanzó que no se sumaría y Compromís que sí, pero la sorpresa ha llegado cuando Vox ha votado a favor a pesar de estar en contra de las televisiones públicas autonómicas.