VALÈNCIA. La propuesta de la vicealcaldesa de València y edil de Urbanismo de València, Sandra Gómez, de introducir un recargo especial para los pisos turísticos que triplica el importe máximo del diseño actual de la tasa turística generó un importante revuelo en el sector, pero también descolocó a Compromís y en cierta medida a su propio partido, el PSPV.
La síndica del grupo parlamentario socialista en Les Corts, Ana Barceló, admitió el miércoles que se enteró de la propuesta por los medios de comunicación y subrayó que en el Parlamento no se había registrado ninguna iniciativa dirigida a modificar la ley de la tasa turística en el sentido que pretendía la concejal en el Ayuntamiento de València. Incluso fue más allá y advirtió que tal y como estaba redactada la normativa, la idea de Gómez no cabía. Huelga apuntar que la vicealcaldesa busca que aquellos que visiten la ciudad y se alojen en pisos turísticos abonen 6 euros por noche.
La pretensión de la concejal socialista tampoco tuvo un gran recibimiento en Unides Podem, cuyo diputado Ferran Martínez puso en duda el "sentido" que tenía hacer pagar a un usuario de un piso turístico 6 euros por noche y a los huéspedes de hoteles de 5 estrellas tres veces menos. En Compromís, sin embargo, el contenido de la propuesta en sí no es lo que generó rechazo, pero sí lo hizo que fuesen los propios socialistas en el Ayuntamiento de València quienes lo pusieran encima de la mesa después de los vaivenes que han dado con la tasa turística: primero dudando si apoyarían el trámite de la ley -que ellos mismos coredactaron- y más tarde indicando a sus alcaldes que no la aplicasen. Por no mencionar la fuerte oposición que ha ejercido el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, que se ha posicionado del lado de la patronal Hosbec en contra de este impuesto que grava las pernoctaciones en líneas generales y también de forma específica a la propuesta de Gómez.
Las críticas a Gómez no hicieron más que reafirmar a la edil en su tesis de que los ciudadanos "no tienen que vivir en hoteles". No en vano, los apartamentos turísticos "ejercen una presión muy importante sobre el alquiler residencial, además de que pueden generar problemas de convivencia", según la edil socialista, por lo que a su juicio "no es un tipo de oferta a fomentar por parte de las ciudades".
Ahora bien, con el paso de las horas y un ambiente más relajado, parece que la propuesta, que despertó un cuestionamiento casi más a la interna que a la externa, podría hallar cierto recorrido. Compromís tendió la mano a tratar de dar salida al planteamiento de Gómez a través de una enmienda de aproximación. Eso sí, siempre y cuando "el PSOE se aclare", explican. Esto quiere decir que los socialistas en Les Corts deberían estar de acuerdo con el planteamiento de su concejal en el consistorio, ya que de lo contrario la coalición valencianista asegura que no va a proponer algo a instancias de los socialistas y que luego ellos mismos no la apoyen por las "diferencias internas" que pueda generar la tasa en el PSPV.
Con estos mimbres, el próximo viernes se debatirán las enmiendas parciales de la ley de la tasa turística en comisión. Por lo que la intención ahora de PSPV y Compromís, así como también de Unides Podem, es reunirse antes de esta cita para comprobar qué enmiendas "pueden quedar vivas" y así "aproximar" un texto que permita a los ayuntamientos adaptar la tasa turística a sus necesidades.
Esto es, dado que el periodo de presentación de enmiendas parciales ya ha finalizado, el Botànic solo tiene una oportunidad para introducir el plan de Gómez y modificar las tarifas de la tasa turística a través de la ley: y es hacerlo a través de una enmienda de aproximación. Para ello, debe estudiar las enmiendas que han sido rechazadas -y que por tanto se debatirían en pleno-. Si alguna de ellas aborda las tarifas actuales, los diputados podrían aprovechar el texto para "aproximar" una redacción alternativa en la que introducir el recargo de seis euros a los pisos turísticos. Si ninguna trata las tasas en función de los alojamientos, entonces la operación será complicada.
Lo que no queda definido por ninguno de los socios del Botànic es de cuánto debería ser ese recargo. En Compromís señalan que la intención sería, en cualquier caso, ofrecer una mayor autonomía local a los ayuntamientos. Pero no definen si seis euros sería la cuantía ideal para este tipo de alojamientos turísticos o si, a su juicio, la definición de la cifra debería fijarla cada ayuntamiento.
Ahora bien, si finalmente la maniobra no pudiera acometerse -pues las posibilidades parlamentarias ahora mismo quedan a merced de las opciones que ofrezcan las enmiendas 'vivas'-, fuentes del consistorio aseguran que la iniciativa podría tener una segunda salida: la del decreto ley.
Eso sí, para ello el tripartito debería ponerse de acuerdo con el modelo en el Consell y redactar una norma que luego lograra convalidar en el Parlamento para que entrara en vigor. Un trámite largo que se antoja complicado que pudiera ver la luz en la presente legislatura. Más aún si se atiende a los plazos que ha vivido la propia ley de la tasa turística para redactarse conjuntamente entre PSPV, Compromís y Unides Podem, debatirse y empezar su periplo parlamentario en Les Corts.
De hecho, la tasa es una de las medidas ya planteadas en el primer Botànic y a punto de terminar el actual mandato, todavía no ha visto la luz, en parte por toda la oposición que ha despertado en el sector y que ha hecho dudar al PSPV sobre la oportunidad o no de ponerla en marcha. Con lo que un entendimiento en el seno del Gobierno sobre esta misma cuestión y apenas a seis meses de elecciones parece casi una utopía.
En cualquier caso, desde el grupo socialista del ayuntamiento se muestran "tranquilos" puesto que la tasa turística no entraría en vigor hasta 2024, por lo que aunque no se produzca la modificación en el actual trámite en Les Corts, existe "margen de maniobra" ya sea a través del mencionado decreto ley o incluso incluyendo la modificación en la Ley de Acompañamiento.