El cardenal Cañizares, un mediático baluarte de la Iglesia más conservadora

VALÈNCIA (EFE/Carlos Bazarra). Antonio Cañizares ha sido durante la última década uno de los altavoces más mediáticos del ala eclesiástica más conservadora en España, cuyos dogmas ha defendido frente a viento y marea, ante la cual se ha erigido como un polémico baluarte aunque desde ahora deberá hacerlo desde un segundo plano.

Cañizares, que el próximo día 15 cumple 77 años, ha sido relevado este lunes por el Vaticano por el obispo de Tortosa, Enrique Benavent, como arzobispo de Valencia aunque seguirá en esta Archidiócesis como administrador apostólico y, sobre todo, retiene su vitola como cardenal, una figura clave en la jerarquía católica al ser uno de los elegidos para, por ejemplo, conformar el cónclave que designa al Papa.

Un largo bagaje eclesiástico

Con un extenso currículo eclesiástico -ha sido en dos ocasiones vicepresidente de la Conferencia Episcopal (2005-08 y 2017-20)-, Antonio Cañizares Llovera (Utiel, Valencia, 1945) ha defendido siempre los valores eclesiásticos y especialmente polémicas han sido sus alertas, sobre todo, acerca de los peligros sociales y morales que a su juicio conllevan la ideología de género, el aborto, el "imperio gay", los nacionalismos, algunos refugiados e incluso la búsqueda de vacunas contra el coronavirus.

Sacerdote desde 1970, Cañizares fue nombrado en 1992 obispo de Ávila, tres años antes de que entrara a formar parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe. En 1996 pasó a ser arzobispo de Granada y en 2002, titular del Arzobispado de Toledo; un año más tarde, Juan Pablo II le impuso el palio arzobispal en Roma.

Después de que en 1999 fuera elegido presidente de la Comisión de Enseñanza y Catequesis de la Conferencia Episcopal Española, en 2005 accedió a la vicepresidencia de este órgano y un año más tarde fue creado cardenal en el primer consistorio convocado por Benedicto XVI.

Miembro de la Real Academia de la Historia desde 2008, ese año fue sustituido como vicepresidente de la CEE por Ricardo Blázquez, obispo de Bilbao, y nombrado por el papa como prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

Desde 2010 integró la Congregación para la Causa de los Santos y en 2013 fue uno de los cinco cardenales españoles en el cónclave para la elección del nuevo papa.

Precisamente Francisco le nombró, en 2014, enviado especial del Vaticano a Panamá para clausurar el quinto Centenario de la primera diócesis en tierra firme; el actual papa le nombró también ese año arzobispo de Valencia en sustitución de Carlos Osoro, designado entonces arzobispo de Madrid.

Muchas polémicas pero también muchos apoyos

Desde su llegada a Valencia, y con la imagen que ya siempre le acompañará de la "capa magna" de cinco metros y color rojo que lució durante una ceremonia tradicionalista en 2007, Cañizares ha protagonizado varias polémicas a cuenta de sus opiniones públicas, tanto sobre asuntos de actualidad -sobre todo política- como sobre la doctrina de la fe católica.

Y por ellas ha tenido, a veces, que matizar sus palabras aunque sin dejar de defender los valores de la Iglesia, algo que también le ha reportado constantes y fervorosos apoyos episcopales, civiles y políticos.

El cardenal no ha evitado reunirse y fotografiarse en los últimos años con el president de la Generalitat, Ximo Puig (PSPV-PSOE), y el alcalde de València, Joan Ribó (Compromís), con quienes ha compartido y diseñado proyectos solidarios y de cooperación.

Pero las polémicas le han acompañado siempre. Una de las más complicadas que tuvo que gestionar fue tras preguntarse, en una conferencia en octubre de 2015, si en "esta invasión de inmigrantes" y refugiados que a su juicio registra Europa "es todo trigo limpio" y añadió: "¿Cómo quedará Europa dentro de unos años, con la que viene ahora? No se puede jugar con la historia ni con la identidad de los pueblos".

Según dijo, los gestos de acogimiento a estas personas "pueden quedar muy bien hoy" pero estas son "realmente el caballo de Troya en las sociedades europeas", unas palabras que generaron numerosas reacciones de condena e incluso denuncias por incitar al odio; dos días después pidió perdón a los refugiados aunque dijo ser víctima de un "linchamiento" por haberse "manipulado" sus declaraciones.

En una homilía de mayo de 2016, atacó la "escalada" contra la "familia cristiana" de "dirigentes políticos, el 'imperio gay' y ciertas ideologías feministas", lo que le valió un nuevo aluvión de críticas.

Pocos días después, en la misa del Corpus, llamó a desobedecer leyes "injustas" basadas a su juicio en "la ideología más insidiosa y destructora de la humanidad de toda la historia, que es la ideología de género".

En verano de 2016 protagonizó una misa en desagravio de la Virgen, al entender que se le había "profanado" con un cartel de una organización juvenil que mostraba a las patronas valenciana y catalana besándose.

Para Cañizares, a quien el entonces president de la Generalitat Francisco Camps le concedió la Gran Cruz de la Orden de Jaume I de la Generalitat y que presidió una misa en la Catedral en memoria de la exalcaldesa de València Rita Barberá, con quien se sentía muy unido, Vox es un partido "de derechas, no de extrema derecha".

Una constante presencia mediática

Han sido también habituales sus defensas de la unidad de España y de la enseñanza de la Religión católica, así como sus pastorales antes de cada cita electoral. En 2015 propuso vender patrimonio de la Iglesia para atender mejor a los pobres, algo que reafirmó en la Navidad de 2020 para afrontar la crisis derivada de la pandemia.

El pasado mes de enero, durante una rueda de prensa en Roma, acusó al diario El País de denunciar casos de pederastia en la Iglesia Católica española "sin dar datos" y lo hizo visiblemente irritado.

Sobre el matrimonio homosexual, en octubre de 2020 dijo que se "adhería" a lo defendido por Francisco en un documental donde el papa propuso que pueda haber una ley de uniones civiles para homosexuales, y añadió: "Me he pronunciado muchas veces sobre cómo hay que acoger a los homosexuales, tengo amigos que lo son y siempre han recibido de mí un trato exquisito".

Y en su homilía del Corpus Christi de 2020, aludió, sin citarlo, a un artículo de la revista científica Science que planteaba dudas éticas sobre la utilización de embriones humanos en la búsqueda de una vacuna contra la covid-19.

Un día después tuvo que matizar esa alusión después de que se le viera en un vídeo decir que "el demonio existe en plena pandemia, intentando llevar a cabo investigaciones para vacunas", y que "una de las vacunas se fabrica a base de células de fetos abortados"; él se vacunó contra la covid en abril de 2021 y se contagió en enero de 2022, aunque fue asintomático.

Aunque han sido habituales sus opiniones contra el gobierno entre PSOE y Podemos, por el "riesgo" que implica para España, este verano dio orden de que se cumpliera con el decreto del Ejecutivo de Pedro Sánchez para el ahorro energético, después de aconsejar que templos y centros diocesanos instalen paneles solares.