VALÈNCIA. Circuito Bucles, el Festival de Danza en Espacios Urbanos y No convencionales, lleva su quinta edición a las calles de Benimaclet, que hasta ahora se representaba en el barrio de Russafa, pero ha reconvertido su formula en un festival itinerante de carácter anual que irá recorriendo València. Programado desde el próximo 21 de octubre hasta el 29 del mismo mes, es considerado por parte de la organización como la muestra “más ambiciosa” hasta ahora.
En parte estas consideraciones se deben a que cuenta con el apoyo de más de 150 intérpretes, creadores, coreógrafos emergentes y profesionales; así como por las 40 actuaciones de danza contemporánea y española que junto con 12 espectáculos y talleres para niños, 3 workshops para bailarines, 2 proyecciones de películas premiadas sobre danza y 3 actuaciones de música, completan la programación.
La particularidad de Circuito Bucles es que convierte diferentes rincones de València en un espacio apto para desarrollar su arte. “Llegamos a los barrios, los exploramos y adaptamos los bailes a los espacios más interesantes”, explica la directora del festival, Isabela Alfaro. Con ello cuentan con lugares peculiares como la azotea de un edificio. Pero también aprovechan guarderías, iglesias, salas de teatro (como el Teatre Círculo) o academias de danza. La idea según cuenta Alfaro es “acercamos a unos espacios que sirven de experimentación abierta al intercambio y el diálogo de diferentes disciplinas artísticas entorno a la danza”.
Una de las puestas más llamativas se dará el próximo lunes 23 de octubre con varias actuaciones de la intérprete Eva Bertomeu en un autobús de la línea 6 de la EMT. Este acto llegará después de la fiesta inaugural del sábado 21 en las Naves, donde participarán 5 colectivos y compañías de danza.
En esta nueva edición, el festival estará estructurada bajo siete modalidades creativas: Bucle recoge las creaciones de cualquier estilo que dure entre los 20 y 30 minutos, Bucle al Carrer engloba las funciones de 20 y 30 minutos que se representarán en espacios urbanos; Minibucles son los actos de pequeño formato que van de la mano de jóvenes artistas emergentes valencianos, Tacón y Bucles, con creaciones de danza española y flamenco, Nanobucle dirigidas a publico infantil y familiar, Extrabucle recoge las propuestas con una duración superior a 35 minutos y Satélite Bucles es la sección de actividades paralelas centradas en talleres y formación.
Entre los participantes hay cinco interprétes que encabezan la programación. Una de ellas es Lali Ayguade Company, nominada en 2010 como bailarina excepcional de los Premios de Crítica de Londres y actriz protagonista en Timecode, nominado al Goya en la categoría de Mejor Corto de Ficción del 2017. El bailarín, coreógrafo y profesor de danza, Lucio Baglivo, quien desde 2012 cuenta con el apoyo del director estadounidense Robert Wilson en sus proyectos artísticos. Dice que el objetivo de sus obras es lograr un trabajo escénico que, a través de la danza, la acrobacia y el teatro transmita emociones y conecte con el espectador. Chey Jurado, bailarín y coreógrafo, comenzó su carrera de forma autodidacta en estilos urbanos como el breakdance. Ha viajado a eventos de escala mundial quedando como mejor bailarín en numerosos de ellos además de ser tricampeón de Redbull Bc One Spain Camp. La profesional de flamenco, Asunción de Martos, que con más de 20 años de experiencia ha compartido escenario con Eva Yerbabuena, Arcángel, Adrián Galia, Blanca del Rey, María Vargas, Manuel Liñán, Lola Greco y Rafael Amargo entre otros. En 2001 creó su propia compañía y en la actualidad es la presidenta de la asociación de Artistas Flamencos. Y por último, Marta Sol, bailaría y profesora que lleva más de 15 años impartiendo clases de flamenco y compaginándolas con las actuaciones de la compañía de Javier Zamora.
Durante la rueda de prensa en la que se ha presentado la V edición del festival también ha habido espacio para debatir sobre la situación de la danza en Valencia. Así pues, el director adjunto de Arts Escèniques del Institut Valencià de Cultura, Roberto García ha manifestado que “estos festivales nacen como contestación a las pocas ayudas culturales que se ofrecen” y que se deben en parte al “miedo que tienen los programadores de distribuir danza”. Su intención es pues, juntamente con el director del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont, “acercar la danza a la gente” para que no sea esta la que tenga que ir hasta ella, y “llevarla incluso a la ecuación” a fin de “crear un público para la danza” porque explica que éste es el verdadero “sustentador de las artes escénicas”. Con lo que le respecta a él manifiesta que está poniendo las bases para “que no se quede solo en un festival”, pero reclama “más recursos para poder ayudar más”.
En los datos publicados por el Anuario SGAE 2017 quedaba recogido que la bajada continua de la danza estaba entrando en pausa, ya que las cifras del 2008 reflejaban un descenso de entre el 65 y el 55% en lo que respecta a funciones, espectadores y recaudaciones. Y de 2015 a 2016 la caída fue en las tres variables del 1%.
Por lo que respecta al Centre del Carme, José Luis Pérez Pont también ha añadido que están trabajando en transfórmalo en un “centro de cultura contemporánea y viva”, con el objetivo de poner fin a un espacio que “ha estado mucho tiempo sin utilizarse”.