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Análisis

Compromiso a medias de Fomento para la solución ferroviaria de València

El ministerio pone 170 millones para el parque central pero deja en el aire el Túnel Pasante, la actuación clave para el Corredor

10/05/2017 - 

VALÈNCIA. El 8 de mayo de 2017 podrá ser recordado como el día en que el Ayuntamiento y la Generalitat convencieron al Gobierno de España para retomar la construcción del Parque Central de València, pero no como el día en el que se fraguó la ansiada solución ferroviaria para la ciudad. En efecto, tras seis años de parálisis, Fomento se comprometió este martes a sufragar el 50% de la construcción del Canal de Acceso desde el sur de la ciudad hasta el centro -alrededor de 170 millones de euros-. La infraestructura permitirá soterrar de una vez las vías que dividen la ciudad entre los barrios de Arrancapins y Patraix -a un lado- y Ruzafa y Malilla -al otro otro-; y así desarrollar en superficie el demorado Parque Central de la ciudad, la parte del proyecto más perceptible por la ciudadanía.

Pero el pacto firmado también incluye importantes renuncias. Se trata de un compromiso a medias que posterga el resto de la actuación, y lo que es peor: quizá la parte más importante a nivel económico para la Comunitat. Así, el acuerdo ha dejado en el aire la ejecución tanto de la estación central de Portela y como del denominado Túnel Pasante para el acceso subterráneo desde el norte hasta el centro de la ciudad, una actuación trascendental para desatascar el embudo ferroviario que ya sufre València en su actual entrada a la capital, con el túnel de Serrería al borde del colapso. 

Durante la presentación del acuerdo a los medios la mayor sinceridad la transmitió la constreñida escenificación de los políticos que intervinieron. El ministro Íñigo de la Serna, sabedor de que por primera vez en mucho tiempo traía a València dinero para el proyecto, puso en valor la inversión a la que se compromete Fomento, la cual engordó hasta los más de 1.000 millones de euros sumando los 850 millones del importe íntegro del Túnel Pasante, que se contemplan hasta la segunda fase del proyecto -con un largo plazo de ejecución de alrededor de 15 años-. "No tienen por qué ser consecutivas ambas fases, también podrían ser simultáneas", agregaba el dirigente popular para quitar hierro al más que previsible retraso del que ya advertía este martes Valencia Plaza.

Pero lo cierto es que la única cantidad sobre la que dejó constancia que llegará medio plazo a València fue la de 170 millones para sufragar el 50% de la construcción del Canal de Acceso, cuyo comienzo se prevé entre 2017 y 2018. Y he aquí un nuevo quebradero de cabeza para la Generalitat y el Ayuntamiento: ¿Disponen del capital equivalente las administraciones valencianas para hacer frente al 50% restante? ¿En qué porcentajes se lo repartirán?

Miembros del equipo de la Conselleria de Obras Públicas y de la Concejalía de Desarrollo Urbano respondían a estas preguntas con una inquietante mueca. Toca hacer números para sacar de donde sea este abultado importe, que -sirva como ejemplo- supera de lejos a inversiones aplazadas por su elevado precio como la T2 de Metrovalencia.

Una desconocida Salvador

En representación del Consell intervino una desconocida María José Salvador centrada en lo positivo del acuerdo: el soterramiento de las vías del Parque Central. La consellera de Obras Públicas dijo poco sobre el Túnel Pasante y lo hizo lejos del tono reivindicativo que la caracteriza. "Hay un nuevo escenario en el que las diferentes administraciones tenemos que plantear el futuro con realismo, pero sin olvidar la importancia que esta obra, desde el punto de vista de la integración ferroviaria, tiene para la ciudad de València, para la Comunitat Valenciana y para España, porque, en definitiva, el Túnel Pasante está vinculado al Corredor Mediterráneo y hay que reivindicar su singularidad en el marco de todo el proyecto", destacó la dirigente socialista.

También se pronunció en la misma línea el alcalde Joan Ribó, que subrayó con entusiasmo comedido las bondades del pacto. No obstante, el dirigente bajó a la arena para reprocharle al ministro el agravio comparativo con el País Vasco, que en el marco de la negociación entre PNV y el Gobierno para el voto favorable a los Presupuestos Generales del Estado ha conseguido atar una inversión de 1.200 millones de euros para soterrar las estaciones de Bilbao y Vitoria. Tal cuestión fue la única que alteró la aparente armonía entre los dirigentes políticos, pero lo hizo de forma abrupta. El ministro fue incapaz de reprimirse y espetó un comentario que pone de manifiesto el mercadeo para obtener el respaldo parlamentario: "Que Compromís hubiera hecho lo que tenía que hacer", dijo. 

'Susto o muerte'

Vistas las renuncias que incluye el acuerdo cabría preguntarse por qué han aceptado la Generalitat y el Ayuntamiento un pacto de este tipo. Más allá del manido 'algo es algo', conviene tener en cuenta que el Ministerio de Fomento planteó esta propuesta casi como un ultimátum. De la Serna no dudó en deslizar que, ante la imposibilidad de ejecutar el plan original para el Parque Central, en caso de no haber salido adelante la propuesta alternativa tal vez habría cabido plantearse la disolución de la sociedad Parque Central. "Nos ha dado a elegir susto o muerte", explicaba uno de los asistentes.

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