VALÈNCIA (EP). La Conselleria de, Agricultura, Desarrollo Rural Emergencia Climática y Transición Ecológica, a través de la Dirección General de Prevención de Incendios Forestales, ha destinado más de 18.000 euros para la detección de Áreas de Cortafuegos (AACC) mediante el uso de la inteligencia artificial.
Este proyecto, que se inició el pasado mes de agosto, se ha centrado en el interior de la provincia de Valencia, concretamente en las comarcas de Los Serranos, la Plana Utiel-Requena y el Valle de Ayora, según ha precisado la administración en un comunicado.
El trabajo ha consistido en el análisis y la definición de una metodología para la identificación, detección y caracterización, de forma automática y mediante inteligencia artificial, de áreas de cortafuegos en el interior de la provincia de Valencia.
El director general de Prevención de Incendios Forestales, Diego Marín, ha señalado "la importante apuesta de su dirección general por aplicación de las nuevas tecnologías al servicio de la prevención de incendios forestales" y por el desarrollo de proyectos como este "muy útiles para la gestión de estas infraestructuras tan importantes de cara a la defensa de los montes, reduciendo costes y tiempos asociados a trabajos de inventario y toma de datos en campo".
Tras cuatro meses de trabajo, los resultados de este estudio han permitido disponer de la información suficiente para permitir determinar las zonas establecidas como áreas cortafuegos en la zona de actuación, y en un futuro exportarlo a todo el territorio forestal de la Comunitat Valenciana.
Las conclusiones del estudio se pueden resumir en cinco grandes puntos: su alta precisión y rendimiento; la existencia de una fase adaptativa y personalizable con posibilidad de ajustar errores; el empleo de algoritmos flexibles y adaptativos; la reducción de entre un 10 y 15% de tareas manuales de supervisión de áreas de cortafuegos y la posibilidad de crear un servicio operacional.
Dos objetivos primordiales articulan los resultados del proyecto: mejorar la planificación en materia de infraestructuras, aprovechando sinergias de otras ya existentes, y evitar actuaciones innecesarias, logrando así una mayor eficiencia con las que se tengan que construir, mantener y conseguir un ahorro de tiempo y aumento de la precisión en la toma de datos de campo, con el uso de la teledetección combinada con la inteligencia artificial.
La metodología para llevar a cabo este proyecto se ha basado en la división del área de estudio (entrenamiento, validación y test), la inclusión de variables espectrales y la obtención de muestras puntuales. En segundo lugar, se ha realizado la lectura de muestras y se ha ejecutado el algoritmo Random Forest.
En materia de cartografía, se han obtenido una serie de archivos digitales que permiten el almacenamiento de los elementos geográficos y los atributos asociados a las áreas cortafuegos de la zona de estudio que pertenecen al intervalo de tiempo entre la actualidad y el periodo 2005-2008 y también se han analizado otros elementos cortafuegos como carreteras, caminos, líneas eléctricas y la capa de caracterización de anchuras.
Marín ha remarcado que este trabajo "permite poner a disposición de los medios de extinción una información actualizada, y previa a los periodos de mayor riesgo de incendios, del estado de las infraestructuras para así disponer de los datos necesarios para poder tomar decisiones, formular estrategias o desarrollar tácticas de extinción en caso de necesidad".
Asimismo, servirá como fuente de información para tomar decisiones de
actuación en materia de mantenimiento de la vegetación, actuando de forma
puntual en aquellas zonas donde la vegetación haya sobrepasado los límites establecidos para que no disminuya la eficacia de las infraestructuras de prevención de incendios.