VALÈNCIA. El apellido Penalba se introdujo en el textil a principios del siglo XX. El pequeño hueco por el que se coló el nombre de la familia fue ampliado por Candid Penalba en 2003 con la empresa que fundó y que hoy lidera la producción de protectores de cama en Europa: Cotoblau, donde apostó por la especialización en un momento en el que la tendencia era la diversificación; el porqué de la empresa esconde su inconformismo hacia las empresas tradicionales y su foco en la distribución internacional.
“Lo tuvo claro a la hora de coger una maleta e irse por Europa para encontrar clientes que valoraran el servicio y la calidad”, asegura su hijo Candid, que conforma la segunda generación de la empresa familiar, en la cual ocupa el puesto de responsable de Marca, Producto y Ventas desde 2017, tras haber realizado un doble grado en ADE y Marketing entre España e Italia, el cual compaginaba con turnos de 12 horas en la empresa.
“Vengo de una familia con tradición textil. Mi bisabuelo montó su primera fábrica en 1901, ahí empieza la historia de mi familia en este mundo. Mi padre, que siempre ha sido emprendedor, decidió montar su propia empresa y concentrarse en los protectores, en vez de realizar todo tipo de productos de ropa de cama”, confiesa Candid. Este factor, asegura, permitió una mayor competitividad y la adquisición de un proceso productivo más eficiente.
La marcha de la empresa chocó en 2008 con la crisis, con la cual también llegó la competencia de las importaciones asiáticas. “Todas las empresas que se habían diversificado dejaron de ser competitivas porque en el exterior tenían catálogos con mejores precios”, asegura el responsable de Marca y Producto. Su especialización les permitió diferenciarse del resto, con un servicio más flexible, con colchones, cojines, nórdicos y colchas de calidad y con un precio competitivo. “Somos más caros que la media, pero nuestra calidad y servicio son infalibles. La satisfacción plena de los clientes y la garantía de calidad es nuestro objetivo”, confiesa.
A pesar de la recesión, Cotoblau siguió su camino y empezó a trabajar con grandes empresas de distribución a nivel europeo y mundial y con grandes marcas. En 2015, hizo una parada en Ontinyent, donde invirtieron en su proceso productivo y compraron naves, que conforman hoy sus instalaciones, las cuales ocupan 30.000 m2, a las que se suman las de la población vecina, Albaida. “Apostamos hace dos años por diversificar la producción, ya que creíamos que habíamos optimizado el proceso de producción de protectores al máximo con una línea nueva de colchones, que hemos implantado en el mercado ruso y chino”, explica el responsable de Marca y Producto. Sus pasos han dejado huella en San Petesburgo o Moscú, donde tienen tiendas propias.
Encuentran en Ontinyent un buen punto de conexión por la autovía, el puerto de València y el de Sagunto, así como por las empresas auxiliares de alrededor. “Se emplea más gente en confecciones exteriores que trabajan prácticamente en su totalidad para nosotros. Esa ventaja da la posibilidad de que, si necesitamos un refuerzo de producción de cojines, sabemos que hay empresas cerca, lo que permite un control más cercano de la calidad o enviar material a un menor coste”, explica.
“Cotoblau está en un proceso de expansión, de diversificar el producto y, sobre todo, de potenciar sus marcas en el mercado. Nosotros ya hemos sentado las bases de la empresa con clientes como Ikea y ahora lo que estamos haciendo es potenciarlas. La semana pasada firmamos un contrato para producir en exclusiva para un distribuidor importante de Senegal”, confiesa Candid, así como subraya la ilusión que les produce empezar en estos mercados emergentes.
El responsable de Marca y Producto enfatiza en la relevancia de la visión hacia el exterior y la internacionalización en un mundo global. “Cuesta 1 minuto encontrar el teléfono de un proveedor de otro país potencial, 2 obtener su e-mail y 5 redactarlo para concertar una cita con él”, establece. Japón, Argelia, Sudáfrica o Estados Unidos son escenarios por los que la empresa sigue sus pasos. Lomonaco o Tramas son clientes de Cotoblau, la cual trabaja el método b2b, ya que fabrican para otras marcas a las que quieren transmitirles la tranquilidad de que van a tener un buen producto que les permita prescindir de un departamento de calidad que les genere más costes. “Queremos que la garantía sea total”, explica.
Esta garantía se traduce en una facturación de 30 millones de euros anuales.“Este año la cifra se incrementará un poco más, según creemos. Desde 2015 a 2019, la facturación ha aumentado en un 100%”, asegura. Una parte del porcentaje se atribuye al Gokart, que supone el 60% de la facturación. “A partir del mes que viene, será un producto totalmente nuevo”, expone. El Gokart -que fabrican para Ikea- es lo que más se vende, pero en la empresa también hay hueco para el Meddal, un artículo único en el mercado, que consiste en el primer protector y sábana "todo en uno".
La empresa tiene un largo recorrido, pero en el viaje sus empleados siempre han estado presentes. Una de las cosas más importantes, asegura Candid, es saber lidiar con los ellos. “Es clave. Contamos con una plantilla de 300 trabajadores. Ahora nos encontramos en un proceso de cambio en la sección que confecciona los protectores, que es la que más produce de la empresa: más de 100.000 productos a la semana”, explica.
“Intento ser cercano con los trabajadores. Lo primero que hago por las mañanas es bajar a dar una vuelta para ver si alguien tienen algún problema. Es importante que la comunicación ascendente sea real y posible; que sepan que pueden hacer llegar sus quejas, que son escuchados y que son importantes para la empresa, porque son los que luchan para que salga adelante”, explica el responsable de Producto y Marca, quien asegura que cada semana emplean gente. “Cada lugar requiere un perfil. En el caso de la administración, buscamos un perfil con una visión internacionalizada, eficiente, empática, con mentalidad de equipo, lo que viene a ser un profesional a la altura del trabajo y los clientes”, confiesa.
Asegura que con la crisis, la gente que estaba especializada en el textil perdió su trabajo y ha podido volver a entrar en el mundo laboral por la puerta de Cotoblau. Pasaron de fabricar un producto de necesidad básica, mediante un proceso productivo eficiente, a unos artículos más técnicos, lo que ha producido una demanda de mano de obra especializada.
Candid explica que la automatización de los procesos de producción obliga a una redistribución de los trabajadores. “Hay que tenerlos en cuenta a la hora de ver sus preferencias. Tienes que entender que son personas con problemas propios, por lo que se necesita empatía, pero también mano derecha e izquierda”, expone.
El responsable de Marca y Producto enfatiza en su apuesta por Ontinyent. “Para la gente joven, es importante saber que las empresas priorizan la zona porque demandamos talento de cara al futuro, que creemos que está en la eficiencia y sostenibilidad de los procesos productivos, lo que supone un cambio en la tendencia del perfil del trabajador, que tiene que estar mucho más especializado y cualificado, y, sobre todo, que vaya más enfocado a los nuevos tiempos, con una mente más global; que entienda las necesidades del mercado actual, no solamente del nacional, sino también internacional, y que sepa captar tendencias del exterior para aplicarlas aquí a nivel de producción, creatividad o venta ”, asegura.
El Lean Manufacturing se ha incorporado a su trayectoria. “Trabajamos bajo un sistema de mejora continua, por eso se mantienen reuniones antes y después del turno de 5 y 15 minutos respectivamente para ver los problemas. Si estos no se arreglan, los encargados nos los trasladan a la directiva para resolverlo en la reunión semanal. La dirección nos reunimos todos los días para hacer un repaso de lo que pasa en la fábrica porque una parte fundamental es la comunicación, una mentalidad de equipo para ayudarse y lidiar con los problemas”, expone el responsable de Marca y Producto.
Su valor diferencial reside en la eficiencia y sostenibilidad. Intentan cubrir la necesidad del descanso y protección de la cama del cliente, así como aportar un valor añadido con materias primas naturales y procesos productivos menos nocivos para el medio ambiente. “Trabajamos con certificados que garantizan que la producción propia sea eficiente, pero también la de los proveedores. Que no vengan de países tercermundistas donde se explote a los niños o mujeres. Lo que nos diferencia es buscar una eficiencia, sostenibilidad y calidad respecto al servicio y producto”, expone Candid.
La empresa ha crecido y sus expectativas con ella. “Cuando se fundó, el mundo funcionaba de manera diferente, la sostenibilidad ni siquiera existía. Nosotros nos hemos marcado el objetivo de revertir la producción de la empresa con productos reciclables. El año que viene, el 70% de la producción lo será y la energía que utilizamos ya es renovable”, explica.
A nivel corporativo, su objetivo es la sostenibilidad; a nivel de marketing, persiguen una imagen más elegante y diferenciada con productos de calidad. “En la marca Kamasana es en la que más apostamos, ya que vamos a abrir un edificio de oficinas con una gran tienda, que será el buque insignia de la marca a nivel nacional, lo que iniciará su valor corporativo nuevo”, confiesa.
A nivel familiar, han adquirido un porcentaje de unos laboratorios, donde han desarrollado el CO2 pure, que se impregna en los tejidos en el proceso de producción y es capaz de eliminar el CO2 y los malos olores del ambiente. “Lo que conseguimos es que la cama cubra la necesidad de descansar, cuide el planeta y limpie la atmósfera”, explica el responsable de Marca y Producto.
Ikea entró por la puerta grande y hoy ocupa dos almacenes dedicados en exclusiva a la marca, que ha supuesto el incremento de sus conocimientos por sus exigencias y su forma de trabajar, ya que se tienen que adaptar a sus requerimientos, lo que se traduce en aprendizaje a nivel de empresa, que implica beneficios no solo en esta, sino también en los clientes. “Es un beneficio común y solo salen cosas buenas de la relación”, afirma.
Ikea comporta una forma de trabajar ordenada y eficiente por la mínima pérdida de tiempo en cuanto a movimientos; exige altos niveles de control de calidad, que trasladan al resto de áreas. “Impide que te acomodes en tu zona, no puedes dormirte, tienes que estar trabajando constantemente. Te permite bajar los costes de la empresa, lo que se traduce en mejoras a nivel de producción y corporativo y una mayor eficiencia de la empresa”, considera. “Primero trabajamos con una pequeña prueba, con pocos artículos, y hemos ido creciendo. Cuanto más adecuas la empresa, más posibilidades tienes de fabricar con ellos”, asegura.
“La semana pasada, nos reunimos con dos responsables de Producto de Ikea y nos felicitó porque, a pesar de tener más de un millón de referencias de marcas, estamos entre las Top300 de lo que más se vende y por el bajo número de incidencias con los artículos que fabrican. En cuanto a protectores, fabricamos el que más se vende y estamos presentes en todas su tiendas alrededor del mundo”, explica Candid.
El responsable de Marca y Producto afirma que el textil es una industria rudimentaria en cuanto a maquinaria, que no puede escapar a la mano de obra, pero Cotoblau está incorporando nuevas tecnologías en los procesos de empaquetado y de control de calidad. “Reduces el tiempo, es más eficiente para el transporte y tienes más control sobre el consumo de plástico y energía”, afirma.
“No sobrevive el más listo ni el más fuerte, sino el que mejor se adapta. Tienes que estar pensando hacia dónde vas en el mercado constantemente. Te marcas unos objetivos pero vas concretándolos en función de la situación”, establece.
La reconversión hacia los materiales 100% reciclables, potenciar sus marcas a nivel internacional e implantar el CO2 pure se conforman como los mayores retos. “Creemos que esta novedad puede triunfar a nivel mundial porque supone beneficios para la sociedad. No es una cuestión solo económica, sino de valores con los que se que puede ayudar al planeta”, expone.
Cotoblau cree que el sector textil es el protagonista en un escenario futuro, ya no tanto basado en la mano de obra barata y las megaproducciones, sino en la formación, el valor añadido de las producciones, la especialización y la distribución mundial, objetivos sobre los que descansa la empresa líder en protección de colchones en Europa.