Hoy es 10 de octubre
Muchas de las criptodivisas actuales desaparecerán y algunas tecnológicas lo harán también o serán compradas por otras más grandes
MADRID. De nuevo una debacle en el 'mundo cripto' con FTX como noticia que pone en tela de juicio al sector y adolece la confianza de los inversores, cuando hace una semana que la compañía se acogiera al capítulo 11 en Estados Unidos de la ley de bancarrotas.
Apalancamiento, préstamos apalancados, colaterales basados en criptomonedas son algunas de las bases o premisas en la que se sustentan algunos de estos negocios. Si las condiciones de financiación empeoran, la liquidez tiene un shock de estrangulamiento o alguno de esos activos subyacentes o criptomonedas desaparecen, el castillo de naipes se cae.
En el caso de FTX y su token, estamos empezando a ver las consecuencias y exposición en otras entidades como el Exchange Genesis, que ha congelado los retiros de efectivo, o la exposición a otras importantes entidades o fondos de capital riesgo como Sequoia, SoftBank o Temasek.
Un inversor debe ser consciente de la alta volatilidad de este tipo de activos y si decide por adentrarse en los mismos, quizás los menos volátiles sean las dos criptomonedas más negociadas: Bitcoin (BTC) y Ethereum (ETH). Ambas han perdido aproximadamente un 75% desde los máximos alcanzados en 2021 en su relación al billete verde, es decir, 69.060 dólares y 4.870 dólares respectivamente.
A pesar de todo ello y de la situación actual, ambas se encuentran 'relativamente estables' con el BTC. Destacaríamos para el caso del Bitcoin, como niveles de soporte en el corto plazo los 15.515 'billetes verdes', mínimo anual marcado durante la última semana y principal resistencia para seguir teniendo aspiraciones alcistas los 17.000 dólares. Si perdiese los mínimos marcados durante este año, deberíamos de mirar la zona 12.000-13.000 dólares como nivel relevante a modo de soporte, es decir, máximos aproximados de 2019.
Estamos en ese momento en que el mercado 'hace limpieza' aprovechando el contexto económico pesimista y negativo en el que nos encontramos. Muchas compañías tecnológicas se encuentran sobredimensionadas y por ende aprovechan el momento para recortar costes o reducir plantilla. Recordemos otro ejemplo como el sector financiero en España hace unos años.
El mismo FMI en sus últimas previsiones económicas de hace un mes estimó que un tercio de la economía mundial entrará en recesión en 2023. Todo esto nos hace recordar que todo tiene un precio -lo que cotiza- y un valor -intrínseco del activo- y no hay nada gratis en el mercado sin asumir un determinado riesgo. Posiblemente, muchas de las criptomonedas actuales desaparecerán y algunas tecnológicas -sin dar nombres no paran de registrar pérdidas trimestre tras trimestre- lo harán también o serán compradas por otras más grandes. Es en cierta medida 'sana' recortar plantilla en este contexto, y de hecho el mercado de renta variable se lo suele tomar bien en el corto plazo.
Pongamos como ejemplo los recientes casos de Meta (Facebook), Amazon o Twitter. En los primeros dos casos, sus acciones han subido durante la última semana un 10% aproximadamente frente a un comportamiento prácticamente plano del S&P 500 (-0,8%). Quizás en este sentido, y dentro del sector, se podría hacer una principal diferenciación según el perfil de riesgo del inversor entre compañías con más volatilidad como las relacionadas con ecommerce, redes sociales, streaming u otras. Se trata de empresas que han perdido todo o una buena parte de la rentabilidad en este año 2022 de lo ganado durante los últimos dos años y, entre otros factores, por la covid-19. Algunos ejemplos podrían ser Snap, Zoom, Shopify, Netflix, Meta, Adobe o Salesfoce.
Mientras si se desea tener una exposición a tecnología mediante inversión en cotizadas específicas de una manera más conservadora, quizás la mejor opción sería decantarse por aquellas con un negocio más maduro (Microsoft o Intel) o las de gran capitalización (Apple, Alphabet o Amazon).
Juan José del Valle es analista de mercados de Activotrade