Cuatro colegios ponen a los profesores a vigilar puertas y a coger el teléfono al no tener bedel

VALÈNCIA. Los colegios Henri Matisse, de Paterna; la Marxadella, de Torrent, el IES la Cañada y el IES Misericordia de Valencia han tenido un inicio de curso un pelín más complicado de lo habitual. Antes de principio de mes, los cuatro centros comunicaron a la Conselleria de Justicia y Administraciones Públicas que debía cubrir las plazas de auxiliar de gestión o de conserjería para poder seguir resolviendo trámites burocráticos con normalidad. De las plazas de conserje existentes, doss están sin adjudicar desde el 3 de julio. La tercera estaba ocupada por una interina que solicitó una excedencia. 

Desde el 1 de septiembre, los centros escolares carecían del personal necesario para controlar los accesos o atender llamadas, dar curso a las matrículas o solicitudes de bacas, por ejemplo. Tras comunicarlo a la Conselleria, recibieron la respuesta de que no había un plazo determinado para encontrar una solución. Pero la habría. En algún momento. De manera provisional, el equipo directivo se dedicó a vigilar las entradas y salidas mientras impartían clases y asumían las tareas administrativas.

De momento, el primer problema con el que se ha encontrado alguno de estos centros han sido las quejas de los alumnos de ciclos formativos, que se quedan en la calle, sin poder asistir a clase, si llegan tarde, como ocurrió a finales de la semana pasada, cuando el metro sufrió retrasos. 

Preguntada por este asunto, en la Conselleria de Gabriela Bravo aseguran que los puestos de auxiliar de gestión para la Marxadella y La Cañada están adjudicados desde el 4 septiembre. Los adjudicatarios están ahora a la espera de que la Conselleria de Educación haga efectiva la toma de posesión, aseguran las mismas fuentes. La pelota está ahora en el tejado del departamento de Vicent Marzà. Como sea, con el balón encalado no se puede jugar. Y eso es lo que critican los docentes: que tengan que asumir tareas que no les corresponden y responsabilizarse de lo que ocurra con más de 700 alumnos, la mitad menores de edad, mientras deberían estar dando clases.