VALÈNCIA. Las imágenes compartidas este miércoles por la cuenta oficial de Twitter de la Vicepresidencia Segunda de la Generalitat tenían un claro mensaje: la normalidad institucional pese a la vida interna de los partidos. Rubén Martínez Dalmau, quien esta semana dejará de ocupar el cargo, mantuvo una sesión de trabajo con Héctor Illueca, quien mañana viernes lo relevará después de que el primero anunciara que dimitía.
Desde que lo hizo, su formación, Podem, ha vivido una serie de acontecimientos que han acabado por provocar que actualmente atraviese su peor momento en la Comunitat Valenciana desde que obtuviera representación en Les Corts en 2015. Aunque no todos son consecuencia de su salida y muchos vienen de largo, sí han tenido lugar después.
La despedida de Dalmau se produce tras constantes pulsos con la líder del partido, Pilar Lima. El último, a cuenta del nombramiento de la persona que debía ostentar la secretaría autonómica de Justicia. La situación evidenciaba una vez más lo rotas que se encuentran las relaciones en el seno de la formación morada y volvía a desencadenar un profundo descontento interno por el modo de gestionar la situación.
Este martes llegaba una nueva explosión. Un total de siete miembros de los 43 que conforman el Consejo Ciudadano Valenciano (CCV), el máximo órgano de dirección del partido, decidían dimitir entre críticas al autoritarismo de Lima y admitiendo la deriva del partido. A ello se unían las declaraciones de la aludida asegurando que percibía a la organización "más fuerte y cohesionada que nunca" y otras comunicaciones internas, como la del 'número dos' de la formación llamando "gentuza" a sus compañeros salientes.
Las reacciones llegaron hasta de Esquerra Unida, sus socios de coalición, para recordarles su existencia previa a ellos, los cargos con los que cuentan y amenazar con la ruptura si la cosa sigue así.
Después de la tensa jornada, la vida dentro del Consell ha continuado. Y así lo quisieron demostrar desde la parte institucional. Dalmau e Illueca –este último asociado a la corriente de Lima– se reunieron con varios cargos de la Conselleria de Vivienda y de sus entidades dependientes como la EVha. La cita sirvió, además de para abordar los asuntos clave de gestión, de despedida del primero y presentación del segundo.
Una imagen de transición pacífica en contraste con lo sucedido en el partido que ambos han querido mantener desde el principio y que, al menos por el momento, tranquiliza a sus socios de Gobierno del PSPV ante el temor a la inestabilidad y a las consecuencias de la marcha de un aliado de Ximo Puig dentro del Ejecutivo.
Al margen de esta normalidad de relevo de carteras –Illueca ya participará en el pleno del próximo viernes como nuevo vicepresidente segundo–, se encuentran las dudas de los cambios dentro de la Conselleria. Aunque él ha incidido en que quiere contar con los cargos actuales, parece factible que aquellos que forman parte del equipo más cercano de Dalmau no sigan. Hasta dónde llegará el vaticinio de una nueva purga por parte de la dirección todavía no se sabe.