VALÈNCIA. Los candidatos a la Alcaldía de València tuvieron este viernes la oportunidad de dirigirse directamente a los vecinos y vecinos para contraponer sus programas electorales y hacer balance de los últimos cuatro años de Govern de La Nau. El debate organizado por la Cadena Ser celebrado en el Paraninfo de la sede de Universitat de València, a la que acudieron los partidos con representación en el actual hemiciclo municipal, marca el inicio de la campaña electoral.
El debate no tuvo profundidad debido a lo encorsetado de las intervenciones y a los bloques temáticos elegidos, muy generales (balance de legislatura, propuestas, relaciones con el Gobierno y la Generalitat, pactos) que no facilitaron que se entrara al debate de asuntos concretos de la ciudad. Solo se animó con las continuas interrupciones de la candidata del PP, María José Català, a sus adversarios, hasta que el moderador le llamó la atención.
Català protagonizó buena parte del debate debido a sus piques con Joan Ribó (Compromís) y Sandra Gómez (PSPV-PSOE), que estuvieron hábiles a la hora de replicarle. Sin alharacas pero igual de contundentes, Sandra Gómez y el aspirante de Ciudadanos, Fernando Giner, se reivindicaron como alcaldables, lanzaron numerosas propuestas, especialmente Giner, y dieron golpes certeros en un debate donde se reflejaron dos claros bloques, izquierda y derecha, con críticas contadas en el seno de cada uno de ellos.
La izquierda discrepó en asuntos de movilidad y el aspirante a revalida la Alcaldía, Joan Ribó, criticó que el gobierno de Pedro Sánchez no hubiera condonado la deuda de La Marina. En la derecha también sobrevoló un pacto de no agresión con alguna excepción en la que Giner y Català, se acusaron de una suerte de colaboración con el pancatalanismo. Curiosamente, ninguno de los dos empleó el recurrente argumento del catalanismo en contra de los socios del Govern de la Nau.
Abrió el debate el alcalde y candidato de Compromís, Joan Ribó, muy cómodo durante la hora larga que duró, quien lamentó la falta de tiempo para relatar todos los "logros" que quería poner sobre la mesa. El incremento de las zonas verdes, la reducción de la deuda en el consistorio y la inversión en los barrios fueron sus primeras puntadas, que completó más tarde con el hecho de que "ya no se corta la luz y el agua a las familias por no poder pagar a final de mes". Defendió las políticas de movilidad de su concejal más criticado, Giuseppe Grezzi, apelando al medio ambiente y a la necesidad de preocuparse "por el aire que respiran nuestros hijos".
La candidata de Unides Podem-EU, María Oliver, destacó las metas alcanzadas por las áreas que gestiona su grupo municipal: bajar los precios de las escoletas municipales y la mejora del problema del absentismo en educación, y las ayudas al alquiler que han llegado a las 1.500 familias en el ámbito de la vivienda. Oliver mentó la "corrupción y el despilfarro" para rememorar el gobierno del Partido Popular, contraponiéndolo al de La Nau, que "ha apostado por la transparencia y la participación".
La socialista Sandra Gómez fue la primera en hacer referencia al partido que no estaba en el debate, hablando de la "política que ejerce la intolerancia y el odio como bandera". Criticó la anterior gestión de los populares al frente del gobierno municipal al haber "arruinado nuestras cuentas públicas, a nuestras familias, y el nombre de la ciudad". La Nau, dijo, ha atendido "lo urgente": sanear las cuentas, ayudar a las familias e invertir en los barrios.
La oposición hizo un balance de mandato absolutamente opuesto. El candidato de Ciudadanos, Fernando Giner, dijo que "se ha pasado más tiempo mirando atrás que mirando hacia adelante" y que, de haberse cumplido aquello de lo que el Govern de La Nau se vanagloria, "se habría producido el efecto alcalde". Algo que, a juicio de Giner, no adelantan los sondeos. El candidato del partido naranja criticó que la ciudad está "sucia y atascada" y puso como diana de sus principales críticas las actuaciones en movilidad: "Han metido carriles bici a martillazos". Carriles bici, por cierto, que se comprometió a revertir en Reino de Valencia, Burjassot, Alicante y Russafa. Asimismo, lamentó que no se haya puesto "ni un ladrillo de vivienda social en cuatro años".
Según María José Català, la candidata popular a la Alcaldía, el ejecutivo municipal de estos últimos cuatro años ha pecado de inexperiencia y descoordinación, además de hacer gala de de una "imposición ideológica permanente". Disparó contra el atasco del tráfico y de las licencias de actividad -3.000 expedientes paralizados, insiste una y otra vez-. Además, culpó al gobierno municipal de permitir que en 22 escoletes de la ciudad no se dé "ni una sola hora de castellano" en educación infantil. En impuestos, acusó al gobierno local de haberlos incrementado en un 14% y de no ejecutar los presupuestos, dejando sin gastar 200 millones en cuatro años.