Mi madre va a Dolium con sus amigas. Por su plato más representativo, el steak tartar, puede que no, pero eso influye. Aunque ella es más fan (si se puede utilizar un anglicismo en este ambiente) del carpaccio de gambas. Por las novedades de la carta y del ambiente, seguro que no. A Dolium vas a sentir el clasicismo en tus venas. El trato protocolario, la carta de siempre, las caras de siempre. ¿Eso está en contra de las corrientes actuales? Puede ser. Pero lo bueno no sabe de tendencias. Aquí vienes a lo que vienes, mesa de mantel y servilleta de tela. Pide unas croquetas de jamón; mejor, pide muchas. Academicismo en estado puro.
Plato destacado: Carpaccio de gambas