VALÈNCIA. Los hermanos Pablo y Gonzalo Calvo, dueños de la cadena de restauración Voltereta, se lanzan a la gestión de un coworking. Aprovechando el gran espacio que tenían en sus oficinas centrales, han decidido hacer de la necesidad un negocio y transformarlas en un centro de uso compartido con otras empresas o nómadas digitales que busquen un lugar de trabajo en pleno centro de València. Y lo hacen a lo grande, con una gran superficie de cerca de 800 metros cuadrados y capacidad para acoger a 40 personas.
El espacio se ubica en la calle Pizarro número 23 y su diseño está inspirado en sus restaurantes. Consta de dos grandes plantas con seis salas de reuniones, zona de cocina y cabinas para hablar por teléfono o trabajar de forma independiente. "El origen de este proyecto surge de la necesidad de completar la gran superficie que tenemos para generar comunidad y propiciar relaciones con otros profesionales", explica Léa Frémiot, responsable de la gestión del coworking.
En un principio, las oficinas iban a ser la sede de Dreamland, la sociedad matriz que aglutina todos los negocios de los hermanos Calvo: las cadenas Voltereta, Begin y One Burger, además de Montezuma, la marca de moda que hace solo unos meses que lanzaron al mercado. No obstante, se dieron cuenta de que su gran tamaño les permitía compartirlo con otros perfiles y empresas. "Nosotros somos 70 personas en el grupo, pero con el teletrabajo a diario hay 40 personas en la sede y teníamos metros suficientes para generar más comunidad", explica.
Por ello, decidieron finalmente reconvertir sus oficinas en un coworking en el que hay capacidad para otras 40 personas. "Pensamos que es muy importante compartir proyectos con perfiles creativos y queremos acoger a otros proyectos que sumen. Estamos abiertos a cualquier perfil profesional porque todos pueden aportar algo y como grupo estamos sectores diversos", señala. De hecho, ya trabajan en este enclave Makalu, firma dedicada a la bebida Kombucha, y la startup Veneno.
En concreto, la primera planta evoca a la naturaleza con una gran zona abierta con mesas y una pequeña cocina para tomar algo o comer. En cambio, la segunda se sitúan tiene las largas mesas de trabajo, rodeada de una biblioteca y salas de reuniones inspiradas en los años 20 y en Alicia en el País de las Maravillas. En ambas alturas existen cabinas individuales para poder hablar por teléfono o descansar. “Nuestra idea ha sido mezclar conceptos con referencias a nuestros restaurantes”, explica la responsable del coworking.
Existen varias tarifas para el alquiler de los puestos de trabajo: diaria, mensual, semanal o trimestral, en función de las necesidades de los futuros usuarios. "No alquilamos sitios fijos, sino flexibles para que pueda haber movilidad en el espacio y se generen sinergias de trabajo", apunta. Asimismo, la compañía se abre a alquilar toda la superficie para eventos o actividades que quieran hacer empresas.
Pero, además, para generar comunidad cada dos semanas organizan actividades como talleres de pintura o de cocina, así como catas o jornadas de meditación. El proyecto se inauguró en junio, pero no ha sido hasta hace unas semanas cuando han empezado la búsqueda de coworkers y, por el momento, ya tienen demanda tanto de pequeñas compañías de 3-4 trabajadores hasta nómadas digitales. Incluso, les han pedido utilizar el espacio para grabar una sesión de música.
Lo cierto es que las oficinas flexibles y de uso compartido cada vez crecen más en València. A día de hoy, el mercado valenciano concentra más de 13.200 metros cuadrados de espacios flexibles, según CBRE. De hecho, la ciudad es la tercera en España con mayor número de coworking en España, según el informe 'Estado del Coworking en España 2022-2023' y la quinta con mayor ocupación, por detrás de Málaga (98%), Sevilla (85%), Madrid (84%) y Barcelona (79%).
Por el momento, los hermanos Calvo no aspiran a entrar en el negocio del coworking y este será su único centro. “La prioridad es abrir nuevos restaurantes, por lo que, a priori, no es una nueva vía de negocio. Lo que hemos buscado es generar una pequeña comunidad para compartir y promover sinergias. Muchas personas quieren trabajar en sitios inspiradores y pequeños como el nuestro porque el propósito es compartir, apoyarnos y aconsejarnos y eso no se consigue en oficinas grandes", concluye Frémiot.