VALÈNCIA. El impás urbanístico en el que se encuentra ahora mismo sumido el barrio de Patraix llegará pronto a su fin. Y es que, la concejala encargada del ramo, Sandra Gómez, anunció este lunes que la Conselleria de Cultura ya ha emitido el informe favorable para dar rienda suelta al Plan Especial de Protección del Núcleo Histórico Tradicional de Patraix (PEP), el cual tiene como objetivo cambiar el planteamiento del barrio y proteger algunos de sus entornos más singulares. De este modo, el único paso que todavía queda pendiente es la aprobación definitiva por parte del Ayuntamiento, hito que según la edil tendrá lugar el próximo mes de enero.
Se pone así punto y final a una situación que mantenía en vilo a los vecinos y vecinas desde el pasado mes de febrero. Y es que, la historia del cambio de modelo urbanístico en Patraix cuenta con una serie de capítulos que se ha alargado considerablemente en el tiempo.
En la década de los 90, se aprobó por parte del consistorio el Plan de Reforma Interior, que básicamente consistía en la demolición de algunos edificios históricos para construir nuevas calles y rotondas. Un destino que había cambiado indudablemente la fisionomía del barrio y que, en última instancia, habría acabado con su esencia tradicional de pueblo. Es por ello que en el año 2015, el nuevo gobierno compuesto por el PSPV y Compromís -y entonces Podem-, se comprometió a aprobar una nueva ordenanza que sustituyera a la anterior y garantizase la preservación de los entornos singulares.
De este modo, el Ayuntamiento se puso a trabajar sobre el plan y, como es habitual en este tipo de situaciones, suspendió cautelarmente la tramitación de todas aquellas licencias que pudieran entrar en conflicto con el nuevo planteamiento para el barrio. En esencia, las de parcelación, edificación o demolición, dejando únicamente en pie las que tuvieran menor impacto como por ejemplo las de reforma o mantenimiento.
Esta paralización de las licencias se aprobó en diciembre de 2018 y tenía una duración inicial de dos años, aunque luego se alargó dos meses más hasta febrero de 2021 como consecuencia de la pandemia. Un periodo que el Ayuntamiento consideraba más que suficiente para tener aprobado el PEP. Sin embargo, finalmente, no fue así: las medidas cautelares decayeron sin que el nuevo plan viese la luz, lo cual dejaba al barrio en una situación más que confusa.
Y es que, sin bloqueo de licencias y sin nuevo planteamiento urbanístico, podría darse el caso de que alguien pidiera permisos en consonancia con el anterior modelo, lo cual podría haber generado conflictos con la nueva imagen que se quiere proyectar sobre Patraix. Un problema que, finalmente, está un paso más cerca de verse solventado gracias a la tramitación del Plan Especial por parte de la Conselleria de Cultura, la última formalidad antes de volver al Ayuntamiento para su aprobación definitiva.
Y es justamente el viaje del PEP en la Conselleria de Cultura lo que, según el consistorio, ha retrasado considerablemente la puesta en marcha del nuevo plan de Patraix. En este sentido, alegaron en su momento que la tardanza a la hora de realizar las inspecciones pertinentes ha sido lo que ha impedido llegar en plazo y forma a la aprobación del planteamiento.
Un retraso que también ha molestado a los vecinos, quienes a lo largo de estos dos años han visto las licencias paralizadas sin que se haya podido acometer la "necesaria" regeneración del barrio. Un entorno que, a pesar de haber sigo considerado como Bien de Relevancia Local, cuenta ahora mismo con diversos solares baldíos y también edificios históricos y protegidos en un avanzado estado de deterioro. Así, lo que pretende el nuevo Plan Especial es su recuperación, protección y puesta en valor.