VALÈNCIA. Por un lado, el autobús nocturno; por el otro, el sector del ocio. Por un lado, una medida: la prohibición de aparcar en el carril bus; por el otro, un colectivo, el de hosteleros, que asegura que ha sido un duro golpe a su economía. Los datos se citan con las impresiones. La colisión está empezando.
Criticaba este jueves el concejal de Ciudadanos Narciso Estellés que la anunciada apuesta de la EMT por el autobús nocturno ha contado con un refuerzo de las líneas nocturnas insuficiente, algo que según él se puede comprobar en que se ha incrementado la afluencia sólo “16 pasajeros por autobús”. Y, al mismo tiempo, los empresarios del sector del ocio hacían llegar un comunicado en el que aseguraban que la bajada en la asistencia de clientes a unos 750 locales de la ciudad “ha sido cuantiosa” e insistían en que a corto plazo puede suponer el despido más de medio millar de personas. La guerra del carril bus se ha desatado.
En ese agua revuelta los partidos de la oposición municipal, Ciudadanos y PP, salieron a la palestra a instar al Govern de la Nau a replantearse la prohibición, poniéndose del lado de los empresarios. Estellés era especialmente contundente y aseguraba que “la medida ha sido una cacicada de Compromís impuesta con la aquiescencia de sus socios de gobierno y sin haber escuchado nunca a los agentes afectados”.
Mientras, el presidente de la gestora del PP de València ciudad, Luis Santamaría, y el concejal del grupo municipal Popular Alberto Mendoza, mantenían un encuentro con el presidente de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia, Manuel Espinar, y con el presidente de la Federación de Ocio, Turismo, Juego, Actividades Recreativas e Industrias Afines de la Comunidad Valenciana, Víctor Pérez, para analizar las consecuencias que ha tenido en el sector la prohibición.
La cita tenía lugar tras el encuentro celebrado en la sede de la Confederación Empresarial Valenciana por representantes del sector hostelero, una cita en la que se anunció un frente común para contrarrestar la medida. Los empresarios consideran las consecuencias como “muy negativas” y tanto Santamaría como Mendoza dieron pábulo a algunas de las propuestas de los empresarios, como “establecer aparcamientos por meses alternativos en cada parte de la calzada, asegurar la accesibilidad de los minusválidos y garantizar con espacios amplios el giro de los autobuses”.
Según relató Pérez a Valencia Plaza los problemas que tienen los locales de ocio de las zonas más afectadas son “muy serios” con bajadas de la recaudación de caja en algunos locales de entre un 40 y un 60%. “Estamos analizando los resultados de este año con los del año pasado, tenemos los recibos de caja y se está comprobando que ha sido una medida que ha afectado y mucho”, añadió, “con datos reales”. En este contexto lamentó: “tenemos ideas que creemos que son muy buenas y ni siquiera nos han recibido”.
Por si fuera poco, una encuesta de la Asociación Valenciana de Consumidores vino a poner más leña al fuego. AVACU dio a conocer este jueves un sondeo a cerca de 500 usuarios para conocer su opinión sobre la prohibición. Y los resultados son llamativos. Así, si bien son muchos los valencianos que no apoyan esta decisión, también es verdad que prácticamente la mitad de los encuestados no han modificado sus hábitos a la hora de salir por la noche tras esta decisión. Los datos más significativos de este sondeo se resumen en que un 70,6% no está de acuerdo con la medida frente a un 25,2% que sí está a favor, y que 48,3% afirma no haber modificado sus hábitos nocturnos frente a un 47% que sí.
Curiosamente, a mayor edad aumenta el porcentaje de los que están en contra de esta decisión. Según informa AVACU, los motivos que argumentan quienes están en contra se centran en que permitir estacionar en el carril bus “facilita el aparcamiento nocturno en barrios residenciales y la movilidad de clientes en zonas de ocio, especialmente a los que viven alejados del centro y en pueblos limítrofes de Valencia” o que “las opciones alternativas de transporte [público] son escasas”. Por su parte, los que sí están a favor dicen que la prohibición “beneficia el uso del transporte público colectivo y hace que la ciudad sea más habitable” y/o argumentan que se debe hacer “por respeto al carril bus”.
De los que están a favor de esta medida, un 93% afirma que no ha cambiado sus hábitos al salir por la noche, alegando que siguen usando el coche y aparcando donde pueden o directamente no cogen el coche, “van en taxi o en bus”. Mientras que, de los que están en contra, más del 64% ha modificado sus hábitos de ocio ya que, indican “hay pocas alternativas para ir a las zonas de ocio”, “si ya era difícil aparcar, ahora más”, así que van menos al centro y salen por otras zonas donde puedan aparcar fácil y gratuito; amén de los que directamente han reducido sus salidas nocturnas.
Fernando Móner, presidente de AVACU, cree que “si estos datos de los consumidores y los del sector económico continúan, el Ayuntamiento de València debería reunirse con todos nosotros para estudiar otras alternativas que pueden evitar esta situación de malestar en la población o buscar soluciones de movilidad más efectivas hacia los consumidores para esos días y momentos”.
En este sentido, Víctor Pérez criticó: “Son el alcalde y el concejal de todos los valencianos, no sólo de los que le han votado. Lo normal y lo coherente es que hubieran hecho una mesa de trabajo, pero ni siquiera nos han recibido. Nos han faltado al respeto. Vamos a plantar cara a esta medida y vamos en serio”, advirtió.