VALÈNCIA. El Hospital Clínico de València siguió este domingo los pasos de La Fe y ya es el segundo recinto hospitalario de la ciudad que ha decidido derivar pacientes sin coronavirus a centros privados cercanos. Así lo confirmaron fuentes sanitarias a Valencia Plaza, quienes aseguraron que el centro ha decidido adoptar esta medida dada su situación de sobrecarga por el volumen de personas ingresadas y de pacientes críticos.
La decisión llega apenas un día después de que la Conselleria de Sanidad autorizara a La Fe a trasladar pacientes adultos sin coronavirus a centros privados "ante el riesgo de colapso". Una resolución del departamento que dirige Ana Barceló motivada por la petición del propio centro hospitalario para evitar su saturación.
Ahora bien, el traslado de pacientes del Clínico a otros hospitales privados para aliviar su presión asistencial no se puso por primera vez sobre la mesa este domingo, sino que llevaba barruntándose desde hacía días. De hecho, fuentes próximas a la dirección del centro aseguran que el pasado martes se valoró realizar traslados al Hospital La Malvarrosa -público, perteneciente al mismo departamento que el Clínico- "dada la situación crítica de camas".
Un escenario que deja en evidencia la lentitud del Consell a la hora de endurecer las restricciones. Así, el Clínico barajó estos traslados el 4 de enero ante su delicada situación tras las fiestas navideñas, mientras el Ejecutivo de Ximo Puig no decidió hasta el martes 5 de enero medidas como cerrar la hostelería a las 17:00 horas, adelantar el toque de queda a las 22:00 y confinar 29 municipios de la Comunitat Valenciana. Medidas que, eso sí, no entraron en vigor hasta el 7 de enero, después del roscón de Reyes.
Con las cifras al alza, las derivaciones de enfermos críticos no covid se realizarán a los hospitales privados preferentemente, y de acuerdo con la proximidad geográfica al domicilio del paciente. En caso de que la cobertura de los hospitales privados no fuera suficiente, también se han empezado a preparar los tres hospitales de campaña -uno de ellos, situado junto a La Fe-. Y, por lo que respecta a los pacientes oncológicos, se derivarán prioritariamente al IVO, pero de no ser posible, a hospitales privados.
El traslado de personas hospitalizadas a recintos privados se producía en una semana en la que se han disparado los principales indicadores de la covid-19 y se han pulverizado varios récords, como los de contagios y hospitalizaciones. Así, en la peor semana desde el inicio de la pandemia se notificaron 22.103 casos de coronavirus, a la vez que el pasado sábado se alcanzaron los 6.240 nuevos positivos, la mayor cifra registrada en la Comunitat Valenciana.
En cuanto a las hospitalizaciones, la Comunitat ha batido también el récord de personas ingresadas a causa de la covid-19. A fecha de este sábado se contaban 2.337 pacientes, mientras que en las unidades de cuidados intensivos (UCI) la cifra se sitúa en 352, solo 34 menos que los registrados en el pico de la primera ola (386).
Las malas cifras vienen acompañadas, además, por un aumento del 52,3% en el número de sanitarios que se encuentran fuera de juego por la covid-19, lo que supone 2.334 menos (1.294 se encuentran en cuarentena y otros 1.040 de baja por coronavirus). A esto, se suma, además, la suspensión de la actividad quirúrgica no urgente y de las consultas externas en los departamentos de salud.
Con esta situación, el jefe del Consell no descartó este sábado un confinamiento parcial de la autonomía en el que únicamente se permita a la población el desplazamiento al lugar de trabajo y a los colegios. Una medida que su socio de Gobierno, Compromís, puso sobre la mesa en la Interdepartamental del pasado 5 de enero para tratar de poner freno al descontrol de la pandemia, pero que no salió finalmente adelante por discrepancias entre las fuerzas del Ejecutivo valenciano. En cualquier caso, si ahora se estudia esta posibilidad, Puig tendría que reclamar una autorización al Gobierno central para confinar a la población, ya que el Consell no tiene competencias para hacerlo.
Tras el accidentado inicio del proceso de vacunación -un problema logístico impidió el reparto de las dosis en un primer momento y, más tarde, los pinchazos se paralizaron durante tres días para respetar el puente-, Puig informó este domingo de que el 85% de las dosis de las vacunas de Pfizer recibidas ya se han puesto o distribuido, sin especificar qué porcentaje corresponde a las administradas. el pasado viernes ese porcentaje era del 26,1%, según datos del Ministerio de Sanidad.
Además, el president avanzó que Sanidad espera vacunar a cerca de 40.000 personas durante la semana entrante, probablemente los únicos datos positivos que el Botànic podrá rescatar tras una de las semanas más duras de la pandemia hasta el momento.