Mientras tanto la libra se enfrenta a sondeos ajustados en las elecciones británicas, apunta el responsable de análisis del Mercado de Ebury
MADRID. La semana pasada los mercados centraron de nuevo su atención en los cambios políticos en lugar de en aspectos económicos. Según los sondeos relativos a las elecciones en Reino Unido, el candidato del partido laborista Jeremy Corbyn ha reducido a casi la mitad la diferencia de 20 puntos que le separaba del partido conservador en la pre-campaña. El mercado ha reaccionado con una venta considerable de libras, hecho al que contribuyó la revisión a la baja del crecimiento de la economía británica en el primer trimestre.
En el resto del mundo, las divisas del G10 permanecieron prácticamente inalteradas la semana anterior. El euro no consiguió repuntar, a pesar de la tendencia alcista de los datos PMI, lo que podría significar que la reciente subida a la que hemos asistido podría haber sido demasiado grande.
La moneda más inestable en los mercados emergentes ha sido el rand sudafricano. Los rumores acerca de que el Congreso Nacional Africano pudiera quitar de en medio al presidente Zuma fueron recibidos por los mercados con euforia, pero el rand perdió la mayor parte de sus ganancias el lunes tras descubrirse que Jacob Zuma había sobrevivido al desafío.
La imposibilidad del euro de repuntar posiciones a pesar de los fuertes datos de actividad empresarial PMI de la semana pasada puede ser un primer indicio de que el repunte actual se acerca a su final. Creemos que es poco probable que los responsables de política monetaria del BCE emitan el mensaje agresivo que los mercados esperan en su próxima reunión el 8 de junio. No obstante, antes del día 8 de junio se publicará el importante dato de inflación.
Los mercados esperan una drástica disminución del nivel de los precios, tras la acusada subida de la que hemos sido testigos estos dos últimos meses. Todas las miradas estarán puestas en los índices de inflación subyacente, que ha aumentado un 0,3% desde febrero. Los economistas han remarcado que las peculiaridades de los calendarios de las tarifas aéreas y distintos subcomponentes de los paquetes de vacaciones han tenido mucho que ver en ello. De ser así, el resultado podría ser una caída importante en los datos de mayo, que a su vez debilitaría al euro.
La gran pérdida de liderazgo del partido conservador en las elecciones en Reino Unido, que ha pasado de casi un 20% a un 9%, ha recaído sobre la libra y ha hecho que ésta cotice con peores resultados que el resto de divisas del G10 en los últimos días. Además, la marcada disminución en el consumo durante los tres primeros meses del año tampoco ha sido de ayuda. No obstante, la todavía considerable ventaja de los conservadores, de casi 10 puntos, debería ser suficiente para garantizar una mayoría firme. Así, la libra ha comenzado a estabilizarse a principios de semana.
Las elecciones generales del 8 de junio proyectan una gran sombra sobre la libra. Es difícil encontrar otros datos o eventos que distraigan la atención de los mercados de las urnas hasta entonces. Sin embargo, las constantes y fuertes cifras de actividad empresarial que reflejan los datos PMI saldrán a la luz la semana que viene, lo que podría proporcionar un apoyo temporal a la libra.
La semana pasada, la ausencia de noticias negativas sobre el gobierno de Trump fue suficiente para que el dólar se estabilizara frente a las principales divisas. Las actas de la reunión de la Fed de mayo carecieron de demasiadas novedades, lo que confirma la intención de la Reserva Federal de subir los tipos de interés en junio y atisba un acalorado debate entre los miembros del FOMC sobre el nivel de los tipos de interés a largo plazo.
Esta semana nos centraremos en conocer las cifras sobre empleo en Estados Unidos, que se publicarán el viernes y que suponen los últimos datos importantes antes de la reunión de junio. Parece que la subida de junio está casi garantizada, por lo que ponerlo en duda supondría una impactante sorpresa negativa en el informe sobre empleo. Este tipo de sorpresas no son demasiado habituales y confiamos en que se materialice nuestra previsión de un aumento en los tipos de interés en la próxima reunión de la Reserva Federal.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury