VALÈNCIA. El Perelló y Mareny de Barraquetes evocan la playa que tanto se agradece y disfruta en veranos tan tórridos como el actual. La Barraca d´Aigües Vives, por su parte, invita más a excursiones de invierno, a visitas a su monasterio. El denominador común de estos lugares consiste en que representan las únicas tres entidades locales menores existentes en la provincia de Valencia. A la vez, sus vaivenes consistoriales ejemplifican la vida política municipalista.
"Son entidades locales menores aquellos núcleos de población separados territorialmente del municipio al cual pertenecen y que, teniendo características peculiares, se constituyan como tales de acuerdo con la normativa que las regula". De esa forma define la Generalitat, que "gestiona" sus procesos electorales, el estatus de El Perelló y Mareny de Barraquetes, que dependen de Sueca, y de La Barraca d´Aigües Vives, que forma parte sobre todo de Alzira, aunque dos de sus calles se sitúan en Carcaixent.
En la práctica, tener el rango de entidad local menor supone situarse muy por encima de las potestades de una pedanía y algo por debajo de las de un término municipal. De hecho, los partidos políticos presentan candidaturas propias -algo que no ocurre en una entidad pedánea, donde el alcalde del municipio designa a su legado- y se vota por lista cerrada en el caso de las tres de la provincia de Valencia. En el conjunto de la Comunidad Valenciana existen siete.
Cada entidad local tiene un convenio regulador con el municipio matriz. En el caso de El Perelló, la más poblada con un padrón de 1.912 habitantes, el ayuntamiento dispone de todas las competencias excepto las indelegables por ley: recaudación, censo y policía. Ese convenio regulador marca el porcentaje y la cantidad de presupuesto que transfiere Sueca para que el consistorio de El Perelló se gestione. Del mismo modo puede optar, por su cuenta, a subvenciones tanto de la Generalitat como de Diputación.
En El Perelló gobernó Juan Botella, alcalde del PP, hasta el pasado 28 de mayo. Lo hizo en un complejo mandato, con tres concejales del total de siete, con cambios de socio y con la marcha de uno de sus ediles que pasó a enrolarse en Alternativa del Perelló, la formación que ha arrasado en los últimos comicios al obtener cinco concejales.
Esta circunstancia ha servido para que a finales de junio, después que el resto de consistorios a excepción de Guadassuar, Gestalgar y Moixent por recursos tras el escrutinio, elevara la vara de mando su alcaldable, José Codoñer. Este último ha sabido aunar a votantes descontentos con Botella y a gran parte del electorado más afín a Compromís (que no presentó candidatura) e incluso del PSPV, que concurrió con una lista de personas de fuera.
A esto ha sumado su cercanía y el elevado grado de conocimiento del que goza entre la ciudadanía de este espacio costero y muy vinculado al ocio, en gran medida por ser el titular del popular pub Graffiti. Su victoria con un partido independiente refleja hasta qué punto en una localidad el voto va a la persona. Toño Carratalá, en Alberic, o ahora Yolanda Pastor, en Oliva, suponen dos buenos ejemplos en poblaciones de mayor envergadura.
Incluso el socialista Jordi Sanjaime pese a que no encabece una candidatura independiente. Ha vuelto a ganar en Mareny de Barraques, una entidad local menor que bordea los 700 habitantes. De hecho, ejerce de alcalde desde 2007. En este mandato lo hace con tres concejales sobre cinco. Los otros dos sí que concurren por una formación local: Més Mareny. "Será primer edil mientras quiera. Tiene uno de esos perfiles que podría liderar cualquier partido, porque lo votan por su forma de ser", señala un dirigente local que lo conoce bien.
Sanjaime constituye un epítome del primer edil casi sempiterno, como otros compañeros suyos socialistas caso de Josep Almenar en Picanya o Conxa García en Picassent. Incluso el propio secretario general del PSPV en la provincia y alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, ya empieza a entrar en ese elenco.
Y de las dos entidades locales costeras ubicadas en la Ribera Baixa pasamos a la única de interior, que se encuentra situada en la Ribera Alta. A diferencia de las anteriores, no pertenece a un municipio, sino a dos. Aunque La Barraca d' Aigües Vives está ubicada principalmente en Alzira, un par de calles y una parte de su espacio natural radican en Carcaixent.
En la ciudad matriz y capital comarcal se ha configurado un acuerdo de gobierno, anticipado por Valencia Plaza, que dio la alcaldía a Alfons Domínguez, de Compromís, con el respaldo de los cuatro concejales del PSPV liderado por Gemma Alós y los dos de Ucin (Unión de Ciudadanos Independientes), una escisión del PP abanderada por Enrique Montalvá.
Esta útima agrupación, Ucin, obtuvo también dos ediles en La Barraca d'Aigües Vives, los mismos que Compromís y el doble que el PSPV. En total, este núcleo poblacional de unos 900 habitantes reparte cinco munícipes. Podría presuponerse que, con las mismas formaciones, el pacto alzireño se trasladaría a La Barraca. O así lo consideraba el tándem de concejales de Ucin, Paula Blay y Ángel Morcillo.
No obstante, sus dos socios capitalinos no han realizado la misma traslación. En Alzira sí que necesitan al partido independiente para gobernar; sin embargo, en la citada entidad local menor les bastan sus tres votos sobre cinco. En definitiva, que el nuevo alcalde, Gilles Denans, de Compromís, no les ha repartido delegaciones.
Esta circunstancia ha generado un monumental enfado entre los afectados, del que culpan al mismo Montalvá por no vincular ambos pactos de gobierno. De nada sirvió la reunión de urgencia que mantuvo este con los concejales y la militancia de La Barraca. Blay y Morcillo se han marchado de Ucin y se han pasado al grupo de no adscritos, tal como confirman desde la misma formación a la espera de que se lo notifiquen oficialmente.
Han sido de los primeros en este mandato, aunque a buen seguro les seguirán bastantes de diferentes formaciones. De hecho, sin ir más lejos, en Alzira ya lo hizo una concejal de Ciudadanos, Clara Aledón, en 2022. Otro epítome o ejemplo paradigmático de lo que ocurre en la política local.