VALENCIA. No es la primera vez que sucede. Desde que estallara la crisis del PSOE, el Partido Popular en Les Corts ha tratado de tomar ventaja de la situación, se sabe fuerte -quizá porque reconoce que finalmente será su partido quien gobierne durante los próximos cuatro años- y poco le importa interrumpir las intervenciones del resto de portavoces durante los plenos con comentarios desde su bancada que apelan a la fractura socialista con cierta sorna.
Sucedía este miércoles. Durante el pleno en Les Corts, la diputada del PSOE, Rosa Peris, rebatía una iniciativa que el PP presentaba en el parlamento valenciano en la que los populares solicitaban que se manifestara públicamente el rechazo a las palabras de la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, sobre los abogados e interventores de la Generalitat y los jefes de servicio. Algo que Peris señaló que no iban a hacer ya que Bravo había rectificado sus declaraciones.
No obstante, Peris no dejó pasar la ocasión para criticar que el Grupo Popular estuviera pidiendo su reprobación mientras, por otra parte, habían votado "en contra de reprobar a un conseller condenado", en referencia a Rafael Blasco. Así, la socialista interpelaba al PP si creían que "las urnas blanquean la corrupción", una pregunta irónica de la que se esperaba no obtener respuesta, pero a la que el diputado del PP, Rubén Ibáñez, contestó con socarronería "no, pero la abstención, sí". Algo que la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, recogía en su cuenta de twitter.
Podría pensarse que el diputado no calibró bien las palabras que pronunciaba si no fuera porque no es la primera vez que algo así ocurre en el hemiciclo. La síndica adjunta del PPCV, Eva Ortiz, ya lo probó en la sesión de control de la semana pasada. Al recuerdo de la herencia recibida y el pasado de los populares al que el president de la Generalitat, Ximo Puig, apelaba, la parlamentaria popular interrumpía: "Abstención, ¿sí o no?".
La frase lo dejó descolocado, de hecho, el president interrumpió su intervención unos segundos y perdió el hilo de su discurso mientras la vicepresidenta del Consell salía en su defensa y abroncaba al PP con un "es que, es que...". A lo que el diputado socialista, Fernando González Delgado, añadía que "qué manera más ridícula de intervenir".
Pero al PP le daba igual, había encontrado una arma muy poderosa para acabar con el muro con el cual se había topado una y otra vez desde que se convirtiera en oposición. Esto es, que desde que perdieran la hegemonía de la que habían gozado durante años, los populares han sido presos de su pasado y su oposición en el hemiciclo ha quedado diluida por el bumerang con el que el Consell ha tratado de bloquear cualquier nueva crítica, el de la sospecha de nuevos casos de corrupción.
Una prisión, no obstante, de la que parece que han salido los populares, y todo gracias a la fractura interna de los socialistas. Con ello, la formación ha encontrado la criptonita del PSPV y sólo cabe ya preguntarse si este tipo de situaciones van a ser las habituales en la bancada popular durante los próximos plenos.