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Entrevista a la secretaria comarcal de València del Bloc (compromís)

Robles: "Compromís y yo nos dejaremos la piel para restringir todo lo posible en el PAI de Benimaclet"

6/07/2020 - 

VALÈNCIA. "Está habiendo más diálogo que en la anterior legislatura". Lo explica Papi Robles (Murcia, 1982), la secretaria comarcal de València del Bloc -una de las tres patas de Compromís-, sobre la relación de la coalición valencianista con sus socios, el PSPV, en el gobierno de la ciudad. La crisis sanitaria, dice, ha unido lo que fue "difícil arrancar", aunque admite que "cualquier tema puede reabrir heridas". Uno de los puntos de mayor desencuentro es el urbanismo, pero son "diferencias que se han de ir trabajando".

¿Está cómodo Compromís con el urbanismo que se está llevando a cabo en la ciudad? "Nunca puedes estar completamente cómodo porque el gobierno no es solo tuyo", subraya, aunque admite que a la postre, no importa tanto qué socio del gobierno esté cediendo más, sino si se está dando respuesta a las exigencias vecinales. Se está haciendo "poco a poco", aunque para Robles "nunca será suficiente", dado que su "utopía" es que las instituciones no dependieran "de entidades privadas para construir". Asunto controvertido es el del PAI de Benimaclet: "Puedo entender cómo se llega a la propuesta que hace Metrovacesa hoy en día, pero no la puedo compartir", asegura, pero insiste en que Compromís y ella se dejarán "la piel para que todo lo que se pueda restringir, se restrinja".

Uno de los aspectos en los que Compromís había sido muy reivindicativo antes de entrar en el gobierno municipal es la recuperación de la huerta previa a la Zona de Actuaciones Logísticas (ZAL) del Puerto. Algo que el primer edil, Joan Ribó, ya ha asegurado que no se podrá hacer, si bien pide reconvertir todo lo posible en zona verde, lo que le ha valido las críticas de varias asociaciones. "Muchas veces pensamos que por estar en las instituciones, te levantas un día, mandas, y todo pasa", apunta Robles al respecto, pero "en cambio, cuando estás en la parte de las instituciones, ves que todos los procedimientos son mucho más lentos, que la legislación tiene muchas más complicaciones que las que querrías y has de encajarlo". Y admite: "A mí también me genera mucha frustración".

Sobre todo ello y la situación interna de Compromís y concretamente del Bloc a nivel municipal, Robles conversa con Valencia Plaza en una terraza de Benimaclet.

Papi Robles. Foto: KIKE TABERNER

- ¿Cómo valoras la relación entre Compromís y PSPV en València este mandato?
- Llevamos un año y ha habido varias fases. Al principio, la negociación se enquistó y fue más difícil arrancar. Ahora, la situación de la Covid nos ha obligado de alguna manera a dejar algunas cosas atrás y a trabajar más conjuntamente, y eso está generando mucha unión. Estamos poniendo el foco en las necesidades que hay, y eso se puede utilizar como una buena oportunidad. Está habiendo más diálogo que en la anterior legislatura. Aunque la legislatura es muy larga.

- En otoño hubo una fuerte crisis de gobierno a cuenta del fraude de la EMT. El PSPV es favorable a pedir responsabilidades en el seno de la empresa y Compromís parece más reticente. ¿Cree que esto puede reabrir heridas que con la Covid se habían cerrado?
- Cualquier tema puede reabrir heridas. Como es un tema que depende de personas, en función de cada situación, se trabajará de una manera u otra. Siempre estamos en riesgo de tener una crisis, pero siempre tenemos la oportunidad de arreglarlo. Este gobierno concretamente ha trabajado ya conjuntamente cuatro años y ha aprendido que construyendo se puede conseguir mucho más que destruyendo. El riesgo siempre está, pero de momento se puede llegar a acuerdos constructivos y siempre con la visión puesta en lo que será mejor para la ciudad.

- Una de las discrepancias más visibles se refiere a los asuntos urbanísticos, que se focaliza en temas concretos como la ampliación de la V-21, la ampliación del Puerto, el PAI de Benimaclet, etcétera. ¿Compromís está cómodo con lo que se está haciendo?
- El urbanismo es lo que puede marcar el modelo de ciudad al que queremos ir. Evidentemente, las diferencias más grandes están sobre la mesa en este sentido. ¿Estamos cómodos? Nunca puedes estar completamente cómodo porque el gobierno no es sólo tuyo. Hay muchas diferencias que se han de ir trabajando. A nosotros también nos ha costado un poco consolidar nuestro modelo territorial. Hace diez años nadie hablaba de cambio climático y ahora está muy encima de la mesa. Cuando empezamos a hacer carriles bici, a la gente le echaba para atrás, y ahora se agradece mucho. Se está produciendo un cambio muy rápido, y eso hace que haya diferencias a trabajar, y por eso en muchas ocasiones no tienes un horizonte tan claro como te gustaría. Nosotros apostamos por una ciudad de proximidad donde las personas podamos convivir.

- Cuando pactas con un socio, siempre se ha de ceder en algunos puntos. ¿Quién ha cedido más en asuntos urbanísticos?
- Yo soy de Compromís y siempre tendré la sensación de que estoy cediendo, porque tengo unas expectativas generadas a las que no estoy llegando. Si le preguntas a Sandra Gómez, ella te dirá que están cediendo más ellos. Al final, no sólo depende de los gobiernos, sino que la ciudadanía también se está movilizando. Por eso las cesiones mías o las del de enfrente no son tan importantes como el hecho de si estamos dando respuesta a esas demandas. Hace cinco año no había un Entre Barris ni un Cuidem Benimaclet, unos movimientos tan enraizados en la ciudad. No es tan importante quién gana o quién está más cómodo.

- ¿Se está dando respuesta a esas demandas?
- Poco a poco. Hay respuestas que se van adaptando. Para mí nunca será suficiente, porque a mí me gustaría una ciudad mucho más amable y que cambiara el planteamiento que tenemos de urbanismo. Me gustaría que no fuera así, que no dependiéramos de entidades privadas para poder construir. Pero esto es una utopía a la que nunca llegaremos. ¿En qué punto estamos? Construyendo, siempre.

Papi Robles. Foto: KIKE TABERNER

- Por ejemplo, en el PAI de Benimaclet, no parece que vaya a cambiar el planteamiento, por lo que se sabe. Hay una propuesta vecinal también. ¿Qué papel juega Compromís en este tablero?
- El urbanismo es una herramienta de la ciudadanía. En este barrio, la ciudadanía pide una cosa completamente diferente al planteamiento ya no de [la concejalía de] Urbanismo, sino de una empresa privada. Nuestro papel ha de ser dar respuesta a estas demandas que están sobre la mesa, que tienen una propuesta muy realista. Siempre hemos apostado por la participación vinculante. Ese es nuestro camino.

- ¿Si no se acaban atendiendo estas reivindicaciones, considera que se está traicionando estos valores de Compromís por los que fue votado? Algunas asociaciones ya están vertiendo críticas, por ejemplo, en cuanto al futuro de la ZAL.
- Hay palabrotas que no me gustan mucho. Si habláramos de traiciones, aquí no construiríamos nunca. Puedo entender cómo se llega a la propuesta que hace Metrovacesa hoy en día [en el PAI de Benimaclet], pero no la puedo compartir nunca. En ese sentido, Compromís y yo nos dejaremos la piel para que todo lo que se pueda restringir, se restrinja, y que miremos el urbanismo en función de lo que las personas necesiten, no de lo que el ladrillo necesita. Ya sabemos adónde va a parar eso. ¿Hay una necesidad real de más viviendas? Si hay, demos respuesta, si no, busquemos otras respuestas. No continuemos contribuyendo a un modelo que está completamente consumido. Encuentras muchas casas vacías en los barrios y al mismo tiempo estás construyendo torres: es incoherente. Aunque estamos en un proceso de cambio de visión y no pararemos hasta que cambie.

- Muchos altos cargos de Compromís, especialmente del Bloc, pero también algunos de Iniciativa, suscribieron un manifiesto recientemente contra este modelo de desarrollo. Muchas asociaciones y particulares han criticado que parezca una suerte de maquillaje, al considerar que en la práctica no se está consiguiendo ese cambio, por ejemplo en la ZAL. ¿Cómo responden a esas críticas?
- Respondemos volviendo a pensar lo que ya hemos pensado. En un momento determinado se tomaron una serie de decisiones con unas cuestiones sobre la mesa, pero la situación ha cambiado completamente. Hace tres años, no habíamos tenido una crisis sanitaria como la que hemos tenido, y está muy relacionada con el cambio climático; no habíamos tenido una declaración de emergencia climática, etcétera. Con lo que había sobre la mesa, se tomaron una serie de decisiones que ahora se pueden retomar. Es mucho más importante que la ciudad esté conectada con corredores verdes por ventilación y por nuestra salud, y por nuestro modelo innovador de vida. No podemos continuar con el ladrillo, con la industria...

- Pero estas asociaciones ven que esto no se está consiguiendo, pese a estar en las instituciones.
- Eso me hace mucha gracia. Muchas veces pensamos que por estar en las instituciones, te levantas un día, mandas, y todo pasa. En cambio, cuando estás en la parte de las instituciones, ves que todos los procedimientos son mucho más lentos, que la legislación tiene muchas más complicaciones que las que querrías y has de encajarlo. Muchas veces, como no tenemos una cultura de participación trabajada, pensamos que el hecho de hacer una demanda ha de conllevar una respuesta directa. No es tan rápido. Ojalá. La respuesta se intenta articular con las herramientas que tenemos y llegamos donde llegamos. A mí también me genera mucha frustración. Tenemos que trabajar esa frustración para enmendar lo que no está bien hecho y para hacer pedagogía sobre las cosas a las que podemos llegar.

Papi Robles. Foto: KIKE TABERNER

- Quiere decir que antes de entrar en el gobierno no sabían estas circunstancias. Se hacían unas exigencias y, al entrar a gobernar, han tenido obstáculos para transformar la realidad, ¿no?
- Claro. Cuando trabajas desde la oposición, hablas de lo que harías. Otra cosa es cuando gobiernas, ves las herramientas que tienes y las situaciones económicas en las que te quedas. Si el Ayuntamiento de València tuviera 160 millones de euros, los podría utilizar para expropiar esos terrenos, pero el dinero no es ilimitiado. Ahora estamos en mejor situación económica, pero tenemos una emergencia que se ha de cubrir y es prioritaria. Como decía mi padre: Amb diners, torrons ('Con dineros, turrones').

- En la oposición, el Partido Popular ha cambiado un poco de estrategia, al judicializar menos cuestiones. ¿Cómo ve este cambio?
- Toda la oposición que se haga dentro del espacio democrático será siempre mejor que la que juega de otra manera. Eso hace que los plenos tengan más contenido que antes. Es enriquecedor. Nosotros tenemos que ponernos las pilas en razonas nuestras posiciones. Pero que la oposición esté activa es algo muy saludable para todos. No es si a nosotros nos viene mejor o peor; yo pienso que es mejor porque la oposición puede hacer aportaciones que puedes usar para construir. Seas de donde seas, si hay una buena propuesta, cógela.

- Sobre la judicialización de la política, en una entrevista a este diario el edil Pere Fuset aseguró que Compromís había de reflexionar sobre su actuación en el Ritaleaks, aunque admitió que los actos de la anterior alcaldesa no eran éticos. ¿Está de acuerdo?
- No. Compromís usó esa técnica en un momento determinado en el que todo se estaba pudriendo y estaba clarísimo. Nosotros no fuimos a judicializar la política, sino a pedir auxilio a la justicia en una situación de pobredumbre absoluta. No se pueden comparar nunca las denuncias que ha hecho Compromís con las que ha hecho el PP en los últimos años. No hay agravio comparativo. Es verdad que mucha gente ha utilizado eso para decir: "Pues ahora nosotros, también". Pero el marco no tiene nada que ver. Nosotros lo hicimos porque estábamos indefensos en el espacio político y lo que se estaba haciendo era muy grave. Equiparar las dos situaciones no es justo porque el resultado de unos procesos judiciales no tiene nada que ver.

- El Ritaleaks fue archivado.
- Lo que se hizo fue informar a la Fiscalía, que no judicializar, que es muy diferente. Informas de una cuestión que piensas que es irregular y la Fiscalía procede. Lo que hace el PP no es eso.

- ¿Se usó mediáticamente ese caso?
- Seguramente. Aprovechamos la oportunidad. Pero es muy diferente. Pensábamos que era de una determinada manera y lo usamos para informar. Si no hubiéramos encontrado fundamento, no lo habríamos hecho.

Papi Robles. Foto: KIKE TABERNER

- Uno de los agraviados de esta judicialización, ahora mismo, es Pere Fuset (Bloc). ¿Cree que su imputación puede cambiar las opciones del Bloc de cara a la sustitución de Joan Ribó?
- Esto me agota (ríe). Ponemos mucho el foco en el relevo de Joan Ribó, pero para mí el foco ha de estar en cómo consolidamos el equipo y cómo funciona la trayectoria de la gente. Mañana puede pasar cualquier cosa y cambia el marco. Mucho puede cambiar en los próximos años. Me da rabia hablar de un liderazgo porque no es tan importante.

- No hace falta irse muy lejos: el último eslogan electoral de Compromís -'Jo amb Ribó'-. El liderazgo sí que es importante.
- Sí, pero primero es la A y luego la B. Tienes un buen equipo, y dentro de ese equipo se generan liderazgos y consigues un liderazgo transformacional, que es lo que tiene Ribó. Al final él es una autoridad moral, no un liderazgo elegido en una urna. Mientras Pere Fuset continúe trabajando en equipo como hace y continúe colaborando con sus compañeros, su marco será el mismo. Lo importante es cómo la gente de alrededor entendemos ese liderazgo. La campaña de Joan Ribó es porque nos creemos su figura, no porque haya sido elegido.

- En ese sentido, Compromís se enfrenta a un cambio de paradigma, ¿no? Quizá ya no se encuentra una figura como Ribó, que represente esa autoridad moral.
- Sí, tendremos que repensar muchas cosas y tendremos que hablar en lenguajes más transversales y horizontales, para ver cómo nos reconstruimos con la gente que está. Ponemos todo el rato poniendo el foco en unas primarias y en una situación de pelearnos, y eso es un error total. Gran parte del éxito de Ribó es la confianza que todo el mundo tiene en él.

- La conformación del equipo de confianza del nuevo concejal de Fiestas y presidente de la Junta Central Fallera, Carlos Galiana (Bloc), tras la dimisión temporal de Fuset, ha recibido algunas críticas. ¿Cómo valora el cambio?
- No puedo valorar mucho, porque del mundo de las Fallas no sé demasiado. Entiendo que cada uno escoge su propio equipo y Carlos ha elegido el suyo. Sé que ahí siempre hay mucha rivalidad, con personas que han estado tirando contra Pere, pero estos mundos son tan endogámicos que si no conoces la situación, no puedes entrar a juzgar.

Papi Robles. Foto: KIKE TABERNER

- ¿Se puede entender que el nuevo concejal no está buscando esa temporalidad como inicialmente se había anunciado?
- Él hace su equipo, pero al final la situación de Carlos es temporal mientras la situación de Pere se resuelve. Y eso será así. Pero tiene derecho a buscarse su equipo durante el tiempo que tenga que trabajar. Entiendo que quiera consolidarlo, porque tampoco sabemos cuánto va a durar.

- Se quiere renovar la ejecutiva de Compromís per València. ¿Ha faltado actividad, se quiere controlar más desde el partido la actuación del grupo municipal o, mejor dicho, coordinarlo mejor?
- Esta ejecutiva tendría que haberse renovado hace un año. Pero Compromís siempre está en proceso de construcción y el momento ha llegado ahora. La voluntad de esa ejecutiva es coger más protagonismo. No me gusta hablar de control, sino de acompañamiento del grupo municipal. Que haya un equipo de trabajo fuerte y cohesionado y que, de alguna manera, en temas fundamentales de la ciudad, haya fluidez de información y diferentes miradas.

- ¿Ha faltado fluidez?
- Sí, yo creo que sí.

Papi Robles, delante de un grafiti contra el PAI de Benimaclet con el alcalde Joan Ribó como protagonista. Foto: KIKE TABERNER

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