VALÈNCIA.El diagnóstico precoz del cáncer de mama se ha demostrado eficaz para mejorar el pronóstico y supervivencia en el cáncer de mama. No obstante, la investigación en torno a la enfermedad está poniendo de relieve cada vez más la importancia del subtipo de cáncer que padece cada mujer, es decir, la agresividad del tipo de tumor. “Hay tumores muy agresivos (subtipos triple negativo y Her 2) que diagnosticándose en fases muy iniciales ya han metastatizado fuera de la mama, lo que ensombrece el pronóstico y la supervivencia; por el contrario hay otros subtipos menos agresivos (Luminal A y B) que tienen menos tendencia a salir de la mama aunque puedan presentar tamaños más grandes que los primeros”, explica el Dr. José López García, cirujano y mastólogo de Vithas Valencia 9 de Octubre y responsable de de la Unidad de Patología Mamaria de Vithas Aguas Vivas.
El riesgo de una mujer en la población general sin antecedentes familiares de padecer cáncer de mama es del 12% (*)."El riesgo se duplica en caso de que dos familiares de primer grado hayan pasado la enfermedad”, afirma el Dr. López.
En este sentido, conviene aclarar que, si bien es cierto que la genética constituye un factor de riesgo en el cáncer de mama, “solo el 5% de los casos se sabe que son hereditarios; es decir, hay alteraciones genéticas demostradas” (*).
Con todo, las pacientes que tienen una alteración genética (BCRA 1 y BCRA 2) presentan a lo largo de su vida un riesgo de padecer cáncer de mama que llega al 70% (*). “Por eso se propone en muchos casos realizar mastectomias para reducir este riesgo”, explica el Dr. José López.
Las unidades de patología mamaria estudian los síntomas que presenta la mujer y ofrecen tratamiento tanto en casos de patología benigna como en tumoraciones malignas.
El hecho de contar con los especialistas y la tecnología necesaria para realizar las pruebas que conduzcan a un diagnóstico supone un valor añadido en la detección precoz del cáncer de mama. En este sentido, apunta el Dr. López, “es muy importante evaluar el riesgo individual de cada mujer para establecer las pautas y periodicidad del seguimiento en cada caso”.
Desde estas unidades también se trabaja la prevención a través de la evaluación individual del riesgo de cáncer personal y/o familiar y, en caso necesario, ofrecen el tratamiento quirúrgico de reducción de riesgo.
Existen unos signos de alarma que deben hacer sospechar a la mujer la presencia de lesiones malignas en la mama. Tumoración no dolorosa que no desaparece tras dos reglas, sangrado por el pezón con o sin retracción de este, inflamación de toda la mama sin fiebre o nódulos en axilas son los más frecuentes. “Pero cuando esto ocurre”, matiza el Dr. López “las lesiones suelen ser ya más grandes de lo deseable para un diagnóstico precoz”.
Para el responsable de la Unidad de Patología Mamaria de Vithas Aguas Vivas, la fórmula más eficaz para detectar lesiones de mama en estadios precoces es el estudio periódico con pruebas de imagen: mamografía, ecografía y resonancia. “Y sobre todo”, añade, “realizar una evaluación individual del riesgo de cáncer de mama en cada mujer en base a sus antecedentes familiares y personales (embarazos, lactancia, densidad glandular, etc.) realizado por un especialista en patología mamaria que determine el tipo de prueba y la frecuencia con que debe realizarse en cada caso”.
El hecho de que para muchas mujeres la mama siga siendo una de las señas de identidad de su femineidad supone un reto añadido para hacer frente al cáncer de mama.
Y así, el tratamiento quirúrgico de la patología mamaria tiene una segunda lectura que lo diferencia de otras enfermedades. “Son precisamente las connotaciones estéticas intrínsecas a cualquier cirugía que se realice sobre la glándula mamaria y su efecto a corto, medio y largo plazo, las que determinan el sentimiento de curación que experimenta la paciente”, explica el Dr. López.
Por este motivo ha surgido el concepto de cirugía oncoplástica que se puede definir como el conjunto de soluciones quirúrgicas que permiten la restitución estética de la mama tras una mastectomía o cirugía conservadora, así como la corrección de las secuelas de otros tratamientos.
Para ello, la oncoplastia engloba tres procesos que pueden darse por separado o coincidir dentro del tratamiento de la misma paciente, la remodelación de la mama restante -tras una intervención oncológica-, la reconstrucción postmastectomía y la corrección de la asimetría contralateral, que busca un resultado armonioso entre la mama intervenida y la mama sana.
La Unidad de Patología Mamaria de Vithas Aguas Vivas ofrece distintas técnicas quirúrgicas en función de la clínica y de las necesidades de cada paciente.
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