El SIMAP critica las condiciones de trabajo de los médicos de Urgencias del Hospital Universitario de La Ribera
VALÈNCIA. Los días más duros de la pandemia del coronavirus obligaron a los profesionales médicos a realizar un esfuerzo extra. Las jornadas interminables, la falta de descanso y el mantenimiento de sus condiciones laborales fueron la norma durante la primera oleada del virus. Instalados en la nueva normalidad, sin embargo, los problemas de los facultativos del servicio de Urgencias del Hospital de La Ribera no se han resuelto. Como respuesta, cada lunes protestan a las puertas del hospital durante cinco minutos.
Según denuncia el Sindicato de Facultativos y Profesionales de la Sanidad Pública (SIMAP) existe “una falta de personal en el servicio de Urgencias y un exceso de horas de trabajo debido, no solo a la situación derivada de la pandemia, sino también a la falta de cobertura de vacantes, permisos, bajas y excedencias”. Desde el SIMAP aseguran que la plantilla del servicio de Urgencias debería de estar formada con 38 adjuntos, según los estándares del Ministerio de Sanidad y las recomendaciones de las sociedades científicas, y que, sin embargo,actualmente son 34.
“Deberíamos ser once facultativos en turnos de mañana y de tarde, y nueve los fines de semana”, explica Pedro García, delegado sindical del SIMAP, “pero desde que comenzó el verano, somos diez médicos, e incluso a veces ocho por turno, así como ocho durante los fines de semana”. Una situación que se agrava aún más durante los meses de verano cuando el departamento sanitario de La Ribera incrementa su población habitual. Sostienen que de las cuatro contrataciones de verano que debería haber en el servicio, a fecha de hoy no ha habido ninguna. “Todo esto produce cansancio y bajas entre el personal de Urgencias”, alerta García. “Vamos a seguir trabajando al 100%, pero queremos que conozcan nuestras quejas y exigimos algunas soluciones”, apunta. “Desde hace unos años, nuestra labor asistencial es cada vez más difícil por la falta de personal y el exceso de trabajo”, argumenta un facultativo que trabaja en el servicio de Urgencias desde hace 14 años. “Tras los duros meses de la pandemia, hemos llegado al verano cansados y con una falta de previsión brutal", critica.
Otro de los problemas a los que hacen alusión los facultativos del servicio de Urgencias de La Ribera es a las bajas y a los puestos del personal que están de vacaciones y que no han sido sustituidos: “Actualmente hay cinco personas de baja prolongada o excedencia, tres reducciones de guardia y tres personas a media jornada, además de tener un tercio de la plantilla de vacaciones”, señalan desde el SIMAP. Según el sindicato, estas vacantes se han cubierto con cinco contratos de sustitución y un contrato de guardias, unas deficiencias que se suman a las “bajas que no se han cubierto a lo largo del año”.
Algunas de las prácticas que ha traído la nueva normalidad como la teleasistencia en los centros de Atención Primaria han empeorado la situación. Esto se debe a que muchos de los pacientes que tienen dificultades para acceder a su Centro de Salud, acuden a Urgencias a pesar de tratarse de patologías leves, lo que provoca un incremento todavía mayor de pacientes en las salas de espera. A ello, se le suma la huelga iniciada por los residentes iniciada hace unas semanas, algunos de los cuales deberían realizar su formación en este servicio. “No podemos ofrecer una buena asistencia, ni siquiera la asistencia habitual, que ya de por sí es deficiente porque contamos con unos recursos inferiores a los que deberíamos tener. Estamos desbordados”, lamenta un médico de Urgencias. “Te sabe mal por los pacientes porque ellos vienen aquí como último recurso, no tienen otro sitio al que ir, pero el servicio no está preparado para eso”, amplia.
Los sindicatos y los facultativos del servicio de Urgencias también alertan de las deficiencias en los dos circuitos asistenciales, el de pacientes respiratorios y el de no respiratorios, que deberían establecerse en los hospitales para evitar contagios. “Hemos exigido reiteradamente que quedaran perfectamente definidos, con diferentes zonas para cada tipo de paciente, pero no ha sido así”, cuenta el representante del SIMAP. “En nuestro servicio adaptaron los circuitos a las condiciones del servicio, mientras que lo que han hecho en la mayoría de servicios de Urgencias ha sido adaptar las urgencias de acuerdo con las directrices de la Conselleria. Creo que el nuestro es uno de los pocos de la Comunitat Valenciana donde no se ha hecho así”, asegura García.
Según explican, los pacientes con síntomas de coronavirus y los que tienen patologías distintas entran por la misma entrada y coinciden en la misma sala de espera. “Los enfermos respiratorios están al lado delos enfermos no respiratorios”, alertan, “tampoco podemos mantener los dos circuitos que se planearon porque no hay personal suficiente, necesitaríamos doce personas como durante los meses del coronavirus, pero somos diez y, a veces, ocho”.Además, señalan que en el mes de mayo les solicitaron a la Gerencia del hospital que los especialistas asistieran las urgencias de su especialidad“tal y como hicieron durante los meses de la pandemia para tener un mayor desahogo y poder atender mejor a los pacientes”, relatan.
Los trabajadores del servicio de Urgencias sostienen que llevan informando a la Gerencia del hospital desde el mes de enero y que el colapso durante los meses de verano no es un imprevisto, sino “una situación que se repite año tras año”. Tras reunirse con la dirección del Hospital de La Ribera hace unos días, censuran que “no han aportado ninguna solución”. La propia dirección del centro desmintió en un comunicado las afirmaciones y quejas de los sindicatos y no ha querido hacer declaraciones al respecto.
De hecho, fue la falta de respuesta, la gota que colmó el vaso y animó a los médicos de Urgencias de La Ribera a continuar manifestándose cada lunes durante cinco minutos. “No nos podemos permitir el lujo de hacerlo durante más tiempo, son pacientes que dejamos de atender”, denuncia uno de los médicos. Ante esta situación de sobrecarga de trabajo y déficit de personal calculan que en el mes de noviembre habrán alcanzado el límite de horas de trabajo que establece su convenio laboral.
“Al final lo pagan los pacientes porque tienen a un médico que está cansado, que está agotado”, lamenta el sindicalista del SIMAP que tras 22 años en el servicio de Urgencias, cuenta que durante los últimos cinco meses ha hecho guardias de 24 horas, tres de cada cuatro fines de semana al mes. Otro de los médicos recuerda que el año pasado durante sus vacaciones de verano tuvo que acudir al hospital a hacer tres guardias “porque no había manera de sacarlas adelante, y este año vamos por el mismo camino”.
“De momento, la única respuesta que hemos recibido ha sido una nueva planilla con días de hasta 220 horas de trabajo, cuando nuestra jornada semana debería ser de 160 horas”, subraya García. Ante este escenario, uno de los facultativos del servicio augura que “en los próximos meses estas protestas se extenderán a todos los servicios de urgencias porque estamos todos igual”. Un “callejón sin salida” contra el que cada semana protestan los médicos de Urgencias a la espera de una solución.