No pocas tecnológicas se han disparado en bolsa al asumir los inversores que acapararán los beneficios generados por la revolución de la IA
MADRID. El endurecimiento de las condiciones de financiación comienza a hacer mella en la economía y las empresas, pero los índices bursátiles siguen encaramados cerca de sus máximos recientes. La razón fundamental es el espectacular comportamiento de unas decenas de valores tecnológicos, que se han disparado al asumir los inversores que acapararán los beneficios generados por la revolución de la inteligencia artificial (IA).
A continuación hacemos una evaluación preliminar de cómo los mercados están interpretando los impactos positivos y negativos de esta disrupción, si realmente pueden transformar los modelos de negocio de los gigantes tecnológicos y en qué medida esto está ya incorporado en las valoraciones tras las fuertes revalorizaciones.
¿Por qué ahora esta fiebre sobre la IA?
El desarrollo de la IA se remonta a los mismos inicios de la informática, y se ha acelerado exponencialmente conforme aumenta la capacidad de computación y de almacenamiento de información. En concreto, lo que está desatando estas grandes expectativas es la puesta a disposición pública de las plataformas de Inteligencia Artificial Generativa (GenAI).
La GenAI es una subcategoría de la IA que se enfoca en la capacidad de las máquinas para generar contenido original y creativo, a través de la utilización de técnicas de aprendizaje automático y redes neuronales. Puede generar imágenes, música, texto, video e incluso interactuar con conversaciones, con innumerables aplicaciones prácticas.
El ejemplo más destacado de GenAI es el modelo de lenguaje Generative Pre-trained Transformer, como la ya famosa herramienta ChatGPT (propiedad de OpenAI, en la que invirtió Microsoft). Existen otros como Bert y Palm 2 (de Google), Titan (de Amazon) y LlaMa (de Meta). Estos modelos son entrenados en grandes cantidades de texto y pueden generar texto coherente y relevante en respuesta a una pregunta o instrucción.
¿Quién ganará y quién perderá con la IA?
Los mercados parecen haber categorizado las compañías en cuatro grandes grupos en función del impacto esperado de la GenAI:
¿Por qué Alphabet puede ser uno de los mayores beneficiados?
La IA podría hacer por Alphabet lo que la nube (Azure) hizo por Microsoft, es decir, proporcionar el vínculo que una lo que es una colección dispersa de productos y servicios, transformándola en una plataforma interconectada, capaz de crear grandes sinergias.
En este sentido, sólo Amazon y Google tienen sus propios semiconductores, lo que les puede proporcionar una ventaja en precio, rendimiento y márgenes sobre Microsoft. Además, los principales modelos de lenguaje de gran tamaño utilizados para nuevas aplicaciones de GenAI son proporcionados por Google y OpenAI (en el que Microsoft es un inversor minoritario).
Creemos que Google impulsará una integración más profunda entre Search, Maps, YouTube, Commerce, Chrome y Android, aprovechando la IA para impulsar oportunidades publicitarias y de suscripción aún mayores y potenciar así el crecimiento y márgenes de su segmento más rentable.
¿Está ya la IA incorporada en las valoraciones?
Al igual que ha sucedido con las redes sociales, la publicidad digital y la nube, los gigantes tecnológicos tienen grandes ventajas (por su tamaño, capital para invertir y capacidad de generación, computación y almacenamiento de datos) para acaparar el valor que cree la disrupción de la IA. Esto se traducirá probablemente en una aceleración de sus ingresos y en una mejora de sus márgenes.
En un ejercicio muy preliminar, estimamos que esto podría elevar la valoración de esos Capacitadores Digitales entre un 20% y un 40%. Dado que sus revalorizaciones en los dos últimos meses han estado en ese orden de magnitud, parece que la disrupción está ya bastante descontada y que no tiene en cuenta que sus beneficios tardarán aún años en fructificar y que están sujetos a importantes riesgos regulatorios y tecnológicos.
Por último, no hay que olvidar que, al igual que lo fue internet, se trata de una revolución muy 'democrática' en el sentido de que cientos de millones de usuarios podremos aprovecharla, lo que redundará en una mejora de la productividad y en una reducción de costes que podría impulsar el crecimiento económico. Pero eso sí, siempre que se gestione acertadamente la inmensa destrucción de unos puestos de trabajo y la creación de muchos otros en los próximos años.
Adrián Sánchez es analista de Renta Variable de Singular Bank