VALÈNCIA (EFE). El Gobierno ha incluido entre los compromisos remitidos a Bruselas el mantenimiento "de manera permanente" de los gravámenes extraordinarios sobre banca y energéticas, lo que pasa por convertirlos en impuestos.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha señalado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que el plan fiscal estructural que se remitirá este martes a Bruselas "evidentemente conlleva la extensión o permanencia de los tributos" sobre las eléctricas y el sector financiero, aprobados inicialmente para dos ejercicios y, posteriormente, ampliados a uno más.
La permanencia de estos dos gravámenes -que han recaudado 2.859 millones este año- ya fue pactada con Sumar como parte del acuerdo de investidura e implica convertirlos en impuestos a través de una ley, un proceso que aún no ha comenzado, por lo que es difícil que pueda concluirse antes de final de año.
Así, para evitar que los gravámenes temporales decaigan a final de año, el Gobierno podría optar por prorrogarlos hasta que se aprueben las eventuales leyes que los conviertan en impuestos.
Con respecto al resto de medidas de la reforma fiscal comprometida, Cuerpo se ha limitado a apuntar que se están "aterrizando" con la Comisión Europea, ya que también formaba parte de las reformas previstas en el Plan de Recuperación.
Aunque no ha dado detalles, el ministro sí ha apuntado que la presión fiscal en España está por debajo de la media europea, lo que deja "margen" para "realizar medidas de reforma en materia de ingresos sin por ello dañar el crecimiento" económico.