VALÈNCIA. De València al mundo. Este ha sido el recorrido de Igenomix, una compañía valenciana que, desde un segundo plano, ha conseguido levantar una multinacional dedicada a la genética reproductiva en la que ya trabajan más de 400 empleados. Nacida al calor del referente mundial en el sector reproductivo, el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), está presente en 14 países entre los que se encuentran Estados Unidos, su principal mercado, o China.
Su sede, ubicada en el Parque Tecnológico de Paterna (València), alberga uno de sus laboratorios de referencia. Allí, David Jiménez está al frente de la compañía junto al director científico, Carlos Simón, profesor de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Valencia y de la Stanford School of Medicine, un profesional referente en la materia.
"Nuestro negocio está enfocado a ayudar a las parejas que tienen problemas de infertilidad para conseguir su sueño de tener un bebé y lo hacemos mediante el uso de la genética", explica Jiménez. El director general de Igenomix saca pecho de la excepcionalidad de impulsar este tipo de compañías desde València y habla de Silicon Valley o Boston, sede de grandes centros de investigación y talento en este tipo de tecnologías. "Desde València hemos sido capaces de conquistar el mundo".
"Arrancamos con un equipo limitado alojado en la Universidad de Valencia, en una zona de incubación de empresas, de startups", explica Jiménez. Ahora, son el líder mundial de la genética aplicada a la reproducción humana. Menos de una década de historia les ha sido suficiente para ser objetivo de inversión por parte de fondos. Recientemente, la compañía anunció la entrada como accionista del sueco EQT, quien compró la participación mayoritaria al fondo italiano Charme Capital.
Spin off del IVI, Igenomix contó inicialmente entre su accionariado con sus impulsores, José Remohí y Antonio Pellicer, quienes salieron de la compañía con la entrada de Charme Capital. "Pertenecer al IVI siempre ha sido una etiqueta de calidad", reconoce Jiménez. Sin embargo, fue necesario separar sus caminos. "Nosotros prestábamos servicios al IVI, pero también a su competencia, y hubo un momento en el que nos dimos cuenta que era como si Airbus o Boeing montan su propia aerolínea. Las otras compañías prefieren comprar a quien no tiene clínicas", reconoce. "Vimos que la estrategia de las compañías no encajaban y entonces entró Charme".
Igenomix aumentó su facturación hasta los 59,4 millones de euros en 2018 con un crecimiento del 44%, una cifra que esperan dejar atrás en 2019 y escalar a los 70 millones. La compañía cuenta con 19 laboratorios repartidos por el mundo y su mercado principal es Estados Unidos, con un 35% del peso en sus ventas. También están presentes en Argentina, Canadá o Japón. Actualmente están inmersos en la apertura de Turquía y Rusia y aunque su modelo de expansión es mayoritariamente orgánico, recientemente han comprado una empresa en China, hace dos años absorbieron a su competencia en Brasil y están en vías de adquirir compañías en Perú y Chile.
"Nuestra intención es convertirnos en una empresa global para poder aportar nuestra tecnología al mayor número de parejas alrededor del mundo. Trabajamos con aproximadamente unas 3000 clínicas y somos la compañía que más test genéticos está haciendo en este área a nivel mundial", señala.
Jiménez reconoce que, en los últimos años, la tecnología en este campo se ha abaratado significativamente. "Hasta hace poco no estaba tan evolucionada, era muy cara y sólo una élite se la podía plantear", reconoce. "Ahora, los costes de los test genéticos han bajado mucho de precio y se pueden aplicar prácticamente a cualquier tratamiento." Según explica, hace unos años una prueba de estas características podía costar hasta 8.000 euros y tardar meses en tener resultados. Ahora, oscilan entre los 500 y los 1.000 euros. "Ha bajado el precio de forma muy drástica".
El director general de Igenomix recuerda que todas las personas son portadoras de mutaciones. "Tenemos el genoma, que es toda la información genética, las instrucciones del cuerpo humano", señala. "El genoma tiene alrededor de 22.000 genes y seis billones de letras. Con qué te falle una es lo que se considera una enfermedad genética", recuerda. "Existen 2.200 enfermedades genéticas asociadas a un fallo o un defecto de una letra del genoma".
Muchas de estas enfermedades son recesivas. Hay personas que son portadoras y no son afectas. Sin embargo, cuando se cruzan con genes de otra persona pueden generar un hijo con una enfermedad. Ahí entra la compañía valenciana, quien hace un test genético de cribado para las parejas en el posibilitan el identificar el riesgo de tener niños afectos de enfermedades graves previamente a que los tengan y ponerle solución. "Se trata de un test de compatibilidad genética", explica.
El director general de Igenomix tiene claro que la realización de un mayor número de pruebas en mercados como Estados Unidos tiene un componente educacional. "Aunque es una inversión, realmente no es algo que no se pueda permitir la mayoría de las personas", señala. "Puede ayudarte a entender cuáles son las consecuencias que puede tener la descendencia afecta y al final no se trata de evitar que tengas un niño enfermo, es evitar que ese niño pueda tener una vida francamente complicada", reconoce.
Entre algunos casos concretos que dan visibilidad a estas pruebas en Estados Unidos señala a los judíos asentados en Europa. "Se casan entre ellos y, sin quererlo, han generado una serie de enfermedades que tienen mucha prevalencia en este grupo poblacional", reconoce. "Han invertido muchos recursos para aportar a la investigación y solventar esos problemas que han tenido. Se han generado muchas entrevistas y noticias alrededor de este tema y hoy por hoy el testar a la pareja antes tener bebés es mucho más común de lo que puede parecer en Europa o en otros mercados", asegura.
De hecho, el director general de Igenomix tiene claro que este tipo de test acabarán estableciéndose como prueba habitual, de la misma forma que los cribados de colesterol son una técnica universal y común, por ejemplo. "Será una herramienta más dentro del panel de diagnóstico que aportará mucha información a los médicos para mejorar la salud de las personas".
La investigación es una de las grandes fortalezas de Igenomix y su director general insiste en la importancia que tiene la labor del doctor Simón, quien también fue Premio Jaime I. "Carlos es uno de los grandes científicos a nivel mundial. Es como un cuando llevas un equipo de fútbol y Messi juega contigo", asegura. "Publica mucho en revistas de prestigio internacionales. Es muy activo y le invitan a muchos congresos, desde China a Estados Unidos o Brasil. Eso también nos permite tener una gran exposición de la empresa hacia el resto de médicos", reconoce. Desde sus inicios en 2010, su equipo investigador ha publicado más de 450 papers en las mejores revistas científicas internacionales.
Entre sus áreas de investigación se encuentran las relacionadas con el embrión y la búsqueda de métodos no invasivos de diagnóstico para reducir el número de abortos de las parejas. También investigan sobre enfermedades como la de Asherman. Un síndrome que provoca lesiones en el tejido uterino y la formación de adherencias entre las paredes del útero, provocando la infertilidad.
"Hemos desarrollado una tecnología con células madre de la mujer. Se movilizan de la cadera y se las reinsertan en las capilares del endometrio, donde está el útero, regenerándolo y recuperando la posibilidad del embarazo", explica. "Esperamos en uno o dos años poder tratar a estas pacientes. A día de hoy hay miles esperando la posibilidad de convertirse en madre, pero no pueden", lamenta.