VALÈNCIA. El tejido empresarial valenciano cuenta con compañías punteras, que son líderes en sus sectores pero, sin embargo, en algunos casos son grandes desconocidas. Empresas con largas trayectorias en el mercado y que son capaces de desafiar a grandes multinacionales, incluso, hacerles sombra y conseguir los contratos que se disputan. Y este es el caso de Inrema, firma especializada en soluciones integrales de diseño, fabricación, y automatización de máquinas-herramienta, que ha sido capaz de montar líneas de mecanizado de fábricas tras ganar concursos internacionales.
Con más de 30 años de historia, la firma, con sede en Museros y participada por el Grupo Zriser desde 2014, es experta en soluciones integrales de diseño, fabricación, y automatización de máquinas-herramienta de alta precisión y líneas de mecanizado, al mismo que tiempo que presta servicios de mantenimiento integral para líneas de fabricación. A lo largo de estas tres décadas ha ido diversificando sus servicios para diferentes industrias comenzando por la automoción pasando por el sector naval, la alimentación, defensa o el ferroviario. Ahora está centrada en el mecanizado para la industria del grafito.
"Nuestra especialización es el arranque de viruta tanto de piezas metálicas o de cualquier tipo de composite con proyectos llave en mano. A lo largo de estos años hemos trabajado para muchos sector con alto grado de precisión, con máquinas para piezas en la automoción como cigüeñales o culatas hasta para mecanización de proyectiles como obuses en defensa para EEUU", destaca su CEO, Jesús Escartí. De hecho, la compañía ha sido proveedora para grandes fabricantes como Seat, Ford, Navantia o Renfe.
Sin embargo, desde hace 15 años que su foco está puesto en la industria del grafito y en el suministro de líneas de mecanizado para este sector ante el potencial que detectaron en el mercado. Sus máquinas de control numérico están enfocadas a grandes industrias y pueden llegar a los 20 metros de altura, en función de las especificaciones concretas de los clientes, con cuantías por pedido que oscilan entre los cuatro y los 18 millones de euros.
También, se encargan del suministro de todos los elementos auxiliares necesarios para la fabricación de piezas como utillajes de amarre, programas CNC, sistemas de transporte de las piezas, sistemas automáticos de carga y descarga, estaciones de volteo, estaciones de medición 3D, además de hardware y software para la gestión de la trazabilidad del producto junto a los sistemas de mantenimiento.
Además, en los últimos años Inrema ha conseguido patentar a nivel mundial diseños y ha ganado contratos que se disputaba con grandes multinacionales como Phoenix Inc, Ingersoll, Wassmer Spezialmaschinen o Nachi. Actualmente, la valenciana cuenta con una plantilla de 70 trabajadores y dos centros de trabajo, el principal ubicado en Museros, y un segundo en Trubia, Asturias.
La compañía se fundó en febrero de 1993 a partir del cierre de una empresa alemana. "Los trabajadores decidimos montar Inrema y dedicarnos al desarrollo del software y la tecnología de máquinas-herramienta. Teníamos experiencia y el know how necesario para hacerlo. Empezamos trabajando para la automoción, defensa y el sector eólico, pero con el paso de los años hemos ido abriendo nuevos mercados. El siguiente paso fue la reconstrucción, es decir, la modernización de la maquinaria existente", rememora su CEO.
No obstante, con el estallido de la crisis de 2008 y la transformación de la automoción, que acaparaba gran parte de su volumen de negocio, la firma comenzó a diversificar, algo que llevan en su ADN. "Vivir del automóvil empezó a ser problemático y empezamos en el sector naval con temas de armamento siendo proveedores para fabricación de submarinos y barcos. También, vimos una opción en el mundo del grafito para ser proveedores de la industria metalúrgica y ahora estamos enfocados en este mercado", detalla.
En 2014, Inrema fue integrada en el family office de Grupo Zriser, propiedad de los hermanos Ana y Pablo Serratosa, que entraron para apoyar a la empresa con su experiencia en desarrollo e internacionalización de compañías y para dotarla de mayores recursos financieros para el desarrollo de nuevos proyectos de tecnología. "Zriser está muy orgulloso de tener como participada a Inrema, ya que nos ha demostrado que empresas pequeñas con alto componente tecnología pueden competir con multinacionales de primer nivel. Además, es una empresa valenciana", destaca Pablo Serratosa.
También han dado el salto al diseño y desarrollo de líneas de producción en fábricas. Y es que, según explica Escartí, muchas compañías trabajaban con procesos obsoletos y poco eficientes a nivel de mecanizado, lo que no les permitía maximizar recursos y ser competitivos. No obstante, al estar normalizadas ciertas rutinas, la industria no veía el problema de usar esos métodos. "Para ellos no había ningún problema porque siempre habían hecho así las cosas, pero nosotros demostramos que otra forma de hacer las cosas de forma más eficiente era posible", señala.
Su primer gran proyecto fue para una gran empresa a la que le desarrollaron un prototipo para mecanizado en alta velocidad. "Les demostramos que podíamos llegar a niveles de calidad y precisión altísimos", subraya. A partir de ese momento, la valenciana ha trabajado en el desarrollo de siete líneas de producción de alta tecnología para siete fábricas por todo el mundo en países como China, Malasia, India, Alemania y EEUU.
"Estamos en un momento dulce. Una de nuestras capacidades y valor añadido es que somos una ingeniería. En Alemania, por ejemplo, estamos desarrollando unas soluciones específicas para un problema que tiene una empresa siendo capaces de decirle a un alemán lo que tiene que hacer en materia de tecnología", destaca Álex Pastor, adjunto al director. En los tres últimos ejercicios han terminado tres proyectos, ya que cada uno les ocupa entre año y medio y dos años.
Uno de ellos ha sido una nueva fábrica de una de las principales corporaciones de China. Esta planta es la mayor fábrica productora de grafito mecanizado del mundo con capacidad de producción de más de 100.000 TN al año de componentes de alta precisión para poder trabajar con ultra alta potencia. Este proyecto se consiguió a través de un concurso técnico internacional en el que ganaron la partida a grandes corporaciones industriales a nivel mundial.
En estos momentos, la empresa tiene en fase de ejecución otros tres pedidos llave en mano para el suministro de una línea de mecanizado de piezas de grafito de entre 3.000 y 4.000 kilos por unidad para Polonia; otra de mecanizado de manguitos de conexión de grafito para Alemania; y una tercera para EEUU. "Con estos proyectos de cara a 2024 nuestra previsión es doblar la facturación y pasar de los 5 millones actuales a los cerca de 10 millones. Nuestro objetivo es triplicar la cifra de negocio en cinco años", subraya el CEO de la compañía.
Asimismo, los planes de futuro de Inrema pasan, además de seguir en sus actuales sectores de grafito y automoción, por ir introduciendo soluciones tecnológicas en otros sectores como el del reciclado y el de bridas. De hecho, ya están en algún proyecto pequeño de mejora de máquinas en estos sectores para ir analizando el mercado.
"Existen fuertes sinergías entre el reciclado y lo que hemos hecho hasta ahora, por lo que ya tenemos ese know how. Lo que buscamos es abrirnos al desarrollo de máquinas para el reciclado de cualquier residuo que se genere y tenga que ser reprocesado a nivel industrial", resalta Pastor.