VALÈNCIA. Este miércoles fue el día elegido para que el nuevo presidente de la Junta Central Fallera y concejal de Fiestas, Carlos Galiana, presentara su equipo: la directiva del organismo municipal encargado de la fiesta fallera. Un equipo que no ha dejado a muchos indiferentes y que es, a la postre, un cambio sustancial respecto al de su predecesor, Pere Fuset, compañero de gobierno y de partido, Compromís, que salió provisionalmente del cargo para centrarse en sus procesos judiciales. En definitiva, nombramientos que han generado malestar en algunas filas de su propio partido -y también de fuera-: no arderán los monumentos falleros en 2020, pero en Compromís se intuye, como mínimo, mascletà.
Lo cierto es que, entre el grupo de confianza construido por el nuevo presidente de la Junta Central, el único rastro de continuidad, pese a tratarse de ediles del mismo partido, sólo se vislumbra en Javier Tejero, quien entró como vicepresidente de Fuset en 2015 y poco después ascendió a la vicepresidencia primera y responsable de las áreas de incidencias, fiscalidad, privacidad, solidaridad, participación ciudadana y falla. Ahora bien, un guiño inusual, puesto que no se queda en la directiva de la Junta como tal, sino únicamente como asesor de Galiana.
Así pues, ningún cargo directivo mantiene su plaza en esta segunda etapa, algo que, en realidad, contraviene una de las reglas no escritas en el mundo fallero: los nuevos presidentes mantienen, al menos, a un directivo. Algo que no se ha incumplido en época democrática, incluso cuando se han producido vuelcos en las urnas y cambios de color en el gobierno. Se lo saltó, eso sí, el propio Fuset en 2015 al entender la transición como un antes y un después tras 24 años de gobierno de la derecha.
Una de las sorpresas del equipo de Galiana es la de Cristina Estévez Mariñas, quien ostentará a partir de ahora la vicepresidencia primera de la Junta y el área de festejos. Mariñas, muy próxima a la derecha y concretamente al Partido Popular -fue vicepresidenta con el último presidente popular, Paco Lledó-, ha sido uno de los arietes más robustos de la oposición interna en la Junta Central contra Fuset hasta el punto de instigar su reprobación por la polémica de las normas de indumentaria.
En la misma línea, es una figura cercana a Jaume Bronchud, vicesecretario de comunicación del PP valenciano, y es delegada de sector, pero en los últimos años no ha formado parte de ninguna delegación de trabajo, una situación que coloquialmente se conoce como estar "en el pasillo". Por todo ello, ha asombrado que, con la llegada de Galiana, haya recuperado este cargo de vicepresidenta.
Según fuentes conocedoras de las entrañas de la Junta, pese a la también proximidad del nuevo presidente con Estévez, hay quien ha visto el movimiento como una "deslealtad" a la casa y una incoherencia puesto que, arguyen, su oposición al final también lo ha sido contra el propio gobierno municipal.
Asimismo, en el ejecutivo local parece haber diversos criterios sobre la provisionalidad de la presidencia de Galiana. Si bien cuando se anunció el relevo de Fuset, el alcalde Joan Ribó aseguró que sería un recambio provisional hasta que se esclareciese el futuro judicial del regidor, y que llegado el momento, éste sería repuesto en su cargo, no es menos cierto que las intervenciones de Galiana parecen querer inducir alguna duda al respecto. La creación de un equipo propio da una idea de construir un proyecto de legislatura y no uno interino. El alcalde, preguntado por estos cambios, por contra, lanzó otro toque de atención: la ausencia de Fuset es circunstancial.
Por otro lado, se oye ruido de sables en el seno de Compromís al advertir que el nuevo equipo no incluye a ningún miembro de la coalición, y especialmente que el edil "se ha olvidado" de la propia sectorial de su partido. "No ha sentado nada bien", explican fuentes conocedoras de la situación interna. Otras señalaron que a la mayoría de la sectorial "le hubiera gustado que se hicieran las cosas de otra manera" pero tiene "la voluntad de seguir trabajando". En este sentido, admiten que el fuego cruzado entre Fuset y Galiana les ha "pillado en medio" y consideran "lógico" que el nuevo presidente "desconfíe" en unos primeros instantes. Algo que esperan, dicen, poder cambiar lo que resta de legislatura. Por su parte, preguntado Fuset al respecto por este diario, ha declinado hacer declaraciones.
Otros miembros de la coalición, lo han interpretado como una prueba de la estrategia de "verso suelto" de Galiana, y la evidencia de la pugna entre ambos concejales en el seno de Compromís y su propio partido, el Bloc. Conviene recordar que fueron los más votados en las últimas primarias de la coalición y a nadie se le escapa que sus apoyos proceden de cuerdas distintas, una circunstancia a tener en cuenta de cara a los próximos años, con la sustitución de Ribó sobre la mesa.
Hasta el momento, Fuset había sido el agraciado con la varita de renombre en el Bloc, que dirige Àgueda Micó: es próximo a la actual dirección del partido y (hasta hace poco) portavoz municipal de Compromís y responsable de la importante cartera de Fiestas. Por su parte, Galiana se ha mostrado más alejado de este sector, pero el hecho de encontrarse en los márgenes del partido no ha constituido rémora alguna para que ahora haya conseguido llevar una de sus concejalías deseadas. Ha vuelto a la palestra y está situado al frente de uno de los principales tejidos sociales de la ciudad, el fallero. Pero además, ostenta el la complicidad de uno de los pesos pesados de Compromís, la lideresa de Iniciativa, Mónica Oltra.
Otras novedades en la Junta Central Fallera, que a priori escapan del tablero político, se refieren a que todas las directivas serán mujeres y que, además, habrá una bicefalia en la cúspide. Al cargo de secretaria general, ostentado por Carmen Blasco, se creará el de coordinadora general, hasta el momento inexistente, y que ocupará por primera vez Carmen Martínez. Además de la ya nombrada Cristina Estévez en la vicepresidencia primera, le seguirán en el resto de vicepresidencias Amparo Sospedra, María Tomás, Lucía Morales e Inma Guerrero.