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La Fiscalía pide la agravante por superioridad para el exmarido de Oltra por abusos a una menor 

El acusado afirma que solo enseñó a la víctima "técnicas de relajación" y la forense trata de desmontar el informe del Instituto Espill favorable a él

15/02/2021 - 

VALÈNCIA. El exmarido de Mónica Oltra, Luis Eduardo R. I., volvió a negar este lunes durante el juicio celebrado en la Audiencia de Valencia que abusara sexualmente de una mejor del centro de acogida en el que trabajaba como educador y afirmó que únicamente le enseñó "técnicas de relajación" para dormir para que las hiciera por sí misma. 

El acusado, condenado a cinco años de cárcel y cuyo juicio se ha repetido por pruebas que no se tuvieron en cuenta en el anterior, indicó que no entraba a su habitación por las noches cuando ya estaba dormida, sino que se dedicaba a "comprobar" que todos los menores –incluyendo ella– conciliaran el sueño. Contexto en el que le enseñaba las mencionadas técnicas de relajación, aunque añadió: "No voy a su cuarto a hacerle masajes". Algo que se le recordó que sí reconoció en el primer juicio, cuando dijo que se los hacía en la cabeza

El educador comentó que se enteró de la denuncia de la víctima –de 14 años en ese momento– porque se lo comunicó la directora del centro, que le pidió que le explicara cómo era su trabajo con la niña y le trasladó que le apartaban del grupo de menores del que estaba encargado. Después de esto se le tomó declaración en la Conselleria, pero, señaló, no se le notificó el resultado del expediente. 

Sobre la menor, aseguró que no tenía "problemas" con ella, que quería tener las luces encendidas de noche por miedo a la oscuridad y que dormía en otra habitación porque llegaba tarde al centro y "alterada". También que en bastantes ocasiones mentía. 

La Fiscalía ha modificado sus conclusiones y esta vez pide la agravante por superioridad al entender que el acusado se valió de su posición en el centro. Por su parte, la defensa solicitó la absolución y, en el caso alternativo de una condena, que se le apliquen las atenuantes de dilaciones indebidas y de reparación del daño después de haber consignado 6.000 euros en el juzgado en concepto de responsabilidad civil. 

Informes contradictorios

La repetición del juicio contó también con las testificales de las dos autoras de los informes contradictorios entre sí sobre la credibilidad de la víctimaDe un lado, se encuentra uno de los dos que no se hallaba incorporado a la causa. Elaborado por el Instituto Espill –al que la Conselleria de Igualdad encargó una valoración–, en él se considera que el relato de los hechos de la entonces menor es poco creíble porque, según afirmó la psicóloga en la vista, ofrecía contradicciones, falta de concreción, imprecisiones y hubo escasa colaboración. Era, dijo, "poco consistente e incoherente". Razón por la que concluyó que podían existir intereses espurios en las acusaciones debido a que lo primero que le dijo al entrevistarse con ella fue que se quería ir del centro. 

"Realicé tres entrevistas con la menor y utilizamos un sistema de evaluación diagnóstica. En las tres contó el episodio de que el educador se masturbó con su mano", expuso la psicóloga de Espill, que negó que supiera "quién era él" cuando la Conselleria le encargó abordar el asunto. Explicó, igualmente, que cuando la víctima habló acerca de lo ocurrido no mostró emociones y que las respuestas fueron "totalmente anárquicas". 

"Tiene un carácter fuerte, no es esperable de ella que no expresase rabia, enfado o necesidad de venganza. No creo que ocultase información, sino que no la tenía y por eso se molestaba cuando le pedíamos detalles", agregó.

La forense defiende el testimonio

Algo que rebatió posteriormente la forense del Instituto de Medicina Legal (IML), que trató de desmontar totalmente ese informe. Sostiene que sí es creíble el relato puesto que la menor lo ha mantenido a lo largo del tiempo: que el acusado, en su turno de noches y debido a que ella dormía sola en la planta baja del centro, se metía en su habitación, le realizaba masajes por encima de la ropa y, en varias ocasiones, le cogió su mano para masturbarse mientras se hacía la dormida. "Contó que notaba el órgano sexual del hombre en su mano y la eyaculación. Eso no es inconsistente. Esta menor muestra un perfil completamente estable y normal, que ya quisieran para sí muchas jóvenes de su edad. Además, nunca dice nada diferente", insistió.

En su opinión, es "imposible" llegar a la conclusión de que el testimonio es poco creíble y reprocha que el informe de Espill aplicó una metodología "incompleta" e "inadecuada": "La psicóloga no consigue conectar con la menor para establecer la colaboración necesaria". 

Además, incidió en que la víctima sí mostró sus sentimientos y en que fue concreta en todo lo ocurrido. "Ella no considera que es abuso porque no hubo penetración", indicó. A lo cual añadió que no puede valorar si recurre constantemente a la mentira como el otro informe, pero sí que la sensación de la niña era "de que nadie la iba a creer". 

Foto: EFE   

El TSJCV ordenó la repetición

La Audiencia Provincial juzga de nuevo estos hechos después de que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) ordenara la repetición. La causa eran dos informes, el de Espill y otro de la dirección territorial de la Conselleria –basado parcialmente en el primero–, que otorgaban poca credibilidad al testimonio y de los cuales la Fiscalía "sí tuvo conocimiento".

Una nulidad parcial del fallo que es poco frecuente aunque, tal como reconoció la Sala, "no inédita". En este sentido, hizo hincapié en que no existe pérdida de imparcialidad por su parte aunque sean los mismos magistrados los que tengan que repetir el juicio. 

Las pruebas solicitadas por la letrada del acusado no fueron admitidas en la vista, como la testifical de la directora del centro de menores, la declaración de la víctima, el cuadrante de sus fugas o un nuevo informe psicológico debido a que los dos que ahora figuran son contradictorios. 

En la sesión de este lunes también declaró como testigo la psicóloga del centro de acogida, quien explicó que la menor no informó a nadie de allí sobre los supuestos abusos, sino que lo hizo en una reunión del comité anti-SIDA. Asimismo, remarcó que ésta tuvo conocimiento del traslado de otra niña que dijo haber sufrido abusos en otro centro –los cuales, según esta testigo, posteriormente admitió como inexistentes e inventados– , y apuntó a la posibilidad de que pudiese haber copiado la estrategia porque "mentía cuando quería obtener algo".

Por su parte, la técnico de la Conselleria de Igualdad que hizo un informe posterior al del Instituto Espill consideró igualmente poco creíble el testimonio de la menor, que "primero dijo que le habían tocado los pechos, luego que el educador la masajeó y le cogió la mano para masturbarse con ella".

"Tampoco se acordaba de cuándo sucedió, ni de las veces, ni dio detalles ni mostraba sentimientos al hablar de eso. Tengo hijas... y relatar esos hechos con esa frialdad me extrañó. Desde luego no la vi afectada", señaló.

El juicio no ha quedado todavía visto para sentencia, ya que faltan por exponer las conclusiones de la Fiscalía y de la defensa (lo cual tendrá lugar el 1 de marzo). 

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