El presidente de la EMT, Giuseppe Grezzi. Foto: EDUARDO MANZANAVALÈNCIA. No tuvo suficiente la oposición con el pleno extraordinario celebrado la pasada semana con carácter monográfico sobre el fraude contra la EMT. Ahora, hay a la vista otras dos sesiones extraordinarias en el pleno municipal que tendrán como eje fundamental el mismo escándalo. Tanto PP como Ciudadanos han querido llevar la misma cuestión al hemiciclo del Ayuntamiento pidiendo, los primeros, la convocatoria de la Junta General de Accionistas de la EMT, y los segundos, otro pleno extraordinario sobre el estado de la ciudad.
Los populares, liderados por María José Català, presentaron este lunes, con el apoyo de Ciudadanos y de Vox, la petición de convocatoria de la Junta General de Accionistas de la empresa municipal. Un movimiento que, a la postre, es la convocatoria de una sesión plenaria, ya que la Junta de Accionistas es el mismo hemiciclo consistorial. El orden del día: renovar la cúpula de la empresa municipal, destituyendo al concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, como presidente de la entidad, y sustituyéndolo por otro edil de Compromís.
Asimismo, la convocatoria incluye que se rescinda el contrato del secretario del Consejo de Administración de la EMT para que sea sustituido por un secretario municipal, habilitado nacional. Y es que esta empresa municipal es la única sociedad del sector público empresarial que no cuenta con un habilitado nacional y cuya secretaría y asesoría legal recae en un abogado externo al que se le adjudicó el contrato del servicio en 2015 y que ahora en 2019 se renovará. Es por ello que la oposición ha estado solicitando que su puesto sea ocupado por un secretario municipal.
Aunque ninguno de los dos planteamientos tiene visos de salir adelante -lo previsible según fuentes consultadas es que tanto Compromís como PSPV, socios de gobierno, voten de manera conjunta-, ciertamente la convocatoria de la Junta General de Accionistas obligará al presidente, Giuseppe Grezzi, y por extensión a todo el gobierno municipal, a exponerse públicamente de nuevo.
Otra vez, el presidente de la EMT deberá enfrentarse a la opinión pública y a la fiscalización de la prensa, después de haber estado evitando a los periodistas desde el jueves pasado, cuando hizo declaraciones públicas tras el pleno extraordinario, pero sin admitir preguntas. Y tras revelar en medio de la sesión plenaria que había una directiva que seguía firmando pese a estar de baja. Sin ir más lejos, este lunes no quiso hacer declaraciones a la prensa tras la Mesa del Taxi. Tampoco el alcalde Joan Ribó se quiso exponer a los interrogantes.
Si bien es cierto que el fraude ha sucedido en una empresa dirigida por un edil de Compromís y que en las filas socialistas consideran que no sufrirán el mismo desgaste, también lo es que la situación para el PSPV no es la más cómoda. No en vano, a lo largo de la pasada semana sus representantes en el Consejo de Administración, los ediles Ramón Vilar y Elisa Valía, se desmarcaron de sus socios por discrepancias sobre cómo se debía llevar la investigación interna.
No hay que olvidar que, de telón de fondo, todavía resuena la brecha abierta entre ambos socios a cuenta de la presencia de Grezzi en la comisión de investigación creada en la EMT. Los socialistas aprobaron junto con la oposición que el presidente de la EMT no estuviera presente en las declaraciones de los empleados; mientras que la coalición pretendía que tuvieran que ser los trabajadores los que pidieran su ausencia.
Tras la votación, Compromís se enrocó y ha reiterado desde entonces -la última vez, este lunes el vicealcalde Sergi Campillo en Plaza Radio- que incumplirá el acuerdo mayoritario. El 30 de octubre tendrá lugar la comisión y para entonces, unos y otros deberán haber resuelto esta discrepancia, que no es menor. De lo contrario, podría darse una situación poco habitual y se desconocen cuáles pueden ser las repercusiones.
También hay voces en la coalición valencianista que, pese a no estar completamente de acuerdo con cómo Grezzi ha gestionado la crisis en el seno de la EMT, han cerrado filas para evitar la ruptura de la unidad en la propia formación. Especialmente tras desatarse la guerra con los socialistas la semana pasada, ahora presumiblemente enterrada. Con todos estos mimbres, se celebraría la Junta General de Accionistas, un pleno extraordinario que volvería a poner en el foco de atención el fraude de la EMT y que puede revivir más disensiones internas.
Por su parte, Ciudadanos impulsó este lunes la convocatoria de otro pleno extraordinario, en este caso con un único punto sobre la mesa: el debate sobre el estado de la ciudad. En realidad, la normativa imposibilita que se convoque un Debate del Estado de la Ciudad como tal, dado que no se puede hacer el mismo año de las elecciones municipales. Por ello, la formación naranja pretende vestir este debate de pleno extraordinario, por lo que, de salir adelante, se regirá por sus normas: las intervenciones, los tiempos, etcétera.
Su portavoz, Fernando Giner, indicó que el objetivo es que en esa sesión plenaria se aborde la situación de los concejales de Compromís Giuseppe Grezzi y Pere Fuset. Este segundo fue procesado el pasado viernes por el accidente laboral que acabó con la muerte de un trabajador durante el montaje de las gradas para los conciertos de Viveros en 2017. Ambas situaciones complicadas en el seno de la coalición valencianista y a las que deberían enfrentarse públicamente en un pleno.
Giner estimó "urgente" abordar en el pleno "la situación de los concejales Giuseppe Grezzi y Pere Fuset", así como "otros asuntos de máxima gravedad como la estafa en la EMT, la situación del Palau de la Música o las declaraciones pro independentistas de cargos de Compromís".
