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EXPOSICIÓN

Lladró descarta vender sus obras de arte

La firma desembarca en el Centro Cultural Bancaja con su primera exposición itinerante tras el cierre temporal de su museo de pintura en Tavernes Blanques

5/11/2015 - 

VALENCIA. De su sala de exposición en Tavernes Blanques a un almacén de Madrid y de la capital española a las paredes del Centro Cultural Bancaja. La Colección Lladró desembarca hoy en Valencia con la muestra ‘Seis siglos de pintura’, cinco meses después de que la firma tomara la decisión de cerrar las puertas de su museo de pintura con el objetivo de ampliar y redefinir el recorrido del mismo, todavía sin fecha de reapertura.

Mª Luz Lladró, presidenta de la compañía, dio ayer el pistoletazo de salida a la muestra reafirmando su “compromiso” para continuar exponiendo la colección de forma itinerante, pues solo estará en el cap i casal hasta abril de 2016. Sobre su próximo destino poco se sabe aunque, confirmó la empresaria, los fondos no cambiarán a corto plazo, pues “nunca se ha planteado la venta de obras” de lo que tilda como el “tesoro” de la familia. No disminuye, pero tampoco se amplía, pues la última obra adquirida fue hace más una década, en el año 2004. Se trata de ‘Preparando la fiesta del Corpus’, un óleo sobre lienzo firmado por Antonio Fillol.

Durante la presentación estuvo acompañada del presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón, y la comisaria de la exposición y directora del Museo Lladró, Carmen Tarín. El primero destacó la “importante labor de conservación del patrimonio artístico de las empresas”, cuestión refrendada por Tarín, quien también recalcó que la empresa no tiene “un tiempo definido” para la reapertura de su sala de pintura, aunque sí continúa abierta la exposición de cerámica.  

Piezas repatriadas

‘Seis siglos de pintura’ hace un recorrido por los grande nombres del pincel en Valencia, una colección que nació con el objetivo de repatriar la obra local dispersa por el mundo aunque, con los años, ha sumado a su cuenta autores de fuera de la Comunitat. El recorrido marca su punto de partida en finales del siglo XIV con el Retablo de la Virgen María, firmado por el conocido como Maestro Cubells. Esta primera parte aglutina piezas del gótico y renacimiento, elaboradas todas empleando la tabla como soporte. Son Vicente Macip y Juan de Juanes los máximos representantes del renacimiento valenciano, estilo que absorben desde Italia.

Pero no solo los artistas de la Comunitat son los grandes protagonistas del conjunto, también en cuestión de temática se ‘tira para casa’. Entre las obras uno se topa con la ‘Labradora valenciana’ de Sorolla, las ‘Valencianas en el jardín’ de Víctor Moya o la ‘Joven con naranjas’ de Julio Vila. Como contrapunto, la cuestión religiosa, el otro gran pilar de la muestra. Entre las piezas, una muy especial para la familia Lladró, la ‘Virgen del Rosario con Santo Domingo y Santa Catalina de Siena’, de Vicente López, que decoraba el despacho de José Lladró. Su "favorita", explicó la actual presidenta de la firma.

Mención especial para Peter Paul Rubens y El Greco, dos de las grandes figuras de una colección que empezó a gestarse en la década de los 80 y que cuenta con más de dos centenares de obras. También pasan por la exposición Juan Ribalta, José de Ribera, Francisco de Zurbarán o José y Mariano Benlliure, unos extensos créditos que finalizan con el ‘Paisaje Suburbial’ de Juan Bautista Porcar, la pieza más actual de la dispone la Colección Lladró.

Tras el cierre de la sala de pintura del Museo Lladró en Tavernes Blanques, las obras fueron trasladadas a un almacén de Madrid “acondicionados para obras de arte y totalmente climatizados”, indicó Tarín. De igual forma, la comisaria confirmó que en los últimos dos años dos restauradores han llevado a cabo un proceso de mejora y limpieza de todas aquellas obras que lo requerían.

Una muestra sin el ‘gigante’ de Sorolla

De las 70 obras expuestas, una ausencia destacable: ‘Yo soy el pan de la vida’ (1897). Este Sorolla, joya de la corona de la Colección Lladró, es la obra más grande que el pintor realizó para un particular, motivo por el que habría quedado fuera de la exposición. “Es muy complicado traer la obra y de momento se ha quedado allí”, afirmó la comisaria de la muestra, Carmen Tarín.

El lienzo, realizado por encargo del terrateniente chileno Rafael Errazuriz y con unas medidas de 4,14 por 5,32 metros, es uno de los más representativos de la colección privada, que se integra en una serie de cuadros sobre la vid. La monumental obra se enmarca en un pórtico fingido en el que figuran las palabras del evangelio ‘Yo soy el pan de la vida’ y muestra a Cristo dirigirse desde una barca a numerosos fieles que le esperan en la orilla.

Además de las piezas pictóricas, la muestra que acoge el Centro Cultural Bancaja se completa con una decena de piezas de porcelana descatalogadas. Esta selección incluye creaciones desde 1968 hasta 2009 de autores como Fulgencio García, Salvador Furió, Julio Ruiz, José Puche, Rafael Lozano, Pablo Serrano, Amadeo Gabino, Jaime Hayón o Marco Antonio Noguerón.

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