El presidente de la EMT, Giuseppe Grezzi. Foto: EVA MÁÑEZVALÈNCIA. Los sindicatos habían amenazado con llevarlos a cabo. Sin embargo, finalmente no se producirán los paros de la EMT de València en Fallas. Los trabajadores no refrendaron la convocatoria en las votaciones realizadas durante la jornada del jueves. Del total de sufragios, 465 optaron por el 'sí', frente a los 755 empleados que los rechazaron, aceptando así la propuesta de convenio de la firma municipal que preside el edil de Movilidad, Giuseppe Grezzi. Hubo 23 votos en blanco y 6 nulos.
Por consiguiente, con los resultados en la mano, se desactivan los paros que se vienen practicando desde el 24 y 29 de enero y que podrían haberse alargado, al menos, hasta los días grandes de las Fallas. Es por lo que abogaban los sindicatos mayoritarios en la plantilla, UGT y CCOO.
Con todo, no será así, lo que implica que los empleados dan el visto bueno a la propuesta de la empresa sobre el nuevo convenio, que mejora algunos aspectos laborales como la formación, los descansos y la segunda actividad para aquellos empleados que no puedan desempeñar su tarea en primera fila. Ahora bien, no se mueve ni un ápice en lo referente a las prejubilaciones, el principal motivo de la huelga.
Hasta diciembre del pasado año, el convenio laboral suscrito en 2013 entre sindicatos y la antigua dirección del edil del PP Alberto Mendoza establecía que los empleados prejubilados debían realizar 65 jornadas laborales. Algo que la nueva dirección y gerencia -Giuseppe Grezzi y Josep Enric García- consideraban ilegal, ya que la normativa estatal fijaba en 131 las jornadas a realizar en este régimen. Así pues, la empresa sostenía que aquellos acogidos a las prejubilaciones hasta el momento estaban trabajando los 65 días pero cobrando como si lo hicieran el doble.
Por ello, la empresa decidió llevar el convenio a la Agencia Antifraude, que más tarde lo elevaría a la Fiscalía. Sin embargo, el Tribunal de Arbitraje Laboral dio la razón en un laudo a los sindicatos y al Partido Popular al avalar las 65 jornadas laborales, si bien dejaba la puerta abierta a nuevos informes municipales. Estos, más tarde, darían la razón a la empresa, advirtiendo de que "en ningún caso se puede trabajar en jornadas no realizadas".
Con todo, las organizaciones sindicales se basaban en la resolución del órgano de arbitraje para sustentar su tesis: las prejubilaciones hasta el momento eran legales y se debían continuar firmando con esas condiciones. La empresa no accedió y entre finales de noviembre y principios de diciembre empezó a suscribir prejubilaciones con los nuevos criterios, lo que acabó por dinamitar el conflicto por completo.
La posición de García y Grezzi se ha mantenido inamovible al entender que lo que piden los sindicatos es ilegal, si bien han hecho algunas cesiones en las parcelas mencionadas anteriormente. El alcalde de la capital, Joan Ribó, converge en esta postura, por lo que el pasado lunes insistió con contundencia: hay normas estatales que hay que respetar "escrupulosamente".
El edil de Movilidad aseguró antes de la primera convocatoria de huelga que la plantilla "es muy responsable" y que confiaba en que los paros anunciados no prosperarían. De hecho, se vanaglorió de que no hubiera habido "ni un solo día de huelga" en todo el mandato pese a los "muchos anuncios". Falló la intuición de Grezzi entonces tras la aprobación de los paros de enero y febrero.
Ahora, sus esperanzas no se han visto truncadas. En esta ocasión, el titular de la firma aseguró la pasada semana que no se contemplaban los paros falleros. "Seguimos confiando en toda la plantilla y en la propuesta que hemos hecho", subrayó. La victoria del 'no' a la huelga en esta segunda votación refuerza la posición del edil.
