La Reserva Federal estadounidense flexibilizará su objetivo de estabilidad de precios, promediando en nivel objetivo del 2%
MADRID. Este jueves tendrá lugar la primera reunión de la Reserva Federal estadounidense (FED) después de Jackson Hole y la última antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. El presidente de la FED, Jerome Powell, anunció en agosto en la reunión de Jackson Hole un cambio de estrategia, tanto en la política de estabilidad de precios, como en la postura de la Reserva Federal en materia de empleo.
Por un lado, la FED flexibilizará su objetivo de estabilidad de precios, promediando en nivel objetivo del 2%. Así compensará aquellos periodos o años de mayor inflación con aquellos en que esta esté más baja. Esto se podría concretar indicando que no se modificarán los tipos de interés hasta que los precios no alcancen un nivel determinado, lo cual indica que la actual política de tipos bajos podría alargarse en el tiempo.
En materia de empleo la clave será la debilidad del mercado laboral, adoptando medidas de política monetaria más contundentes cuando se deteriore y no fijándose en el incremento de los salarios y su consecuente presión inflacionista. La medida trata de ser más efectiva y concreta y dotar de una mayor rapidez al banco central estadounidense cuando la economía lo requiera.
La FED exigirá, una vez más, medidas de apoyo de los estamentos públicos para afianzar la débil recuperación económica, dirigiendo un nuevo llamamiento al Congreso americano sobre la necesidad de aprobar el tan necesario paquete de estímulo que se encuentra estancado en los pasillos. De no aprobarse con una cierta urgencia, podríamos ver cómo se retrasa varios meses la tan ansiada recuperación.
Las elecciones presidenciales no creemos que alteren la actual política monetaria. Quien salga elegido, Biden o Trump, el próximo 3 de noviembre poco afectará a los tipos de interés, que se mantendrán sí o sí bajos durante mucho tiempo.
Deberemos estar especialmente atentos al lenguaje que utiliza Jerome Powell en su comparecencia posterior a la reunión. No esperamos movimiento de tipos, pero sí que podríamos apreciar un tono algo más dovish en su discurso. Además, deberá actualizar las previsiones macroeconómicas, anunciando el nivel de contracción económica que espera para este 2020 y qué porcentaje de recuperación podemos esperar para el 2021. El mercado también estará atento a las cifras de desempleo que baraja la FED.
Alguna mención esperamos de la reciente evolución de las divisas, con especial énfasis a la relación euro/dólar. El actual nivel, defendido hasta la saciedad por Trump, les permite incrementar las exportaciones y paliar así parte de la debilidad mostrada por el consumo interno durante los meses de la pandemia.
Una reunión sin grandes cambios en materia de política monetaria, pero sí que trascendental por el momento que atraviesa la economía, enfatizado por unas elecciones presidenciales que aportarán grandes titulares.
Juan Ramón Casanovas es Head of Private Portfolio Management de Bank Degroof Petercam Spain