VALÈNCIA (VP). Esta semana, las mujeres volvieron a salir a la calle para reivindicar sus derechos, así como la vigencia y necesidad del feminismo ante una realidad que deja cifras escalofriantes. Según la última Macroencuesta de violencia contra la mujer de 2019, el 8,9% (o lo que es lo mismo más de 1,8 millones de mujeres), de 16 o más años, residentes en España, ha sufrido violencia sexual en algún momento de su vida.
Y de ellas, aproximadamente una de cada tres son mujeres migrantes, que a esas violencia sexual deben hacer frente a prejuicios, aislamiento y precariedad, «son doblemente vulnerables ante las barreras institucionales existentes y la falta de perspectiva del sistema y están menos protegidas. A nivel administración es necesario aplicar la perspectiva de género y también un enfoque interseccional e integrador, para que estas mujeres no desconfíen del sistema y se sientan amparadas», comenta Belen Zurita, responsable del equipo jurídico de la asociación Por Ti Mujer, que trabaja desde 2009 con mujeres migrantes, víctimas de violencia de género y en riesgo de exclusión psicosocial.
Tal y como señalan desde esta asociación, a nivel jurídico, las víctimas se encuentran en desamparo y desprotección, especialmente aquellas mujeres con situación administrativa irregular que presentan barreras para el acceso a una denuncia segura. A nivel socioeconómico, el escaso capital social y la poca capacidad de independencia económica que se encuentran al llegar al país de destino, vulnerabiliza sus vidas. Y a nivel emocional, presentan varias afecciones como el estrés postraumático, los trastornos de ansiedad, ataques de pánico o depresión, entre otras. «Las mujeres migrantes son víctimas de múltiples vulneraciones que afectan gravemente al ejercicio de sus derechos más fundamentales. Se sienten desprotegidas y además desconocen los derechos que tienen, una situación que se agrava si están en situación irregular. Son mujeres que necesitan un mayor acompañamiento y asesoramiento sobre cuáles son sus opciones y qué pueden hacer para hacer frente a la situación, ganar en autonomía y así poder avanzar y salir de ese problema».
Una situación que se agrava en el caso de mujeres sometidas a explotación sexual. España es el tercer país del mundo donde más hombres pagan por sexo y, según un informe de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la mujer Prostituida, se calcula que entre 40.000 y 50.000 mujeres y niñas, procedentes de África subsahariana, países del Este, Brasil y Centroamérica son víctimas de la trata de seres humanos en España. Y según el Informe sobre delitos contra la libertad e indemnidad sexual del Ministerio del Interior, los delitos contra la libertad e indemnidad sexual presentan una de las más altas tasas de esclarecimiento, situándose con el mayor porcentaje los delitos relativos a la prostitución.
«Estas y otras situaciones que atraviesan la vida de las mujeres migrantes, nos han conducido a plantearnos la necesidad de generar y fortalecer una nueva red de trabajo, más especializada, que se centre en la atención integral a las mujeres inmigrantes que han sido víctimas de violencias sexuales y/o mujeres que han vivido situaciones violentas y discriminatorias por motivos de género», comenta Belen Zurita.
Por ello, la Asociación Por Ti Mujer ha puesto en marcha la Unidad de prevención y protección a víctimas de violencias sexuales, que acaba de abrir sus puertas en València. «Aunque ya llevábamos tiempo realizando esta labor, hemos querido dar un paso más para garantizar el ejercicio efectivo de los derechos de las mujeres migrantes, víctimas de violencia de género y en riesgo de exclusión psicosocial».
Para ello esta Unidad prestará servicios jurídico, socio administrativo, laboral y psicológico, dando un servicio integral y creando redes de apoyo y alianzas con otros recursos institucionales y sociales necesarios para favorecer su autonomía personal, económica, social y política.
La Asociación Por Ti Mujer es una entidad sin fines de lucro que trabaja desde el año 2009 en la ciudad de València y su área metropolitana para combatir las causas estructurales que restringen la ciudadanía de las mujeres inmigrantes desde un enfoque interseccional y de género. Contribuir a la igualdad entre mujeres y hombres, disminuir los riesgos de exclusión social y favorecer la autonomía de las mujeres en situación de mayor desprotección, son los objetivos que vertebran a la asociación.
