VALÈNCIA. Ante el curso excepcional 2020-21 marcado por la crisis sanitaria, las clases online se han convertido en un recurso para el profesorado cuyo uso varía según el nivel de enseñanza que se imparta dada la autonomía del alumnado. En el IES Luis Vives de València, algunos profesores se niegan a dar clases online a los alumnos de segundo de Bachillerato que no pueden acudir a diario por falta de espacio debido a las medidas por la covid. Pero, ¿puede negarse un profesor o profesora a dar clases online?
Lo cierto es que la posibilidad de adoptar este modelo en la Comunitat depende de si se está en una universidad o en un centro de educación no universitaria -segundo ciclo de Educación Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria, Bachillerato y/o Formación Profesional (FP)-.
En estos últimos centros, la docencia online solo está prevista en los casos donde las autoridades sanitarias ordenen el confinamiento de un aula o el cierre del centro, de modo que el alumnado deba guardar cuarentena en casa, según explican desde la Conselleria de Educación a Valencia Plaza. No obstante, es el docente quien debe decidir en última instancia si realiza las videoconferencias en directo u opta por intercambiar materiales y trabajos a través de la plataforma informática Aules "en función de la edad y autonomía de su alumnado". También puede elegir combinar las dos modalidades.
Educación recomienda la utilización de la vía telemática para los alumnos y alumnas de Bachillerato y Formación Profesional "por razones de edad, capacidad de atención y autonomía". Asimismo, esta opción online solo se contempla ante esas situaciones de confinamiento o cierre, ya que en los colegios de Infantil y Primaria no hay clases en alternancia o semipresencialidad, mientras que "la gran mayoría del alumnado de ESO, Bachillerato y FP va a clase todos los días".
Si se escoge realizar conferencias en directo al estudiantado, estas se realizarán a través de la plataforma WebEx a partir de las 44.600 licencias de aulas virtuales adquiridas por Conselleria para este curso dentro del plan Mulan 21. Desde el departamento que dirige Vicent Marzá se expone que los centros cuentan con todos los recursos para emplear la plataforma y que no se necesitan cámaras, ya que "con la que va integrada en el monitor del PC es suficiente". En el supuesto de que el docente trabaje en casa por cierre sin encontrarse en cuarentena -que supondría su baja laboral-, se puede instalar la licencia en el ordenador personal o solicitar el préstamo de alguno de los 1.500 ordenadores portátiles con internet móvil que Educación pone a disposición.
Así pues, no se prevén clases online en directo en los institutos que hayan necesitado adoptar el sistema de semipresencialidad en Bachillerato, FP o en los cursos de 2º o 3º de Secundaria por no poder mantener la distancia de seguridad dentro de las aulas. En este tipo de docencia alterna, el alumnado recibe clases directas y presenciales los días correspondientes a la organización semanal según su subgrupo y realiza trabajo autónomo -individual o en grupo- el resto de días.
"Somos conscientes que la alternancia no es la mejor solución, pero es mucho mejor que las clases online y tiene un punto a favor, que es que hay menos alumnos por aula al partir en dos los grupos y, por lo tanto, la atención es más personalizada y se pueden aprovechar mejor las clases presenciales", expresan desde Conselleria.
Del mismo modo, explican que si en casos puntales un centro opta por la docencia síncrona -recomendada solo para Bachillerato y FP-, este dispone "de los fondos suficientes para adquirir el hardware necesario que en estos casos bastaría con una cámara para la pizarra. Sin embargo, en WebEX el docente ya puede compartir documentos o fotografías de la pizarra, entre otras opciones".
En el IES Luis Vives, por ejemplo, se ha decidido proponer al profesorado la solución de impartir clases online en 2º de Bachillerato ante las protestas del alumnado a causa de la semipresencialidad. Sin embargo, hay docentes que no llevan a cabo esta alternativa, dado que la decisión de realizar la docencia de forma telemática les corresponde en última instancia a ellos, según explican desde el instituto a este diario.
El responsable de STEPV, Marc Candela, expresa a este diario el problema que supondría tener que dar clases telemáticas a un solo alumno o alumna confinado, ya que considera que las aulas no están preparadas para hacer seguimiento online mientras el docente está impartiendo su materia de forma presencial. También porque expone que si se decide darle clases de forma posterior esto supone una sobrecarga de trabajo para el profesorado, además de que también depende del nivel del alumnado porque contra más pequeño es "más difícil" es llevarlas a cabo. No obstante, remarca que preferiría optar por estas antes que mandarle únicamente deberes al estudiante durante su estancia en casa.
Frente a este supuesto, Educación explica que "siempre es el profesorado quien decide cómo hacer la docencia a distancia del alumnado confinado, dependiendo de la edad y las circunstancias del mismo". Además, aclara que los profesores y profesoras deben dar a conocer en estos supuestos al estudiantado en cuarentena la planificación de la materia y de las tareas a realizar durante los días en que no puede asistir a clase. "En el caso de que se trate de un grupo de Bachillerato o FP que ya haya optado por la docencia síncrona, el docente solo tiene que activar en WebEx al alumno que está en cuarentena en casa", subraya.
Por otro lado, el presidente de educación de CSIF Comunidad Valenciana, José Seco, expone a este periódico que en caso de valorar la opción de la docencia online "Conselleria debe abrir un periodo de negociación y una partida presupuestaria para implementar esta labor" ante "la falta de material tecnológico".
En el caso de las cinco universidades públicas valencianas -Universitat de València (UV), Politécnica de València (UPV), Alicante (UA), Jaume I (UJI) y Miguel Hernández (UMH)- la opción de las clases online es distinta a la de los centros de enseñanzas no universitarias, ya que en junio los rectores acordaron junto a la consellera de Universidades, Carolina Pascual, optar durante el primer cuatrimestre por un modelo de presencialidad híbrida.
Este modelo implica que mientras en las clases prácticas se prima por la máxima presencialidad posible, en las teóricas se opta en su mayoría por la no presencialidad mediante las retransmisiones vía online del profesorado, por lo que sí hay obligación de realizarlas. Asimismo, si en el aula se supera el aforo permitido con la distancia de seguridad, se procede a impartir la materia con el mayor número de estudiantes posible y retransmitirlas de forma sincrónica con el resto.
La Universitat de València, por su parte, anunció a principios de este mes que está preparando la docencia híbrida para el segundo cuatrimestre mediante la aprobación de la regulación de adaptación de la docencia de las titulaciones oficiales.
En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, se obliga al profesorado a emplear los recursos tecnológicos de comunicación en línea remota -como la videoconferencia o los servicios de streaming- para impartir clase al alumnado de 14 a 18 años que cuentan con un sistema de semipresencialidad, según lo exponía el delegado de protección de datos de la Consejería de Educación de la autonomía, David Lleras Iglesias, en un comunicado a principios de curso.
Algunos docentes de esta Comunidad se negaban a impartir clases de forma telemática bajo el pretexto de que no se puede grabar al alumnado por protección de datos. Ante esto, la directora de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), Mar España, declaró que no pueden rechazar la medida por ese motivo porque "no solo pueden, sino que deben impartir clase a sus estudiantes telemáticamente”, tal y como se expone en el documento. Asimismo, Lleras subraya que las asignaturas "se pueden emitir en vivo o grabarse a elección del profesor, debiendo enfocar las cámaras únicamente a la zona donde este se ubique en el aula, para evitar grabar a los alumnos presenciales".
Del mismo modo, el delegado matiza que ha de tenerse en cuenta que las herramientas del correo electrónico y del aula virtual de EducaMadrid "no son adecuadas para una formación en la que se precise interacción entre profesor y alumno, pues funcionan en modo asíncrono".