VALÈNCIA. Mónica Oltra no dimite. Ni hoy, ni mañana ni pasado, según afirma. Tampoco en un hipotético caso de que existiera un procesamiento y, por tanto, acabara sentada en el banquillo. El posicionamiento de la vicepresidenta de la Generalitat frente a su imputación por la gestión de los presuntos abusos sexuales de su exmarido a una menor tutelada es el de atrincherarse. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) cree que trató de proteger su carrera política y a quien fuera su pareja. Pero ella ha optado por obviar los pronunciamientos judiciales y defender "su" verdad. La de que "ningún proceso" en los tribunales, "ni sus diferentes fases", va a "alterar la realidad".
Oltra apareció este viernes en la habitual rueda de prensa del pleno del Consell después de que el jueves se conociera su investigación. Salió del Palau de la Generalitat arropada por su equipo y por dos secretarios autonómicos de Compromís también afectados por procesos judiciales que finalmente resultaron absueltos, Rubén Trenzano y Enric Nomdedéu. El mensaje era claro: son víctimas de la labor de la justicia, no dejaron sus cargos porque no tenían que hacerlo y al final acabaron exonerados. Lo mismo que le puede ocurrir a Oltra.
Dentro de la sala de prensa donde tenía que comparecer la expectación era máxima. Pocas veces, o ninguna, había estado tan concurrida de cámaras de televisión y redactores de medios. Quien pensaba que iba a dimitir comprobó en su primera declaración que ni mucho menos. "Nos mantenemos en las mismas condiciones que todo este tiempo", señaló. Y se aferró a una línea del auto de 11 páginas del TSJCV: "Cierto que no existe prueba directa que vincule esos singulares trámites con la aforada".
El argumento, que han utilizado todos los cargos de Compromís durante las últimas horas, se desvanece, sin embargo, con lo que la resolución destaca a renglón seguido: "Pero sí que concurren unos indicios plurales, que en principio hacen pensar que fueron orquestados tanto por la persona a quien directamente beneficiarían (Oltra) como por la propia relación que presentan con la evolución del proceso penal que trataron de obstaculizar". Es decir, que el TSJCV da por válidas una serie de pruebas en conjunto que, de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, serían admisibles como indicios de delito. Y se trata, concretamente, de las actuaciones por parte de los cargos de Igualdad, incluyendo a la consellera, que provocaron la desprotección de la menor abusada.
El auto, de hecho, va más allá cuando sostiene que pudo producirse "un concierto entre Oltra y diversos funcionarios" a su cargo para, o bien beneficiar la situación procesal de su exmarido, "o sencillamente tratar de proteger la carrera política" de la aforada, "aun cuando ello se hiciera en perjuicio de una menor tutelada por la Conselleria de Igualdad". A lo que añade que, "en contra de lo afirmado, conoció estos hechos desde el principio, bien por comunicación de alguno de sus subordinados, bien por sencillamente comentárselo su marido, con quien no olvidemos en esos momentos convivía". Y apunta como posibles delitos los de prevaricación y malversación impropia sin descartar en un futuro el de encubrimiento por lo que entiende que fueron obstáculos a la investigación de los hechos.
Para la vicepresidenta de la Generalitat, sin embargo, ni este ni los otros cinco pronunciamientos judiciales que recriminan la actuación del Gobierno autonómico parecen resultar buenos. En ninguno de ellos, comentó, la Conselleria ni ha sido parte ni ha sido oída. "No hay pronunciamientos que no estén en los hechos probados y en el fallo. Lo demás es literatura", declaró. En resumen, que las sentencias sobre la condena bien, pero lo que en ellas se reprocha al Ejecutivo autonómico es, dice, "literatura".
En su opinión, es "difícil" que existiera un concierto entre ella y 13 funcionarios de Igualdad para tapar lo sucedido, mientras que su carrera política "siempre se ha basado" en oponerse "a las injusticias" y en "defender a la gente que más lo necesita".
La posición de Oltra resiste mal el tiempo de la comparación, puesto que ella pidió en innumerables ocasiones responsabilidades políticas a cargos del PP cuando eran investigados en casos de corrupción, apelando incluso a la moralidad. Un ejemplo son las palabras que dirigió al expresidente de la Generalitat Francisco Camps en la tribuna de Les Corts: "El día que me viera como usted imputado y vilipendiado, pillado en todas las mentiras posibles, (...) ese día sí me iría a mi casa", le espetó.
Aunque existen otro tipo de declaraciones, como las relativas al nombramiento como gerente de Egevasa al marido de la entonces consellera de Sanidad, Carmen Montón (PSPV). "No es estético y no se debería haber producido. Los familiares de políticos deben tener limitaciones al desarrollo de sus carreras profesionales, aunque a veces sea injusto, por cuestiones de estética y de la ética pública", afirmó.
"Soy coherente y lo seguiré siendo. Es una postura ética, estética y política, no personal. Cualquier comparación con el comportamiento corrupto del PP es odiosa. No les digo lo que me apetece hacer a mí personalmente, pero esto es una cuestión política y esta gente no puede ganar"
Su situación de ahora, por contra, no le parece equiparable. "Soy coherente y lo seguiré siendo. Es una postura ética, estética y política, no personal. Cualquier comparación con el comportamiento corrupto del PP es odiosa. No les digo lo que me apetece hacer a mí personalmente, pero esto es una cuestión política y esta gente no puede ganar", señaló.
El "esta gente" es el siguiente argumento básico en Compromís: que todo se trata de una cacería de la extrema derecha. Oltra aludió al dirigente de la formación ultraderechista España 2000, José Luis Roberto, como uno de los que impulsó una causa contra ella (aunque realmente lo hizo contra varios cargos la Conselleria de Igualdad). Pero no opinó sobre las consideraciones judiciales que recriminan su actuación. De eso se defenderá, indicó, el día 6 de julio ante el TSJCV.
La vicepresidenta de la Generalitat hizo de este asunto un ataque político superior, descartó que su situación pueda debilitar la acción del Consell, respondió que se sentía respaldada por éste y no dudó en asegurar que estaba capacitada para seguir siendo portavoz. "Hay un problema si en este país la verdad es increíble. ¿Qué pone la credibilidad en duda? ¿De qué instituciones? Esta gente no puede ganar. Es una cuestión política de defensa democrática, porque si me lo hacen a mí se lo pueden hacer a cualquiera", aseveró.
"Hay un problema si en este país la verdad es increíble. ¿Qué pone la credibilidad en duda? ¿De qué instituciones? Esta gente no puede ganar. Es una cuestión política de defensa democrática"
La teoría del complot de la extrema derecha seguirá como argumentario de cabecera en este asunto de manera generalizada en Compromís. Dentro de la coalición existen voces que defienden a Oltra con estas razones, e incluso otras que ven una suerte de "mano negra" de la consellera de Justicia, Gabriela Bravo. Todos desprecian, al parecer, las tesis de dos fiscales, un juez de instrucción y tres tribunales.
El 6 de julio es la fecha marcada en rojo en el calendario en este momento. La vicepresidenta de la Generalitat tendrá la oportunidad de explicarse ante el TSJCV, como ya lo han podido hacer los 13 funcionarios investigados ante el juzgado de Instrucción número 15.
Uno de los puntos claves en los que incide el auto que la imputa es si ordenó o no el expediente que elaboró la Conselleria sobre los abusos y que derivó en informes que otorgaban poca credibilidad a la menor, llegando a atribuirle intereses espurios. Este viernes no aclaró del todo este punto y se volvió a remitir –como en bastantes ocasiones– a su comparecencia en Les Corts.
"Hablé con mi jefe de gabinete y le encargué averiguar lo que había pasado y sobre todo proteger el interés de la menor", indicó, sin más explicaciones. Esta cuestión ha supuesto una serie de contradicciones públicas de Oltra. En una ocasión dijo que ella encargó el expediente, para después desdecirse. Versión, esta última, que ha mantenido ante los tribunales. Este viernes habló de que encargó averiguar lo ocurrido. Repreguntada al respecto, se limitó a remitirse a sus palabras en Les Corts.