VALÈNCIA. Los buenos propósitos de año nuevo son una constante habitual en las fechas que se vienen, y el Ayuntamiento de València no iba a ser menos. Así, el consistorio ya ha aprobado su Plan Normativo para el año 2022, un documento en el que deja patentes sus aspiraciones y deseos para el próximo ejercicio. Algo así como una lista de deberes pendientes que se esperan abordar durante el próximo ejercicio. Ahora bien, el plan es totalmente informal y no vinculante, por lo que constituye más una pretensión que una obligación.
Destacan aquí pues las ordenanzas. De hecho, son el deseo más común para 2022: desde movilidad a turismo, pasando también por ruido, seguridad ciudadana y otras muchas más. Algunas de ellas son de nueva necesidad, mientras que a otras ya se les conoce la cara desde hace unos cuantos años. Pero, sea como sea, lo que queda claro es que el gobierno liderado por PSPV y Compromís quiere poner orden normativo en muchas áreas que ahora mismo, a su juicio, no se encuentran lo suficientemente regladas.
Entre las viejas conocidas se encuentra por ejemplo la ordenanza de pisos turísticos, una norma que inicialmente estaba prevista para 2021 pero finalmente se ha ido posponiendo sin remedio a causa de los diferentes trámites que todavía quedaban pendientes. Y es que, este nuevo nicho de negocio en la ciudad de València presenta desafíos que tanto el consistorio como otras administraciones públicas se están apresurando a la hora de abordar. Pero no es sencillo, según parece.
De este modo, el área de Turismo que dirige Emiliano García repite deseo de año nuevo. Cabe recordar que la ordenanza de pisos turísticos no es una norma orientada a regular su uso per se, cuestión que ya se ha abordado en diferentes reglas como por ejemplo el Plan del Cabanyal o el de Ciutat Vella. Más bien, a lo que obligará esta ordenanza será a ofrecer más información tanto por parte de los propietarios como de los usuarios, de manera que las administraciones podrán monitorizar de manera más sencilla la legalidad de este tipo de negocios.
Y, según explica el Plan Normativo, ahora mismo el documento se encuentra en redacción del anteproyecto. También del área de Turismo depende la nueva ordenanza de rodajes cinematográficos, que se encuentra en fase de consulta previa. Una norma que se anunció por primera vez a mediados de este año y que tiene como objetivo regular específicamente la actividad, así como facilitar los trámites a las productores que se muestren interesadas por rodar en València.
También viejas conocidas son las ordenanzas de civismo y de ruido. La primera de ellas, dependiente del área de Policía Local que dirige Aarón Cano, ya presentó borrador el pasado mes de septiembre, aunque todavía no se ha aprobado de manera formal. De hecho, según el Plan Normativo se encuentra ahora mismo en fase de redacción del anteproyecto. Sea como sea, algunas de las faltas que pretende perseguir con mayor severidad son el acoso callejero a las mujeres, la xenofobia, el racismo o la homofobia, todas ellas "conductas que no son ilegales pero que podrían considerarse la antesala de un delito", apuntaba el edil.
La norma también prevé castigar las faltas de ruido durante los botellones o el deterioro voluntario del espacio urbano. En definitiva, una ordenanza que no se quedará en la mera declaración de intenciones y que contempla multas de entre 750 hasta los 3.000 euros. Si es que se llega a aprobar en 2022, tal y como se ha marcado el Ayuntamiento como objetivo.
En este sentido, también repite posición la ordenanza de ruido, sobre la que trabaja el área de Calidad Acústica que dirige Giuseppe Grezzi, y que acumula cinco años en redacción. Esta normativa tiene como objetivo poner coto a los límites de ruido que se pueden dar en la calle por cuestiones como fiestas, conciertos y demás. Asimismo, pone el foco sobre las terrazas de la hostelería, e introduce una medida que ha sido, precisamente, una de las más controvertidas en la materia: las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS).
Estas se repartirán por los barrios más saturados y contemplan incluso la limitación de decibelios para los locales que operan en ellos desde la vía pública. Una restricción que ya ha entrado en vigor para Ciutat Vella y que todavía queda en el aire para Ruzafa, mientras que el conjunto de la ordenanza todavía sigue sumando modificaciones y alegaciones.
De nueva entrada en el Plan Normativo es, por su parte, la ordenanza de tenencia de animales. Se introduce así por primera vez entre los objetivos del Ayuntamiento después de que les Corts Valencianes la aprobaran este mismo verano, con la delegación de una serie de competencias en las administraciones locales. Por ejemplo, implantar una tasa por tener perro o gato en casa.
Más antiguos son, por su parte, el Plan Local de Residuos y la ordenanza de limpieza. El primero se quiso introducir en el año 2020, pero la pandemia obligó a retrasarlo. A principios de 2021, el Ayuntamiento se propuso sacarlo adelante a lo largo del ejercicio, con el objetivo de adaptar la normativa municipal al Plan Integral de Residuos Autonómico. Sin embargo, 12 meses después, el reglamento sigue exactamente igual: en fase de actuaciones previas. Es por ello que se renueva su aspiración para 2022.
Y lo mismo sucede con la ordenanza de limpieza, que tampoco ha avanzado de la fase de actuaciones previas desde enero, según se desprende del Plan Normativo para 2022. Esta normativa pretende actualizar la que ya existía desde el año 2009, y que puso en marcha el Partido Popular. A este respecto, lo que contempla la nueva ordenanza es endurecer algunas de las sanciones por conductas incívicas, como no recoger excrementos de animales, dejar basura fuera de los contenedores o abandonar vehículos en la vía pública, entre otras.
También dependiente de la concejalía de Sergi Campillo es la ordenanza reguladora del registro de embarcaciones de l'Albufera, que repite igualmente desde el año anterior. Por su parte, dentro de su delegación se introducen nuevas cuestiones como la ordenanza municipal de parques y jardines o la ordenanza para la regulación de la concesión de huertos urbanos, así como la ordenanza reguladora del espacio público de La Devesa.
Dentro de las competencias de la concejalía de Urbanismo, que dirige Sandra Gómez, el Ayuntamiento de València se ha marcado unos cuantos deberes para 2022. Una de las tareas más importantes es de nueva creación, y tiene que ver con la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para reducir la reserva de aparcamiento en los nuevos desarrollos urbanísticos. Esto implica relajar la actual obligación de salvaguardar un determinado espacio para el vehículo privado, por lo que de ahora en adelante los nuevos edificios dedicados a actividades terciarias, industriales o dotacionales podrán ejecutarse con menor número de plazas.
También se introducen cambios en el Plan de Especial Protección de Ciutat Vella (PEP), con el objetivo de incorporar dos nuevas protecciones: el edificio del Teatro Olympia y la casa natalicia de San Vicente Ferrer. Por su parte, y en cuanto a planes urbanísticos, repite en el podio de las aspiraciones para 2022 el Plan Especial de Castellar-Oliveral, que sin embargo sigue en la fase de actuaciones previas al proyecto.
Por último, se rescata de los deseos de 2021 la ordenanza de actuaciones y obras, que después de 12 meses todavía sigue en la fase de actuaciones previas. Por lo que respecta al área de Movilidad Sostenible que dirige Giuseppe Grezzi, actualmente se está trabajando en algunas modificaciones en la ordenanza de movilidad, aunque realmente una de las grandes aspiraciones para 2022 es sacar adelante la ordenanza reguladora de zonas de bajas emisiones, que se encuentra en actuaciones previas