VALÈNCIA. El próximo 21 de mayo se celebrarán una primarias decisivas para la historia del PSOE: la distancia exhibida por los dos candidatos a priori con más opciones, Susana Díaz y Pedro Sánchez, con Patxi López más alejado, apunta a un resultado que, gane quien gane, traerá consecuencias difíciles de prever; más aún con la igualdad manifestada en la recogida de avales por parte de los favoritos.
Como ya ha venido informando este diario, el presidente de la Generalitat y líder del PSPV, Ximo Puig, tiene un problema orgánico importante con este proceso que puede tener consecuencias en su propia fortaleza institucional. Su respaldo público a Díaz no ha sido compartido por la militancia en la fase de avales, dado que Sánchez ha recogido cerca de 3.000 firmas más que su oponente en la Comunitat Valenciana.
A la espera del resultado de la votación el 21 de mayo, hay otros problemas a resolver en la sala de espera. Así, cabe recordar que inmediatamente después de las primarias, concretamente el día 24, están previstas las asambleas locales para elegir los delegados que acudirán al 'congresillo' provincial. Un cónclave fechado para el día 27 que se ocupa de conformar la delegación valenciana que acudirá al Congreso Federal del PSOE a través de una votación de los previamente facultados para ello.
Evidentemente, el clima de la jornada estará marcado de forma esencial por lo que haya acontecido el domingo anterior: es decir, sabiendo si Susana Díaz ha sido la vencedora o si ha resultado triunfador Pedro Sánchez, las posiciones pueden variar desde acomodarse a una negociación común hasta radicalizarse hasta el punto de que existan varias listas.
En este caso, si lo marcado por los avales en la Comunitat se confirma y los afines a Sánchez quedan por encima de Díaz, que cuenta con el respaldo de la dirección del PSPV, el resultado en estos 'congresillos' provinciales también podría reproducirse. Esto, si se atiende al resultado de las firmas, daría superioridad a las listas 'sanchistas' en Castellón y Valencia, mientras que en principio los 'susanistas' gozarían de ventaja en Alicante. Cabe recordar que en este tipo de proceso la candidatura más votada logra la mayoría de los delegados, mientras que para obtener representación hay que conseguir un 20% y, de ahí en adelante, se otorgan más efectivos en función del porcentaje.
Es decir, por poner un ejemplo, si hubiera enfrentamiento podría producirse la situación de que el secretario general provincial, José Luis Ábalos, encabezara la lista 'sanchista' mientras que un dirigente afín a Díaz, el propio Ximo Puig sin ir más lejos, liderara otra. Habría que esperar para ver si los afines a Patxi López buscarían su propia candidatura o negociarían con las otras listas. En definitiva, la pregunta es, en una situación desfavorable: ¿Se expondría el presidente Puig a encabezar una candidatura que pudiera ser derrotada por el 'sanchismo'?
Esta situación no es nueva, de hecho ya se produjo en enero de 2012 en la previa del Congreso Federal en el que se midieron Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón. En aquella ocasión se presentaron tres listas al 'congresillo' de la provincia de Valencia: venció la liderada por José Manuel Orengo, próxima a Puig y Chacón, mientras que en segundo lugar quedó la que encabezaba el propio secretario general del PSPV, Jorge Alarte. En tercer puesto, aunque alcanzando el mínimo para obtener representación, se metió la candidatura de Francesc Romeu. De hecho, este resultado marcaría la línea de lo que ocurriría pocos meses después cuando Puig -que en aquella ocasión encabezaba por Castellón- se impuso en el Congreso Nacional a Jorge Alarte, arrebatándole así la Secretaría General del PSPV.
No obstante, en esta ocasión el presidente lo tiene más complicado, dado que aunque quisiera concurrir por su provincia, Castellón, también los 'sanchistas' han logrado allí una ventaja en avales notable. Mientras, en Valencia, es donde la diferencia en firmas ha sido mayor y presentarse por Alicante evidenciaría miedo a la derrota. Si bien, tal y como ocurrió con Alarte, el jefe del Consell y líder del PSPV podría ser delegado aunque su lista no saliera vencedora, la imagen de debilidad sería preocupante a las puertas de tener que renovar su liderazgo en el cónclave nacional que debe celebrarse a continuación.
De la misma manera, también se examinan en este proceso los alcaldes que han mostrado públicamente su apoyo a Susana Díaz y pueden encontrarse con dificultades, tal y como ocurrió con los avales, para sacar adelante a su favor la elección de delegados en sus demarcaciones.