VALÈNCIA (EFE). La procesión cívica de la Senyera en el 9 d'Octubre recobró este año el recorrido habitual por la ciudad de València, una vez superadas las restricciones impuestas por la pandemia de la covid o por las obras urbanísticas, en un ambiente de normalidad y clima festivo, en el que no faltaron las bandas de música y las charangas interpretando música festiva.
Después de que en 2020 se suspendiera por la covid y se limitara a un acto institucional en el Ayuntamiento, y de que en 2021 se modificara el recorrido por la reforma de la plaza de la Reina, el traslado solemne de la Senyera volvió en este 2022 al itinerario tradicional, por la plaza del Ayuntamiento, San Vicente, plaza de la Reina y calle de la Paz hasta el Parterre, para regresar al consistorio por Pintor Sorolla y Barcas.
Con un gran despliegue policial, y con un cordón de seguridad a lo largo de todo el recorrido, la procesión cívica transcurrió con normalidad, con aplausos y vítores al paso de la Real Senyera, un ambiente que solo se vio alterado por grupos minoritarios de extrema derecha y de exaltados que, de tanto en tanto, increpaban a las autoridades de izquierda, que gobiernan el Ayuntamiento y la Generalitat.
A las doce del mediodía, y mientras sonaban las campanadas en el reloj del edificio consistorial y se disparaban las reglamentarias salvas de ordenanza, la Senyera fue bajada en completa verticalidad desde el balcón del Ayuntamiento y recibida a pie de calle por el vicealcalde y concejal de Compromís, Sergi Campillo, que fue el portador de la enseña durante todo el recorrido.
En el primer tramo de la marcha, Campillo estuvo escoltado por el secretario general del Ayuntamiento, Hilario Llavador, y los concejales Maite Ibáñez (PSPV-PSOE), Marta Torrado (PP), Fernando Giner (Ciudadanos) y José Gosálbez (Vox), que, como portadores de las borlas, fueron relevados por otros ediles en los diferentes tramos de la procesión cívica.
Tras la Senyera se situaron las autoridades, entre ellas el president de la Generalitat, Ximo Puig; el alcalde de València, Joan Ribó; el presidente de Les Corts, Enric Morera; la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant; la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé; miembros del Gobierno valenciano y autoridades militares de la región.
Delante de la enseña autonómica se situaron concejales del Ayuntamiento, diputados autonómicos y provinciales, parlamentarios del Congreso y Senado, instituciones y organismos como la Acadèmia Valenciana de la Llengua, sociedades culturales como La Rat Penat y las falleras mayores de Valencia, Carmen Marín y Nerea López, con sus cortes de honor.
Al llegar la Senyera al Parterre, y ante la estatua ecuestre de Jaime I, fundador del Reino de Valencia, se colocaron seis coronas de laurel ofrendadas por el Tribunal de las Aguas, Ateneo Mercantil, Societat Coral El Micalet, Real Academia de Cultura Valenciana, Lo Rat Penat y Ayuntamiento de València.
Al término del recorrido, el alcalde destacó que este 9 d'Octubre, en el que además de la entrada de Jaime I se celebra el cuadragésimo aniversario del Estatuto de Autonomía, es momento de "reivindicar que Valencia es una capital que necesita más inversiones en infraestructuras ferroviarias", como impulsar el Corredor Mediterráneo, mejoras en los trenes de Cercanías y el túnel pasante, y más inversiones en el transporte metropolitano.
Ribó subrayó la "normalidad" en que ha transcurrido la procesión cívica, dentro de las discrepancias lógicas, y más cuando hay en el horizonte unas elecciones municipales y autonómicas, un periodo "en el que se acentúan las diferencias" entre los diferentes partidos.
Por su parte, Ximo Puig aseguró que el 9 d'Octubre "es un día de convivencia y armonía, y aunque existan diferencias de ser y de sentir, todos debemos caminar hacia adelante. Se han conseguido muchas cosas (en los 40 años de autonomía) pero todavía nos queda mucho por conseguir".
Uno de los momentos de tensión de la procesión cívica se produjo en la plaza del Ayuntamiento, delante de la estatua de Vinatea, donde se concentraron simpatizantes de extrema derecha, entre ellos el abogado José Luis Roberto (de Valencia 2000) y ciudadanos que enarbolaban banderas de la Falange y hacían el saludo fascista, al tiempo que proferían gritos dirigidos a los políticos de izquierda, a los que llamaban "terroristas", les espetaban "no tenéis perdón" y proclamaban "no a la agenda 20-30".
Justo enfrente de ellos, otros grupo de ciudadanos, con banderolas de Compromís, aplaudían el paso de las autoridades y entonaban cantos festivos.