VALÈNCIA. Suben los decibelios en Ruzafa. La mitad de los sensores de ruido colocados en este barrio de l’Eixample, el distrito más afectado por la contaminación acústica según el último Mapa del Ruido del Ayuntamiento de València, registró 60 o más decibelios (dB) de media durante la noche del sábado 18 de septiembre, el segundo después del decaimiento del ‘toque de queda’ y la reapertura del ocio nocturno. Estas cotas de ruido, similares a las que produce el ajetreo diario de una oficina, se encuentran entre las más elevadas desde septiembre del año pasado si se obvian las Fallas. La pandemia había reducido los niveles sonoros hasta valores aceptables, pero con la paulatina recuperación de la normalidad vuelven a crecer. Los vecinos, además, aseguran que lo seguirán haciendo aún más en los próximos meses.
De momento, los volúmenes registrados ya superan de forma holgada el límite de calidad acústica establecido tanto por los organismos internacionales como por la legislación valenciana. En el primer caso, la Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud (OMS) fijan la barrera de lo recomendado por las noches en 55 decibelios, a la vez que la Comunitat Valenciana, en su Ley de Protección contra la Contaminación Acústica de 2002, señala que en las zonas residenciales no se deberían rebasar los 45 dB. Esos máximos asumibles, a los que se acercaron muchas áreas de Ruzafa durante el último invierno según los sonómetros, están de nuevo lejos en calles concurridas como Sueca, donde uno de los medidores, ubicado en el número 32, dejó en la noche del sábado un promedio de 66,7 decibelios.
Esa es la estación que refleja por ahora los niveles acústicos más altos del barrio, aunque a tan solo unos metros de distancia, en el sensor emplazado en el número 61 de la misma calle, la contaminación acústica alcanzó los 64,2 dB durante la noche. Este escenario sitúa a Sueca como uno de los puntos conflictivos de Ruzafa en términos de calidad sonora, lo que ocurriría también en la vía peatonal del Cura Femenía. Considerada por los vecinos como una ‘zona cero’ en cuanto a problemas de ruido, el sonómetro allí colocado ofrece, para las noches de los dos últimos sábados de septiembre, valores medios de entre 63 y 64 decibelios. En el caso contrario, con los datos más bajos de entre los registrados por estas estaciones, se encontraría el medidor del chaflán de General Prim con Donoso Cortés.
Por otro lado, y aunque recientemente sí se ha generado un pequeño incremento del ruido coincidiendo con el decaimiento del ‘toque de queda’ y la reapertura del ocio nocturno hasta las 3 de la madrugada y sin baile, el mayor salto registrado hasta el momento en un sábado se produjo a mediados de mayo. Justo el día 15, en el primer fin de semana completo después del segundo estado de alarma, todas estaciones de medición de Ruzafa superaron por primera vez en varios meses los 50 dB de media durante la noche. En el caso de la calle Sueca, algunos puntos llegaron a detectar un aumento de casi diez decibelios respecto al mismo día de la semana anterior.
Meses antes, entre diciembre y abril, el avance de la tercera ola del coronavirus y las restricciones asociada a ella habían rebajado la contaminación acústica hasta situarla, en distintos puntos del barrio, dentro de los límites de calidad sonora aceptados por las autoridades. Es una tendencia que se aprecia sobre todo en el mes de febrero, pero que no obstante no se tradujo de igual manera al comienzo de la calle Cádiz, ya que en el medidor instalado en el número 3 de esa vía no ha detectado, de media, menos de 54 decibelios ningún sábado desde hace por lo menos un año. En este sentido, todavía está por ver si las nuevas medidas que podrían llegar a partir de la semana que viene, como el retorno del baile a los locales de ocio, tienen un impacto mayor en la calidad sonora del barrio.
Por su parte, los vecinos del barrio no solo consideran que los niveles de ruido actuales podrían seguir creciendo en las próximas semanas, sino que reclaman también desde hace varios años la reubicación de todos los sensores acústicos para que las mediciones sean “representativas”. En este sentido, la asociación Russafa Descansa sostiene que solo una de estas estaciones, que se emplazaron tras una propuesta presentada a los presupuestos participativos del Ayuntamiento, está “bien colocada” para medir la actividad calificada como molesta.
Los vecinos también apuntan a que los datos que ofrecen los sensores son promedios y no permiten conocer el detalle por horas. Según mantiene la asociación, a algunas horas de la noche se alcanzarían valores acústicos de hasta 70 decibelios. Russafa Descansa promovió también el procedimiento de declaración del barrio como Zona Acústicamente Saturada (ZAS), que fue confirmada en julio por el Tribunal Supremo (TS). Al respecto, el Ayuntamiento de València ya ha aprobado una moción para la realización de un estudio sonométrico en el barrio que determine si se dan los requisitos para iniciar el expediente de declaración de la ZAS.
Asimismo, los problemas de calidad acústica no son exclusivos del barrio de Ruzafa en las últimas noches, sino que también afectan a otros puntos de la ciudad, como Benimaclet o la Plaza de Honduras. En este sentido, y según el último Mapa del Ruido de València, presentado hace tres años por el consistorio con datos correspondientes a 2017, se observa cómo además de l’Eixample en otros distritos como Extramurs y el Pla del Real la afección sonora es relevante. En el primer caso, cerca de un 39 % de la población estaba expuesta entonces a niveles acústicos que superaban los 55 decibelios por la noche, mientras que en los dos últimos casos eran el 37,3 % y el 36,2 % respectivamente.
También presentan una afección alta los distritos de Campanar, La Saïdia, L’Olivereta y Patraix, mientras que las áreas donde menos problemas de contaminación acústica se detectan son los más alejados del centro de la ciudad, como los Poblats Marítims y los Pobles del Nord, l’Oest y del Sud. En estos tres últimos distritos, además, la población expuesta a niveles de ruido muy elevados no rebasa en ningún caso el 7 %.