De fábrica de lámparas a paneles solares: Silicon Valen alquila una nave para empezar la producción

VALÈNCIA. La empresa Silicon Valen pisa el acelerador para la recuperación en España de una industria de producción de paneles solares 'made in Valencia'. Y, para ello, ya ha encontrado el que será su cuartel general para el arranque de la fabricación: una antigua fábrica de lámparas de cerca de 6.000 metros cuadrados en la que 'encender' todo un nuevo ecosistema alrededor de las renovables en la Comunitat Valenciana.

Este proyecto forma parte de un 'macro plan' con el que un grupo de empresarios valencianos del sector aspira a erigir un potente sector fotovoltaico para minimizar la dependencia de China, que actualmente acapara más del 90% de la producción de paneles. Para ello, su hoja de ruta pasa por la fabricación de toda la cadena de valor: desde la purificación del silicio hasta la fabricación de las células y módulos fotovoltaicos. Y todo ello con una inversión cercana a los 500 millones de euros y que generará cerca de 1.500 empleos. 

No obstante, dada la envergadura y la necesidad de contar con apoyo público, la compañía ha decidido empezar por la producción de los paneles solares ante la alta demanda y la dependencia actual con el mercado exterior. Pero también para testar su producto y demostrar que es posible hacerlo con altas prestaciones y calidad en Europa. Y esta fabricación es la que se llevará a cabo en sus nuevas instalaciones en la antigua planta de la empresa de lámparas Bejorama, ubicada en la pista de Silla y cerrada desde hace años, que Silicon Valen transformará para su nuevo cometido.

"España compra 7.500 millones de euros en módulos fotovoltaicos al año. Eso es dinero que se va fuera porque no hay industria en España ni en Europa", señala Marcos Lacruz, al frente de la firma, además de ser el presidente de la patronal Avaesen y CEO de NRG. Los hermanos Antonio y Gonzalo Navarro, propietarios de la extinta Siliken; y el consultor Manuel Argüelles, que formaron parte del nacimiento de la empresa han decidido salirse del proyecto. "En estos momentos hay un 'boom' de instalaciones con una demanda de 5 millones de módulos en España y el 95% procede del exterior. La previsión es que se multiplicará por dos en cinco años y, por tanto, consideramos que empezar por la fábrica de paneles tiene sentido", señala Marcos Lacruz.

150 paneles en una hora

Fue hace solo unas semanas cuando se cerró el alquiler de sus nuevas instalaciones en Massanassa. Una ubicación que no es casual ya que se ubica a tan solo siete minutos del puerto de València, a cinco de la ciudad y a diez minutos del aeropuerto de Manises, lo que minimizará sus costes logísticos. Además, al haber acogido una nave que albergó una empresa de iluminación cuenta con la potencia eléctrica necesaria para el proceso de fabricación de los paneles. 

También fue un punto clave en su elección su gran amplitud y espacio para la instalación de la línea de montaje que ensamblará los paneles. Será una maquinaria automatizada y del más alto nivel de hasta 150 metros de longitud y con capacidad en sus inicios para fabricar 45 módulos en una hora hasta llegar a su máximo rendimiento en marzo de 2024, cuando sacará hasta 150 paneles en una hora. 

La inversión para la rehabilitación del espacio rondará el medio millón de euros, a los que se suman cerca de 11 millones para la compra de materiales, maquinaria y equipamiento. Las labores de acondicionamiento y reforma de la instalaciones están ya en marcha para poder arrancar el proyecto a finales de este año, previsiblemente en el mes de noviembre, con una producción de 400 MW y un potencial de hasta 600 MW, cuando se alcance el 100% de su capacidad a mediados de 2024.

" Vamos a empezar con un único producto de 550 W porque es el que mayoritariamente se demanda y se instala, aunque no descartamos en un futuro ampliar el catálogo de módulos", explica Lacruz. "Nuestro valor añadido será la calidad, ya que, dada nuestra experiencia y conocimiento del sector, hemos detectado que mucho producto que llega de Asia se dobla o se estropea por las condiciones climáticas, por lo que nosotros vamos a reforzar su estructura y el marco de aluminio para hacerlo más robusto y que resista mejor las inclemencias meteorológicas", destaca.

El proceso de producción consistirá en el ensamblaje de células, que se importarán de Israel, Alemania, Taiwan y China, con los materiales -aluminio y cristal- y la electrónica necesaria para conseguir el módulo fotovoltaico. Al final de la línea se comprobará su calidad para su posterior certificación. "Tenemos ya acuerdos con proveedores locales para el vidrio, la electrónica, el plástico y el aluminio, pero estamos abierto a colaborar con empresas que quieran diversificar y entrar en una industria potente y emergente como esta. Es una gran oportunidad", remarca el empresario.

Parque de proveedores

De hecho, uno de sus anhelos es conseguir conformar un gran parque de proveedores en torno a la empresa al estilo Ford en Almussafes. Aunque su modelo a seguir es el de otras empresas valencianas del sector como PHV o Power Electronics. "En la Comunitat Valenciana tenemos ya compañías punteras y que son líderes mundiales. Creemos que hay una gran oportunidad de liderar el mercado. Además, es un sector con un alto componente en innovación e investigación al que todavía le queda mucho camino por recorrer en eficiencia para adaptarnos al cambio climático", defiende. 

En sus inicios, los trabajos empezarán con una plantilla de una veintena de trabajadores tanto en la planta de producción como en las áreas de desarrollo tecnológico e innovación para, poco a poco, ir sumando mano de obra hasta llegar al centenar de empleados. Incluso contemplan conformar un departamento de internacional porque su intención es exportar el producto a otros mercados europeos.

Eso sí, por el momento están centrados en el mercado nacional. Tanto es así que ya tienen compromisos de pedidos con algunos clientes y el próximo año 2024 ya habrá parques fotovoltaicos que entrarán en funcionamiento con paneles de Silicon Valen. También han cerrado acuerdos con algunas empresas para hacer pilotos de autoconsumo.

Respaldo de la Administración

Aunque reconocen el respaldo e interés de la Administración a todos los niveles, en esta primera fase el grueso del capital ha sido privado más allá de una subvención de 362.215,92 euros de la Conselleria de Economía para la adquisición de maquinaría y bienes de equipo. Un montante, en el marco de una convocatoria de ayudas para impulsar proyectos industriales estratégicos en la Comunitat, que ha servido para la puesta en marcha del proyecto.

"Nos hemos reunido con la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera; con la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen; la de Innovación; con el IDAE; y la Generalitat Valenciana y hemos sentido el respaldo y su interés por ver qué tipo de ayudas se necesitan para estimular esta industria", afirma el también presidente de Avaesen. No obstante, es consciente de que 'las cosas de palacio van despacio', por lo que para el arranque han ido con pulmón propio. 

"Este es un modelo que busca la integración de toda la cadena de valor, pero Europa es lenta en la toma de decisiones y no podemos estar esperando a que desarrollen ayudas o algún Perte para iniciar el proyecto, aunque estamos en contacto. Estamos ya preparados y ante la situación actual hay que actuar rápido", sostiene. 

Los siguientes hitos, ya a más largo plazo, pasan por el montaje de otras tres plantas enfocadas en la producción del silicio y el resto del proceso de ensamblaje hasta conseguir los paneles solares. De esta forma, la empresa aspira a abordar todo el sistema de fabricación en un momento en el que la demanda está disparada y la tensión geopolítica va in crecendo. 

Pero, además, aprovechando su know how, la compañía se abre a la posibilidad de vender silicio para la producción de microchips y ya estaría en negociaciones con algunas empresas. Así, Silicon Valen ya ha iniciado contactos preliminares con el sector de la electrónica española y está en permanente contacto con el lobby Valencia Silicon Cluster, formado por un grupo de empresas, universidades e institutos de investigación vinculados a la industria de los semiconductores y que está liderado por Mayte Bacete, directora general de MaxLinear Hispania.

"Esto es un proyecto abierto en el que queremos aliarnos con otras compañías para atacar el mercado. No obstante, todo dependerá de la agilidad y facilidades que ponga la Administración y los fondos que se pongan a disposición de los países y las compañías para acelerar esta transición. Nosotros mientras tanto vamos dando pasos", subraya el empresario.

Los siguientes pasos de su plan pasan por la producción y purificación del silicio y su transformación en las células fotovoltaicas para dar cobertura a toda la cadena de valor. "Al final se trata de volver a levantar una industria en suelo español", insiste el empresario. No obstante, por ahora están centrados en la puesta a punta de su primera fábrica. "La demanda de energías renovables es muy alta y no podemos seguir con esa dependencia del mercado chino por las amenazas que hay. En España podemos hacerlo y conseguir así la reindustrialización de nuestro tejido", remarca.