La Abogacía mantiene que lo cometido en el 'procés' fue sedición y Vox retira pena de cárcel para Santiago Vila
Ha empezado de verdad el juicio del procés con las declaraciones de los testigos responsables políticos del Estado. Las testificales de Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, Cristóbal Montoro, Artur Mas, Iñigo Urkullu y compañía dan la dimensión política de lo ocurrido en Cataluña. Pero también la jurídica con la impecable e implacable actuación del juez Manuel Marchena
La imagen que se ha hecho viral estos días es sencillamente impecable. El rey de España mira con elegancia y seriedad a un presidente catalán que parece interesado por la conversación de su acompañante. La imagen, como dicen de las encuestas, es sólo una foto fija de un instante, pero goza de un potente significado
La semana tiene como epicentro dos plazas que distan unos pocos metros y que se encuentran en el corazón de la capital de España. De la concentración del pasado domingo, éxito para unos y pinchazo para otros, al Tribunal Supremo, sede de la Justicia en España que estos días juzga a los políticos catalanes
Conviene volver a Azaña para entender lo que le pasa a España con el demonio independentista. Después de haber sido su aliado, el dirigente republicano renegó de los nacionalistas catalanes, a quienes acusó de desleales e irresponsables en la guerra civil. La historia vuelve a repetirse con el juicio del Supremo. Entre Companys y Puigdemont no hay diferencias. Les sigue uniendo el afán de destruir nuestro país
Calvo avanza que el relator de la mesa de partidos ha de ser español, preferiblemente catalán
Lo de jugar a sacar partido de fotos más o menos efectistas puede traer una rentabilidad momentánea que en un suspiro puede venirse abajo. El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez juega con las pocas cartas que le quedan. Pero corre el riesgo de apostar todo a la misma. Cataluña es un problema de difícil solución y una foto y un Consejo de Ministros en Barcelona no lo resuelven.
Llega la Navidad y nuestro consejo de ministros decide romper con la tradicional reunión semanal en el Palacio de la Moncloa en Madrid y trasladarse a Barcelona, la segunda capital de España. Justo la semana en que comienza el juicio por el golpe de estado, bautizado como ‘procés’
El asunto catalán nunca se ha ido, ha estado ahí, está y estará. Nos hemos entretenido, no han entretenido con otros asuntos, no menores (consecuencias del resultado andaluz, enfrentamientos parlamentarios, dimes y diretes con las nuevas derechas o con las izquierdas, exhumación de Franco,…) pero no tan trascendentes como la cuestión catalana. Están en juego entre otras cosas, la estabilidad política del país y la reconciliación entre los catalanes
Amaga pero no da. El presidente catalán, correveidile del locuelo de Waterloo, nos tiene acostumbrados a sus soflamas diarias contra el Estado. Sigue empecinado en el cuento de una República imaginaria que sirve de nana para los niños catalanes. Es hora de que pase a los hechos y se convierta en el héroe o el mártir que necesitan los independentistas
Cataluña marcará el futuro de Pedro Sánchez mal que le pese. Por acción o por omisión a la hora de solventar la nueva crisis de Estado, el Presidente del Gobierno deberá decidir, le guste o no. La insistencia en el diálogo o es inexplicable o se adivina un acuerdo, no sabemos si confesable o no
Si hace unos años nos hubieran contado la situación que se iba a vivir en la segunda década del siglo XX muy pocos habrían dado crédito. Es más, quienes se hubieran atrevido a anticipar la deriva a donde podía llevarnos el nacionalismo catalán, habría sido tachados de agoreros y apocalípticos.