VALÈNCIA. El magno proyecto de la Torre Eólica diseñada por el despacho de arquitectura del valenciano Fran Silvestre con el respaldo financiero de Net de Gerrers está a punto de dar uno de los pasos más importantes para implantarse en La Marina de València. El Consorcio València 2007, que gestiona este espacio, lleva a la comisión delegada del próximo martes 25 de febrero la segunda aprobación de esta iniciativa para continuar con la tramitación administrativa correspondiente.
Nada apunta que allí se vaya a paralizar el proyecto: las sensaciones son buenas, la torre gusta, y entra en la idea de La Marina. En todo caso, puede darse la situación de que se pida a los promotores implementar algún cambio final antes de, previsiblemente, dar luz verde a la Torre Eólica en el mencionado órgano, formado por el director del Consorcio, Vicent Llorens, dos representantes del Gobierno central, uno por parte de la Generalitat -Manuel Illueca- y otro del Ayuntamiento de València -el edil Carlos Galiana-.
Es algo que se da por hecho después de que la misma comisión pronunciara su aprobación inicial por unanimidad hace diez meses. Asimismo, al saltar a la opinión pública, en un principio, el proyecto pareció agradarle al alcalde de la ciudad, Joan Ribó, quien lo consideró "una idea interesante" que liga "con un modelo de sostenibilidad" y con "la voluntad innovadora de modernizar la ciudad".
Fuentes conocedoras de la operación han explicado que se ha solicitado introducir algunas modificaciones de carácter menor a la idea original. Los cambios más importantes ya han sido consensuados. El presupuesto del proyecto ha aumentado y supera ligeramente los 20 millones de euros. Tras la aprobación por la comisión delegada, el proyecto deberá pasar por un período de exposición pública de 30 días en el que otros promotores podrán presentar un planteamiento alternativo de características similares en este espacio.
Si eso ocurriera, la puesta en marcha del proyecto tendría que sacarse a concurso, mientras que en el caso de no presentarse nadie el proyecto de Silvestre se llevaría a cabo sin licitación, adjudicando la concesión del enclave, como ya ha ocurrido con otros espacios como las bases de Marina de Empresas -promovida por Juan Roig- y Bankia Fintech. La concesión prevista es hasta 2048, coincidiendo con la finalización de la concesión que también ostenta La Marina.
Todo ello fue mayoritariamente confirmado por el propio presidente Llorens este martes en una entrevista concedida al programa 'Amanece València' de Plaza Radio, donde explicó que se trata de un proyecto "muy complejo" y recordó que ya había superado una aprobación inicial. "Los promotores ya empezaron su proceso de financiación, y de ese primer acuerdo ha derivado un acuerdo que llevaremos a la comisión delegada del día 25", aseguró el presidente del Consorcio. Eso sí, cabe la posibilidad de que se contemplen algunas modificaciones para "perfeccionar" el contrato y cambiar "algunas cuestiones" con el propósito de que, según Llorens, "la inversión sea más atractiva, más solvente, y se pueda hacer"
La torre -que según el proyecto original tendrá una altura de 170 metros- está prevista en un estrecho espacio ubicado en el extremo este de la bocana del recinto marítimo, un enclave baldío y adentrado en el mar pero ideal para el proyecto por la fuerza del viento en el lugar y que permitiría abastecer de energía a la Marina de València.
El monumento aspira a convertirse en un centro de investigación de energías limpias, además de en una importante referencia visual desde las alturas, en el coloso que reciba a las embarcaciones que visiten València y en un atractivo desde toda la fachada marítima. Quizá también en un punto turístico en sí mismo, ya que sus impulsores contemplan la creación de un mirador en la parte superior de la inmensa torre, que supera ampliamente los 127 metros del puente de l'Assut de l'Or, actualmente el punto más alto de la ciudad.
La combinación de energías eólica y fotovoltaica con la que contará la Torre Eòlica aspira a lograr una producción de 5,4GWh al año, "aproximadamente lo que genera un molino eólico convencional de eje horizontal de gran tamaño", según explicó el arquitecto hace más de un año. El 75% del total de la energía la producirían los alrededor de mil molinos eólicos de eje vertical instalados en la torre; y el 25% restante -que permitiría alcanzar las cifras de los habituales molinos de los parques eólicos- lo lograrían las placas solares dispuestas en la superficie de la estructura.
La noticia llega poco después de conocerse, tras la publicación de Valencia Plaza, que La Marina había decidido rechazar la instalación de una noria gigante en otro enclave de la fachada marítima. Aquel planteamiento, impulsado por la empresa Circular View, no convenció a los dirigentes del Consorcio al no encajar con su programa de futuro. Sobre ello también se pronunció el propio Llorens: "Nosotros le dijimos al Ayuntamiento que podría provocar muchas disfunciones en el día a día".
El alcalde de la ciudad, Joan Ribó, también se manifestó sobre esta noria y señaló que La Marina debe aspirar a ser "un centro lúdico, de integración, de actividades náuticas, llena de innovación y con elementos gastronómicos", pero no "un parque temático". Finalmente, los promotores en este caso han decidido, tras la "falta de compromiso" de las administraciones en la búsqueda de otro emplazamiento en la urbe valenciana, buscar complicidad en la ciudad de Madrid.