VALÈNCIA. Los rostros que encabezan este artículo no aparecerán destacados en carteles electorales locales en la campaña del 28 de mayo. No lo harán pese a resultar bastante familiares para los vecinos de sus respectivos municipios y hallarse muy vinculados a sus ayuntamientos. En campañas anteriores sí que lo hicieron. Y alcanzaron el éxito buscado, porque ocupan alcaldías desde hace ocho, 20 o incluso 24 años.
Diego Gómez, Carmen Martínez y Evarist Aznar cederán la vara de mando en el pleno posterior a los comicios, el que se celebrará en junio. Esto no significa un pronóstico de derrota segura; sino el resultado de una decisión propia. Los tres han determinado que no van a volver a optar a las alcaldías de sus respectivas localidades: Alzira, Quart de Poblet y La Llosa de Ranes.
Se marchan con un rastro de victorias holgadas y como referentes de sus respectivos partidos políticos. Gómez dirige la principal localidad de la provincia con alcaldía de Compromís tras la capital, València; Carmen Martínez está acostumbrada a ganar con mayorías absolutas y se ha convertido en un referente del socialismo valenciano como diputada autonómica; y Evarist Aznar ha mantenido el bastión de La Llosa de Ranes para el PP sin necesidad de pactar con partido alguno incluso en los peores momentos de la marca electoral.
Han considerado que ya habían tenido suficiente y han dejado paso. En Quart de Poblet y La Llosa lo han hecho delegando en una compañera de confianza, de su equipo de gobierno; en Alzira, en un amigo, en un convecino alejado del ejecutivo pero en quien atisbaban las cualidades adecuadas. En los tres municipios han encaminado su sucesión. Las personas elegidas se han visto, de pronto, como relevos inesperados de alguien que parecía sempiterno en el cargo.
El alcalde de Alzira (45.000 habitantes), Diego Gómez, apuró para anunciar su retirada. Vinculó su decisión a la de Joan Ribó en València, pero adoptó la contraria y no la comunicó hasta finales de octubre, bastante más allá del término del verano, que era la fecha que había anticipado. Su adiós, basado en motivos personales -como su deseo de retornar a la docencia- dejó a Compromís sin su alcalde emblemático.
La sucesión no se antojaba sencilla. Después de semanas de silencio, emergió, señalada indirectamente por el propio Gómez, la figura del ingeniero agrícola Alfons Domínguez. Más o menos existía en la asamblea de Compromís consenso sobre su persona como abanderado aunque no respecto al resto de la candidatura, por lo que el proceso desembocó en primarias.
Surgió Emili Cases como contrincante interno de Domínguez, aunque se retiró antes de sustanciarse las referidas primarias, por lo que el ingeniero agrícola fue proclamado alcaldable. Desde entonces ha constituido una especie de tíquet electoral con el actual primer edil.
"No es solamente la figura de Diego, sino la de todo el grupo municipal, que ha trabajado por una Alzira mejor, y la del equipo de la candidatura", explica al ser preguntado por esa relación personal con su mentor.
Tiene claro que, si logra la alcaldía, "continuaremos lo que se ha hecho, completaremos algunas acciones que quedan por acabar y sembraremos nuevas propuestas en la misma línea. Se trata de proseguir con un toque personal lo que se ha hecho y, con el mismo rumbo, proponer para el futuro". Diego Gómez cerrará la candidatura.
En Quart de Poblet (25.000), bastión inexpugnable del Partido Socialista Obrero Español desde las primeras elecciones de 1979, la alcaldesa, Carmen Martínez, anunció en octubre que no repetiría al frente de esta población de l' Horta Sud.
Su decisión, en un contexto en el que prácticamente todos los primeros ediles se presentan de nuevo, causó impacto. Ella aludió a fin de ciclo. Es el municipio más poblado de la provincia en el que la persona titular de la alcaldía, hallándose esta en manos socialistas, renuncia.
Su relevo por parte de su compañera de gobierno Cristina Mora, previo paso por un proceso de primarias en el que el bullicioso sector crítico presentó como alternativa al exconcejal Juan Campanario, fue ratificado por la asamblea con holgura.
Maestra de música especializada en Educación Musical en la Escuela de Magisterio de Ausiàs March en la Universidad de Valencia, Cristina Mora Luján tiene plaza en el colegio público Ballester Fandos, ubicado en el barrio de la Malvarrosa, en València
"En un primer momento, sentí una gran responsabilidad por enfrentarme a una decisión tan importante. Después de tantos años de gobierno socialista en el municipio es un reto seguir manteniendo este liderazgo, pero tengo confianza en mí misma y me rodeo de grandes equipos. Por ello, me siento muy respaldada", explica la candidata del PSPV al ser preguntada por cómo asumió el reto.
"También supuso un honor que una mujer como Carmen, que es un referente en la política socialista, haya creído y pensado en mí. Fue un momento muy especial", continúa, para añadir que "supone un orgullo que mis compañeros y compañeras de la agrupación socialista de Quart de Poblet me hayan dado ese respaldo en las primarias. Obtener la confianza de los tuyos, de quienes más te conocen, es un gran apoyo para revalidar la victoria en las urnas el 28 de mayo".
Respecto a su cambio de rol, de pasar de formar parte, como una más, de la candidatura, a encabezarla, señala que "durante doce años he trabajado con muchísimas ilusión para mi pueblo, para Quart de Poblet, desde una concejalía con muchas competencias. Aunque no es lo mismo encabezar la lista y estar al frente de todo el proyecto, tengo muchísimas ganas de afrontar esta nueva etapa de mi vida" .
En La Llosa de Ranes (3.600 habitantes), localidad enclavada en la comarca de la Costera, Evarist Aznar ha venido repitiendo victoria electoral durante dos décadas. Su nombre ha sido sinónimo de triunfo por encima de los vaivenes de la marca electoral a la que representa, el Partido Popular.
De hecho, se ha convertido, tras la recaída de 2019 del PP a escala estatal, en uno de los principales baluartes de la formación a escala local. Hasta que ha decidido marcharse tras los próximos comicios. Para sucederle se fijó en su polifacética concejal de Fiestas, Deportes y Bienestar Social, Salvi Pardo, a quien incorporó a su equipo precisamente hace un cuatrienio.
"En 2019 entré en la lista de dos porque me buscó Evarist. He trabajado en un mandato bastante cruel por el estado de alarma. Ha sido una experiencia intensa y en la que he ayudado a mi pueblo en su día a día", relata Salvi Pardo.
Siempre con el nombre propio de su alcalde elevándose entre sus palabras, añade que "Evarist ha tenido ojo para elegir un buen equipo y hemos trabajado muy unidos. En su día me comentó que quería dar un paso a un lado y me propuso que fuera la candidata, que aportaría continuidad y, a la vez, aire fresco. Me pilló por sorpresa que me presentara este plato. No quería, pero la decisión de Evarist ya estaba tomada. Todos votaron para que yo ocupara su lugar".
"Me mentalicé y quiero seguir en la línea de trabajo actual, por lo que decidí dar un paso adelante. Estoy muy agradecida por la confianza. Resulta muy halagador que piensen que puedo ser alcaldesa. El papel de protagonista no me lo termino de creer. Me gusta trabajar en equipo y estar en el candelero me cuesta más. Iré acostumbrándome, aunque con los pies sobre la tierra", añade.
Propietaria de una empresa familiar, que consiste en una clínica de podología y fisioterapia, sabe que siempre contará con el respaldo de su guía político. "Evarist es un buen consejero y va a estar ahí para todo. Son muchos años de gestión y de mayoría absoluta que le avalan", apunta Pardo respecto al primer edil, que cerrará la candidatura para demostrar ese respaldo y confianza.
En esa posición simbólica del último lugar de la lista también se hallarán, en Alzira y Quart de Poblet, Diego Gómez y Carmen Martínez, respectivamente. Se retiran dejando su huella en la candidatura, su legado en su municipio y su impronta en las personas en quienes han confiado su relevo, a quienes han convertido en líderes de manera inesperada.