El objetivo es convertir las comarcas centrales en un nodo de crecimiento alternativo a Valencia y Alicante
VALÈNCIA. El Plan de Acción Territorial de las Comarcas Centrales está un paso más cerca de convertirse en una realidad. La Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad ya ha adjudicado el contrato de redacción a una UTE compuesta por dos empresas: Territorio y Ciudad SLP PATCC, por una parte, y Cercle Territorio, Paisaje y Arquitectura COOP CV, por la otra. Además, el equipo de trabajo también contará con el apoyo de académicos procedentes de la Universitat de València y la Universitat Politècnica.
Este movimiento supone un importante avance hacia la vertebración e integración territorial de las comarcas centrales, un asunto que en los últimos años había adquirido relevancia para la Conselleria y los órganos gestores de la zona. Así, el plan echará a andar una vez se haya formalizado el contrato, y a partir de ahí se habilitarán seis meses para su primera redacción. Una vez esté todo listo, el documento pasará a la fase de consulta pública y, posteriormente, se harán todos los cambios pertinentes para presentar su forma definitiva.
La Costera, la Canal de Navarrés, la Safor, la Marina Alta y la Marina Baixa, la Vall d’Albaida, l’Alcoià y el Comtat serán los focos de acción de este plan, cuyo importe previsto sin IVA asciende a los 350.000 euros. El trabajo consta de dos partes: primero, la elaboración de un estudio para conocer cuáles son las necesidades y características del entorno, en cuanto a suelo y actividad económica. Luego, con esos datos, emitir una serie de propuestas orientadas a promover la homogenización de las comarcas y su correcto funcionamiento conjunto.
El conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España, ha explicado que el Plan de Acción Territorial "es un instrumento que permitirá tener una ordenación del territorio más resiliente, preparado para luchar contra el cambio climático e impulsar el crecimiento económico de las comarcas centrales". Además, también ha destacado la voluntad máxima de acuerdo con alcaldes, alcaldesas y agentes implicados: "Queremos llegar a consensos para proteger nuestro territorio y gestionarlo de manera adecuada", concluía.
De este modo, los ejes del plan son la continuidad y cohesión de la infraestructura verde, la gestión razonable de los usos del suelo, el programa de movilidad entre las diferentes zonas, y la designación de las actividades económicas que idóneamente deberían desarrollarse en cada una de ellas. Todo esto con el objetivo de convertirlas en un único foco de desarrollo que trabaje al unísono hacia el crecimiento y la elaboración de una marca con peso propio, alternativa a la de los grandes ejes metropolitanos que rodean la zona: Alicante y Valencia.
Desde la Dirección General de Política Territorial y Paisaje explican que el fin último de este informe es plantear un modelo policéntrico de desarrollo. O, lo que es lo mismo, sentar las bases para crear un sistema supramunicipal de gestión que funcione más allá de los intereses locales, y que permita una administración colaborativa e integrada del entorno.
"Será un tejido complementario y solidario, en el que cada comarca aportará los bienes y servicios que le son genuinos y que el resto no tiene. El objetivo es diversificar la economía y crear un sistema de ciudades medias con viabilidad máxima para gestionarse en red", explica el subdirector de Política Territorial, Vicent Domènech. "El documento se concibe como un acuerdo de mínimos para generar complicidades entre las zonas y mantener el equilibrio territorial. Así dotaremos de carácter propio al entorno y evitaremos que las comarcas centrales se conviertan en ciudades dormitorio de Alicante o Valencia sin personalidad".
Esta dotación de carácter propio e independiente pasa, indudablemente, por la potenciación de las actividades económicas que se desarrollan en entorno de las comarcas centrales. Por un lado, desde el punto de vista territorial, enfatizando los clústeres tradicionales ya asentados en la zona y que suponen una buena parte de su dinamización, crecimiento e identidad. Por el otro, el plan también deberá identificar y atender las necesidades en cuanto a innovación y modernización: "Es importante generar redes de conocimiento y apostar por la innovación para poder ser competitivos", enfatiza Domènech. "Atraer talentos creativos para añadir valor a la producción y a los servicios que se ofrecen en las comarcas centrales".
Así, el programa servirá de plan estratégico para conocer cuáles son las principales apuestas económicas que deberían orientar el crecimiento de las comarcas centrales. Además, también desvelará qué sectores y áreas son las que merecen un esfuerzo de potenciación, y cuáles se verán obligadas a pasar por un proceso de transformación y reconversión. Todo ello teniendo en cuenta los usos razonables del suelo y la proximidad física de industrias afines.
La otra gran vertiente del Plan de Acción Territorial de las Comarcas Centrales tiene que ver con la cohesión de los espacios. De este modo, prestará especial atención a la estructura verde que se extiende a lo largo de todo el entorno: "El territorio es un sistema, y los espacios naturales deben vertebrarse desde un punto de vista funcional", explica la Directora General de Política Territorial, Rosa Pardo. De este modo, se buscará la cohesión del terreno a través de sus zonas verdes y protegidas, que en las comarcas centrales ascienden al 58% del suelo.
"Esto no solo se hace con fines paisajísticos o ambientales, sino también con el objetivo de ganar usos y proporcionar servicios a la sociedad: producción de alimentos, regulación de inundaciones o prevención de incendios", apuntaba Pardo. En este sentido, uno de los platos fuertes del PAT es el mapa de peligrosidad del fuego, para el que también ha colaborado la Dirección General de Prevención de Incendios que dirige Diego Marín. Así, el estudio deberá incluir un desglose de los puntos débiles que ponen en peligro el entorno natural de las comarcas centrales.
Otro de los principales aspectos a tener en cuenta será el de la movilidad sostenible, como herramienta para el desarrollo social y económico de la zona. Las propuestas en materia de infraestructuras deberán contemplar la conexión eficiente de todos los puntos clave de las comarcas centrales, y también buscar uniones estratégicas con otros lugares del territorio valenciano. Finalmente, el estudio también emitirá consejos sobre los usos eficientes y respetuosos del suelo urbanizable, para evitar disfunciones que luego impidan vertebrar correctamente el territorio. Esto afectará a los asentamientos privados, pero también a las áreas industriales y de producción económica.
"Estamos muy satisfechos con los avances que se han hecho en el Plan de Acción Territorial, porque era una prioridad mayúscula para nosotros", ha declarado el presidente del Consorcio de las Comarcas Centrales, Roberto Granero. "Su redacción supone, por fin, poner en valor nuestro territorio y dotarlo de un peso específico. Nosotros ya estamos trabajando por aunar fuerzas en cuanto a la creación de puentes supramunicipales, porque pensamos que construir una alianza de intereses comunes nos dará fuerza a la hora de defender y potenciar nuestros argumentos", concluía al respecto.