VALÈNCIA. Entre el siglo XIX y el siglo XX, una vía de ferrocarril unía Alcoy y Gandia. Fueron unos inversores ingleses ━de ahí que también se conozca como "el tren dels anglesos"━quienes fueron los impulsores y encargaron la construcción de este revolucionario medio de transporte. Fábricas, infraestructuras e incluso casas de trabajadores. Alrededor de este trazado férreo se llegó a crear un paisaje industrial del que ahora solo quedan algunos vestigios.
Uno de los rastros actuales que recuerdan este hito de la época industrial se encuentra entre el municipio alicantino de Lorcha y la localidad valenciana de Villalonga. Una ruta de 13 kilómetros permite recorrer, a pie o en bicicleta, el camino que seguía la misma vía de ferrocarril años atrás. Pero en este camino también está presente un elemento natural que, mucho tiempo antes que el tren, ya unía Alcoy y Gandia: el río Serpis. La infraestructura férrea se construyó siguiendo su cauce, por lo que el agua está presente en gran parte del recorrido.
"Si vienes en verano tienes el río al lado. El agua está perfecta para refrescarse y nadar", recomienda Enric Moratal, responsable de la Agrupació Muntanyista Villalonga. Tal y como la describe, la ruta es sencilla y con poco desnivel, por lo que se convierte en accesible para personas de todas las edades. Eso sí, aunque se puede iniciar desde ambos municipios, Moratal tiene una recomendación: "Para mí, la opción más indicada es ir a Lorcha y bajar a Villalonga porque hay alguna pendiente y al volver cansa más".
El trayecto Villalonga-Lorcha es lineal; ida y vuelta se realizan por el mismo camino. Se trata de una ruta sencilla, con poco desnivel y trazado amplio. "No tiene pérdida", indica Moratal. Más allá de su contenido histórico, las características físicas de este itinerario lo han convertido en un atractivo para personas de todas las edades. "Todos los fines de semana hay gente haciendo la ruta. Los ciclistas es de continuo; y los autobuses, raro es el fin de semana que no viene uno", añade.
Si se empieza desde Lorcha, el punto de partida es la antigua estación de tren. "Si la haces desde Villalonga y tienes vértigo es mejor ir por la Reprimala. Porque la otra opción es pasar por encima de unos tubos rojos. En las dos llegas al mismo sitio donde pasaba la antigua vía del tren", explica José Ramón Estevan, tesorero de la Agrupación Muntanyista de Villalonga. Según detalla, muchos de los puentes que permitían cruzar a la vía del tren están destruidos. Cuando en 1969 se clausuró definitivamente la línea férrea se desmantelaron todas las instalaciones. Sin embargo, todavía se pueden apreciar los restos del antiguo paisaje industrial.
En el siglo XIX, el proceso de industrialización fue paralelo a la expansión del comercio, por lo que los medios de transporte se convirtieron en un elemento esencial entre ambos ámbitos. En el caso del ferrocarril, que unía las capitales de l'Alcoià y de la Safor, se convirtió en la solución para conectar el interior con el mar. De este modo, facilitó el tránsito de materias primas, carbón y producto. Pero más allá de esta acción, también existieron fábricas, centrales de energía, infraestructuras e incluso casas que se instalaron a lo largo de este recorrido.
Entre los trece kilómetros Villalonga-Lorcha, se encuentran distintos elementos que proporcionaban servicio a la línea de tren. Es el caso de los molinos y las centrales hidroeléctricas que servían de generadoras de energía. De este modo, en la ruta se encuentran las ruinas, algunas en mejor estado que otras, de fábricas como la del Infierno, la Llum, de la Mare de Deu o del Cèntim. También se pueden encontrar pasos como túneles que señalan la adaptación a la orografía que tuvo que realizarse para la construcción de la vía.
"La más grande era la fábrica de l’Infern. Hoy en día o están derruidas o están en muy mal estado", cuenta el tesorero de la Agrupación Muntanyista Villalonga. La intención institucional para reconvenir todo este antiguo paisaje industrial en desuso es la de crear una vía verde; una senda peatonal y ciclista que, en este caso, es conocida por el nombre del río que la acompaña, el Serpis.
La Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad trabaja en la recuperación y adecuación de la Vía Verde del Serpis. El objetivo es poder crear un trazado continuo de aproximadamente 56 kilómetros de longitud que transcurra por el camino de la antigua vía férrea. Este agruparía a once municipios de las comarcas de l'Alcoià, El Comtat y la Safor, del mismo modo que transitaba el histórico ferrocarril entre Alcoy y Gandia. Pero para conseguirlo todavía queda tiempo. Por el momento, aquellas personas que quieran conocer los restos de un hito de la industrialización, pueden observarlos a lo largo de la ruta de 13 kilómetros entre Lorcha y Villalonga.